Las autoridades francesas han descartado una actuación deliberada como causa del incendio de la catedral de Notre Dame y han apuntado a una negligencia, un fallo eléctrico o un cigarrillo encendido, como la causa más probable de los hechos, según han explicado a los medios este mismo miércoles.
El incendio del pasado 15 de abril provocó la destrucción parcial de este símbolo de París. Las llamas destrozaron el techo, derribaron la torre y debilitaron los soportes de los campanarios principales y las paredes exteriores antes de que los bomberos controlasen el fuego.
Ante el hallazgo de siete colillas en los andamios de la catedral, algunos de los obreros que trabajaban en la restauración de la aguja del templo reconocieron a los investigadores que, en incumplimiento de las consignas de seguridad, fumaban en el lugar de trabajo.
"Mientras algunos fallos que pueden explicar la magnitud del incendio han sido revelados, las investigaciones realizadas hasta la fecha aún no han podido determinar las causas reales del incendio", ha señalado el fiscal de París, Remy Heitz.
Heitz ha resaltado que la investigación gira en torno a dos causas posibles: un fallo eléctrico o un cigarrillo que no se apagó adecuadamente y ha concluido que por ahora "no hay indicios de un origen criminal". El presidente francés, Emmanuel Macron, ha fijado un objetivo de cinco años para restaurar Notre Dame, un templo que se remonta al siglo XII y es uno de los monumentos más emblemáticos de Europa.
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