Con respecto a 2017

La participación en las presidenciales de Francia cae casi tres puntos al mediodía

Los sondeos sitúan al actual presidente como favorito, aunque el sistema electoral francés no permite dar nada por hecho. La previsión es que Macron gane en la primera vuelta con un intención de voto del 25%. 

Macron
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EFE

La participación provisional a mediodía en la primera vuelta de las elecciones francesas es del 25,48%, según los datos proporcionados por el Ministerio del Interior. Este porcentaje supone tres puntos menos que el constatado en 2017 (28,54%) y que en 2012 (28,3%) a estas alturas de la votación. Sin embargo, esta participación supera en cuatro puntos a los comicios del 21 de abril de 2002 (21,39%), año récord de abstención en una primera vuelta de las elecciones presidenciales. 

El presidente francés y candidato a la reelección, Emmanuel Macron, ha ejercido su derecho al voto en la primera vuelta de las elecciones presidenciales francesas en la localidad costera de Le Touquet, en el departamento de Norte-Paso de Calais, al norte de París. El mandatario galo ha acudido al colegio electoral sobre las 12.30 horas acompañado de su esposa, Brigitte, quien en esta ocasión ha votado después que Macron. En 2017 fue Brigitte Macron la primera en votar. Tras la comprobación de la identidad y después de depositar su voto, la pareja ha abandonado el concurrido centro de votación sin novedad.

Los candidatos ultraderechistas Eric Zemmour y Marine Le Pen han depositado sus papeletas en colegios electorales de París y del Paso de Calais respectivamente, mientras que la candidata de Los Republicanos, Valérie Pécresse, ha hecho lo propio en Vélizy-Villacoublay, en el norte de Francia. El candidato presidencial de Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, ha depositado su papeleta en Marsella. Los sondeos sitúan al actual presidente como favorito, pero el sistema electoral francés no permite dar nada por sentado. Salvo sorpresas, Macron se impondrá en la primera vuelta, ya que tiene una intención de voto consolidada por encima incluso del 25%, pero queda por saber quién le acompañará en las papeletas dos semanas más tarde, el 24 de abril. Le Pen, que ya logró el ansiado cara a cara con Macron en los comicios de 2017, es 'a priori' la candidata mejor posicionada.

De esta forma, la participación en la primera vuelta de las presidenciales francesas resiste este domingo pese a una ausencia casi total de campaña debido a la guerra en Ucrania y la pandemia. En la escuela Pierre Bullet, en el distrito X de París, el flujo de personas fue constante desde primera hora de la mañana. "La democracia de momento está ganando en este colegio porque la gente vota. Estamos muy sorprendidos", cuenta a EFE Jorge Partida, francés de origen mexicano. Pantallas de plexiglás, gel hidroalcóholico y carteles que invitan a respetar la distancia recuerdan que la covid todavía no ha desaparecido, y aunque la mascarilla no es obligatoria la mayoría de votantes la lleva.

Daniel, jubilado parisino de 68 años, asegura haber votado "sin dudarlo" por el actual jefe de Estado, el liberal Emmanuel Macron. "Representa a la vez a la izquierda y a la derecha, aunque en este momento sea un poco más de derechas que centrista. Estoy en contra de los extremos. Su balance no es muy positivo. Con la covid y luego Ucrania no ha tenido mucha suerte, pero creo que el resto de candidatos no lo habría hecho mejor", apunta.

En este contexto, la perspectiva de que la candidata de la Agrupación Nacional, Marine Le Pen, alcance el poder ha dejado de verse lejana. "Personalmente me da mucho miedo. Creo que tenemos que juntarnos todos los demócratas para estar contra ella en la segunda ronda", señala Marianne, jubilada parisina de 58 años, que dice haberle dado su confianza al ecologista Yannick Jadot, que recaba apenas un 4% de las intenciones de voto. No concuerda del todo con el candidato de Los Verdes, pero señala haberle respaldado "para dar un impulso y esperanza a su partido". Romain, arquitecto de 35 años, también se ha decantado por los ecologistas: "He votado teniendo en cuenta lo que me parece que es el mayor desafío respecto a lo que pasa actualmente, más a escala internacional que nacional. En mi opinión es la ecología", sostiene.

Este antiguo socialista afirma estar decepcionado con el balance de Macron, tras un quinquenio marcado por protestas como la de los "chalecos amarillos", y dice entender que la gente se sienta cada vez menos implicada con jornadas electorales como la de este domingo porque "hay mucha decepción". Entre quienes no irá a votar está Marie, trabajadora hospitalaria de 58 años: "El Gobierno es corrupto y no tengo ganas de votar por nadie para que sigamos bajo las órdenes de alguien que de todas formas no se preocupa por nosotros", apunta.

En total se disputan la Presidencia francesa doce candidatos -ocho hombres y cuatro mujeres- que lograron los al menos 500 avales de cargos públicos necesarios para respaldar su candidatura. El último en votar este domingo fue Macron y la más madrugadora la socialista Anne Hidalgo, alcaldesa de París. Safa, investigadora genética de 60 años, fue a su colegio electoral porque considera que en esta primera vuelta "hay opción, de la extrema izquierda a la extrema derecha", pero en la segunda se va a abstener. "Quiero a alguien que diga la verdad, y la mayoría de quienes van a llegar a la segunda nos mienten sobre todo. Me voy a abstener para que al menos quien gane no tenga legitimidad", concluye esta farmacéutica en una jornada en la que la cifra de abstención es una de sus grandes claves.

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