Opinión: EEUU corre un tupido velo en torno a la Guerra de Irak

  • La Administración Obama está decidida a cerrar una campaña que le ha costado la vida 4.474 soldados, de los que 1.287 eran menores de 22 años.
Philip Balboni, Boston (EEUU) | Global Post

La nueva sede del Instituto de los Estados Unidos para la Paz ocupa un magnífico lugar en el National Mall a la vuelta de la esquina del Departamento de Estado y con vistas al Monumento a Lincoln.

Sin embargo, el lunes un visitante fue invitado a marcharse porque el edificio diseñado por Moshe Safdie todavía no está terminado y el instituto no abrirá al público hasta octubre, al parecer víctima de disputas presupuestarias del Congreso. La mayor ironía es que esta ciudad, que para muchos es la capital del mundo en muchos aspectos positivos, es también la capital mundial de la guerra.

Mientras que el Congreso de EEUU puede tener problemas para financiar la realización de su propio instituto dedicado a la paz, no tiene ningún problema en absoluto en gastar cientos de miles de millones de dólares en dos guerras interminables de Estados Unidos en Irak y Afganistán

Estamos a pocos meses de ser capaces de dar carpetazo a uno de los capítulos más tristes de la historia de nuestra nación. Está previsto que Estados Unidos retire a sus últimos 46.000 soldados de Irak a finales de este año. No podemos dejar pasar esta oportunidad.

Es una guerra que no había necesidad de haber combatido, y también es una guerra en la que ya en los meses y semanas previos a la invasión que se produjo en marzo de 2003 se preveían claramente muchos escollos para el futuro.

Y esos escollos son evidentes en la radiografía del Irak de hoy: el sectarismo rampante, creciente influencia de Irán sobre el gobierno iraquí, el odio intenso hacia Estados Unidos como una fuerza de ocupación, y una democracia iraquí que es tan frágil como cualquier otra de la región.

Han pasado casi nueve años desde el inicio de la guerra de Irak y el saldo de muertes, destrucción y gastos desorbitados es trágicamente extenso. Las fuerzas estadounidenses han perdido a 4.474 soldados, de los cuales 1.287 eran menores de 22 años.

Más de 32.000 soldados estadounidenses han resultado heridos, muchos de gravedad. Miles más se llevan las cicatrices psicológicas de la guerra, y la mayoría de tendrá que cargar con ellas durante toda su vida.

Junio fue el mes más mortífero de 2011, con 15 muertos, y fue el peor mes para Estados Unidos en los últimos dos años, desde junio de 2009. Hemos pedido a jóvenes hombres y mujeres de nuestro ejército de voluntarios para hacer lo impensable - regresar a Irak, o Afganistán, en una gira de misiones de combate una tras otra, a veces cuatro y cinco veces.


Demasiadas víctimas

Es una atrocidad tan profunda que simplemente no hay palabras para describirla. Y luego, por supuesto, está el coste: cerca de un billón de dólares en gastos directos sólo en Irak. Eso también es una barbaridad para un Estados Unidos devastado por el desempleo y que tiene que hacer frente a las enormes necesidades de infraestructura no cubiertas.

Sin embargo, nuestro sufrimiento palidece en comparación con lo que el pueblo de Irak ha tenido que soportar. Las víctimas civiles iraquíes ascendieron a 114.939 hasta mayo de este año, según el Índice de la Institución Brookings de Irak.

Hace dos semanas, una serie de 42 ataques en todo Irak mataron a 90 personas e hirieron a 315, tanto a civiles como a las fuerzas de seguridad iraquíes - el día más sangriento de 2011.

Los ataques incluyeron atentados suicidas, explosiones de coches y armas de fuego y se llevaron a cabo desde el norte de Irak hasta el sur, en lo que parecía ser una ronda de ataques bien coordinados. Y el pasado domingo, un atacante suicida se inmoló en una mezquita sunita en Bagdad, matando al menos a 28 personas e hiriendo a decenas más.

Ésta ha sido una guerra cruel, sangrienta y sin piedad, incluso con la población civil. Recientemente se ha vinculado a militantes chiítas con la matanza de soldados de EE.UU. y Al Qaeda en Mesopotamia (AQM) está detrás de otros ataques contra civiles y fuerzas militares.

El portavoz de la AQM, Abu Muhammad al-Adnani, fue citado en The New York Times diciendo: "Tenemos hombres que se han apartado de la vida y que aman a la muerte más que a la vida, y para los que matar es uno de sus deseos".

Por si eso no fuera un testimonio lo suficientemente triste de la inutilidad de la guerra de Irak, el primer ministro del país, Nuri Kamal al-Maliki, ha mostrado su verdadera cara, como no simpatizante de Estados Unidos.

Maliki está respaldando a Siria en la represión brutal y sangrienta del movimiento por la libertad de ese país, mientras que Estados Unidos y muchos otros países han pedido al presidente sirio Bashar al-Assad que renuncie a su cargo.

En esto, por supuesto, al-Maliki está haciendo lo que Irán –su aliado más importe- le compele a hacer. Los chiítas de Irán –y la mayoría chiíta de Iraq- quieren que la minoría gobernante chiíta en Siria continúe su régimen autocrático de 40 años de duración sobre la mayoría de población sunita.

Lo que es una cruel pero totalmente predecible ironía es que el líder iraquí se ponga al lado de un dictador al estilo de Sadam Hussein en un estado vecino después del enorme sufrimiento que esta guerra ha causado a tantas personas en Irak, en Estados Unidos y en otros países


Terminar la sangría

Las fuerzas militares estadounidenses en Irak alcanzaron su punto álgido en octubre de 2007 alcanzando las171.000. Hoy, hay menos de 50.000 y ninguna tiene una misión de combate activa.

Los cuerpos de seguridad iraquíes han aumentado de menos de 10.000 en la primavera de 2003, después de la invasión de EEUU a más de 650.000 en la actualidad. Listos o no, es hora de que Estados Unidos deje este pesada carga y traiga a nuestras tropas de regreso a casa.

El gobierno estadounidense ha dicho que lo hará a menos que el gobierno iraquí pida a Estados Unidos que se quede. Después de un largo período de silencio sobre el tema, el gobierno de Maliki dijo recientemente que negociar conservar algunas tropas de EEUU más allá de la fecha límite de diciembre.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Leon Panetta, advirtió a principios de julio que las armas suministradas por Irán a las milicias chiítas en Irak representaban "una tremenda preocupación" para Estados Unidos, posición compartida por el embajador estadounidense en Irak y por el presidente de la Junta de Jefes del Estado Mayor. Seríamos tontos si cogemos el cebo.

La guerra de Irak fue un error flagrante de juicio por parte de la Administración Bush y de sus partidarios en el Congreso. Se ha logrado poco. Prolongarlo no conduce a nada. La conclusión exitosa de la guerra en Libia nos ha demostrado que existe una alternativa a la intervención militar unilateral.

Si Estados Unidos se toma realmente en serio la posición de la misión del Instituto para la Paz, que es aumentar la capacidad del país para gestionar el conflicto internacional sin violencia, celebremos la apertura al público de este nuevo y reluciente edificio con el anuncio de la retirada definitiva e irrecuperable de todas las fuerzas militares de Estados Unidos en Irak. Vamos a traer de regreso a casa a nuestras tropas por Navidad.

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