El nuevo aeropuerto de Machu Picchu amenaza con destruir las ruinas incas

  • Un grupo de arqueólogos señala que la llegada masiva de turistas y los vuelos a escasa altura ponen en peligro el conjunto monumental en Perú.
Machu Picchu
Machu Picchu
Wikimedia / Diego Delso

Una de las mayores obsesiones de la arqueología es la preservación de los objetos o edificios que puedan tener una relevancia histórica. Por eso, Machu Picchu, en el corazón del Valle Sagrado de los Incas y a 80 kilómetros de Cuzco (la capital "histórica", según la Constitución de Perú), es tan importante. Construida en plena cordillera andina a 2.400 metros sobre el mar, la ciudad es considerada, al mismo tiempo, una obra maestra de la arquitectura y de la ingeniería. Sin embargo, su legado podría estar bajo amenaza por culpa de la acción del hombre.

 En 2017, la visitaron 1,5 millones de personas -el doble de lo que recomienda la Unesco, que la declaró patrimonio de la Humanidad en 1983- y, ahora, los arqueólogos advierten de que el nuevo aeropuerto que planea llevar a los turistas a las puertas de Machu Picchu es una aberración y que podría provocar daños incalculables en las construcciones centenarias. El problema no es solo la masificación del turismo, sino también que los vuelos pasarán tan cerca del conjunto monumental que podrían afectar a su estructura.

El proyecto del nuevo aeropuerto se canceló en febrero de 2018 debido a la crisis política que despertó en Perú la posible inyección de capital del Estado al contratista, Kuntur Wasi -con un 50% a nombre de un fondo peruano y el otro 50% propiedad de un grupo inversor argentino-. Aquello abrió la veda para que otros pujasen por la licitación y, actualmente, una empresa canadiense y otra surcoreana se encuentran en plena disputa para hacerse con el proyecto, después de que el Gobierno peruano decidiese reactivarlo.

Incluso ya han comenzado las obras: excavadoras y camiones ya trabajan retirando toneladas de tierra en Chinchero, un pequeño pueblo entre Cuzco y Machu Picchu en el que la nueva terminal internacional permitirá a turistas de todo el globo llegar en un santiamén a una de las Siete Maravillas del Mundo. De hecho, está tan cerca que prácticamente colinda con Ollantaytambo, el parque arqueológico de 348 kilómetros cuadrados en el que se encuentran Machu Picchu y el Valle Sagrado.

Un petición de un grupo de arqueólogos para impedirlo

"Este es un paisaje construido; hay terrazas y rutas que fueron diseñadas por los incas", sostiene en este artículo de 'The Guardian' Natalia Majluf, una historiadora del arte peruano de la Universidad de Cambridge que está detrás de una petición masiva contra el nuevo aeropuerto. "Poner un aeropuerto aquí lo destruiría", apostilla. Se queja no solo del emplazamiento, sino también de las dimensiones: Cuzco, el actual destino previo para poder visitar Machu Picchu, se encuentra solo a 30 kilómetros al sur, pero es una terminal exclusiva para avionetas o aeronaves ligeras que vuelan solo desde la capital, Lima, o desde ciudades cercanas como La Paz, en Bolivia; nada de Boeings cargados hasta arriba de turistas.

Otro de lo inconvenientes de Chinchero es la altura: se encuentra a 3.800 metros sobre el nivel del mar (1.400 por encima de Macchu Pichu y 400 más arriba que Cuzco), en una ubicación algo remota para el aterrizaje y despegue de aviones, según los arqueólogos que secundan la petición de Majluf. "Parece irónico y, de alguna manera contradictorio, que aquí, a solo 20 minutos del Valle Sagrado, el núcleo de la cultura inca, quieran construir un aeropuerto justo encima de lo que los turistas han venido a ver", apunta con sorna Pablo Del Valle, un antropólogo de Cuzco, a 'The Guardian'.

En este sentido, la petición, que se puede firmar en Change.org, solicita al presidente peruano, Martín Vizcarra, que reconsidere o reubique el aeropuerto de Chinchero. "No creo que haya ningún arqueólogo o historiador trabajando en el área de Cuzco que no haya firmado la petición", sostiene su impulsora, quien considera que la propia ciudad de Chinchero tiene una importancia histórica como para que no tenga que albergar un aeropuerto.

Construida hace seis siglos como residencia del emperador Túpac Inca Yupanqui, actualmente Chinchero se encuentra en un estado de conservación sorprendentemente bueno, tal vez por su condición de destino turístico secundario. Y, aunque su economía se basa en la agricultura y el turismo, la mayoría desconfía de los planes del Gobierno. Incluso a pesar de que se les haya prometido crear 2.500 empleos directos para la construcción del aeropuerto.

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