¿Qué pasará con los niños de las FARC? Colombia aún no sabe cómo reinsertarles

Los niños de la FARC, un tema pendiente que Colombia debe resolver ya.
Los niños de la FARC, un tema pendiente que Colombia debe resolver ya.
Diego Caldentey

La fase inicial del proceso de desarme de las FARC, que incluye el inventario de armas y la destrucción de munición inestable, comenzará este miércoles después de que su ejecución se viera atrasada, tras un largo proceso de negociaciones entre Gobierno y guerrilleros.

En ese marco, surge un interrogante mayúsculo. ¿Qué pasará con decenas de menores que han nacido en el seno de familias de las FARC o incluso, han sido reclutados por los guerrilleros y con escasos 14 o 15 años ya han formado parte de la lucha armada?

Aún se desconoce la cifra exacta de menores reclutados por las FARC hasta el momento. Las versiones se entrecruzan. La Fiscalía de Colombia fijó en un estudio publicado en 2016 que desde 1975 a la fecha la cifra final ascendía a 11.556 menores, de los cuales el 67% eran hombres y el 33% mujeres.

Pero el Ministerio de Defensa colombiano cifra en 170 a los menores que pertenecen en la actualidad a las filas de las FARC. De ese total, el jefe guerrillero Iván Márquez señaló la existencia de 21 menores de 15 años. Cómo reinsertarles en la sociedad es la pregunta del millón.

La liberación de los primeros menores llegó en septiembre del pasado año: un grupo compuesto por 13 jóvenes reclutados por la guerrilla fueron entregados a delegados del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) en uno de los campamentos de las FACR. Tras verificar que el estado de salud y su identidad, los niños y adolescentes fueron trasladados a centros de acogida transitorios. La prioridad es dotarles de herramientas sólidas mediante las cuales puedan desenvolverse en la vida adulta. Pero el principal dilema es cómo hacerlo.

Después de un periodo de tiempo de reubicación y asistencia, en el caso de que los menores no quieran regresar a sus hogares (por circunstancias variables) se les deberá ofrecer otras alternativas. Muchos de estos adolescentes han sido captados o reclutados por las guerrillas, y no necesariamente son hijos de guerrilleros.

La vulnerabilidad de miles de menores, cuyas familias habitan principalmente en las zonas rurales de Colombia, los ha proyectado como uno de los grupos sociales más afectados por el conflicto a lo largo de las últimas cinco décadas.

No son pocos, ni mucho menos, los casos de niños combatientes que fueron raptados en su momento, principalmente de las zonas rurales de Antioquia, Guaviare, Cauca, Tolima, Caquetá y Nariño. El principal problema radica en que la mitad de los menores de estas zonas no llegan a superar el quinto grado de educación primaria.

Un 75 por ciento, por su parte, de los mayores de 16 años de ese segmento se encuentra fuera del sistema educativo. Además, un 20 por ciento nunca ha ido a la escuela. El difícil acceso físico a los centros educativos rurales, muchas veces situados en zonas lejanas, así como la carencia de docentes de calidad dispuestos al desarrollo de su labor en este tipo de zonas, dificultan los leves los leves estímulos educativos existentes en la Colombia más rural. Y el país aún no tiene un plan de acción concreto para recuperar años perdidos en materia de formación para los chavales.

Hay más condicionantes. El 60 por ciento de los menores guerrilleros proceden de familias y entornos pobres de Colombia. El fomento de una educación semejante para todos los grupos sociales debería asegurar el desarrollo de una igualdad de oportunidades que, en un país carente de equidad y con constantes problemáticas sociales como Colombia, permitirá su desarrollo y estabilización.Proceso de desarme

Por otra parte, la fase inicial del proceso de desarme de las FARC, que incluye el inventario de armas y la destrucción de munición inestable, comenzará este miércoles.

"Este miércoles comienza el proceso de desarme, que supone el registro de las armas, supone la destrucción del armamento inestable, supone el almacenamiento de las armas de acompañamiento, todo lo que no se había hecho", ha asegurado el Alto comisionado para la paz, Sergio Jaramillo.

Según el cronograma acordado tras la firma en noviembre del pacto de paz, el miércoles la guerrilla debe entregar a la ONU el primer 30% de sus armas.

Por lo tanto, en junio próximo el 100% del armamento de las FARC debería estar en manos de Naciones Unidas para su posterior destrucción.  El ingreso de casi 7.000 miembros de las FARC a 26 puntos donde se concentran para su desarme y reinserción estaba previsto para fines de diciembre, pero se concretó solo hace diez días por problemas logísticos y eso retrasó el cronograma de dejación de armas, aunque las partes insistieron en mantener la fecha fijada para completar el desarme.

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