Pedro, Juanfran, Di María, Garrido y Stuani

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Roberto Morales

Madrid, 22 dic.-

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-- PEDRO RODRÍGUEZ.

Su protagonismo en el Barcelona se ha rebajado en minutos pero no en méritos sobre el terreno de juego. La llegada de Neymar y las apuestas del 'Tata' Martino, restan apariciones a Pedro que no cambia un ápice su comportamiento cada vez que juega. Luchador, siempre hambriento de gol, reclama más a base de tantos. Ha firmado diez en diez partidos ligueros. Hoy tres en ocho minutos.

Una marca que le sitúa a la altura de los más grandes. Unos números que, pese a su grandeza, no reflejan la importancia que tuvo Pedro en Getafe. Cuando el Barcelona estaba en la lona, tras encajar dos goles en quince minutos, buscaba referentes. Aparecieron dos. Cesc para guiar y Pedro para castigar. Campeones del mundo unidos por su hambre de éxito y una exigencia mayor para tener continuidad.

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-- JUANFRAN TORRES.

El espíritu guerrero que ha inculcado el 'Cholo' Simeone a su Atlético de Madrid lo representa en el campo a la perfección Juanfran Torres. Un jugador que ha crecido con el técnico argentino, ha aprendido el oficio del lateral y en días en los que surgen dudas en un partido, tira de su equipo con un ejercicio de fe que conduce al triunfo.

El 'Atleti' ya gana como los grandes. Hasta en un día malo, frente a un Levante que sorprendió a todo el Vicente Calderón, con Juanfran asistiendo en el primero y vaciándose en el esfuerzo para la remontada. Su progresión no pasa desapercibida para Vicente del Bosque. Un fallo ante Francia le pasó factura. Una mentalidad de mejorar en cada entrenamiento con el máximo esfuerzo, le hace optar con fuerza a una de las plazas pendientes de decidir para el Mundial de Brasil.

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-- ÁNGEL DI MARÍA.

El comportamiento de Di María en verano, cuando conoció el fichaje de Bale y que un jugador importante de la plantilla debía ser traspasado, cambió de golpe las últimas semanas. En aquel momento el argentino apretó los dientes y mostró a Carlo Ancelotti que no se equivocaría en apostar por él y traspasar a Mesut Özil. Comenzó la temporada mostrando su mejor versión.

De poco le sirvió cuando Bale superó sus lesiones musculares. Un jugador que costó 96 millones de euros es fichado para ser titular y Di María no entendió como, con su rendimiento, no encontró acomodo en otra demarcación. De golpe bajó los brazos y en El Sadar, tras ser reprendido por actitud en el calentamiento, dejó una imagen preocupante en un Real Madrid que perdió dos puntos importantes. En Mestalla reaccionó a tiempo. Volvió a ser el jugador eléctrico que aparece para desequilibrar. Abrió el camino del triunfo con un golazo. Control a un cambio de juego, aceleración, recorte y un latigazo ajustado al palo. Las puertas del club están cerradas. Debe hablar en el campo.

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-- JUAN CARLOS GARRIDO.

El despido de Pepe Mel fue impopular. Gran parte de la afición del Real Betis no lo comprendió y lo pagó el recién llegado, Juan Carlos Garrido, que hasta el día de su presentación tuvo que aguantar cánticos en su contra. En ese ambiente, se encuentra un equipo incomprensiblemente hundido en su moral. Da igual las ocasiones que genere que acaba perdiendo.

Le ocurrió ante la UD Almería en un duelo directo por la salvación. Una final que servía para tomar un respiro por Navidad al Betis y acabó siendo un suplicio. La derrota provocó que Garrido obligase a sus jugadores a hacer algo habitual en Bélgica, de donde viene de entrenar. Los jugadores aguantaron en una imagen inédita en España el chaparrón de sus aficionados tras perder. En el centro del campo, durante cinco minutos. A alguno le costaba aguantar las lágrimas. Acabaron fundiéndose en un aplauso con aficionados que aún creen en el milagro. Tendrá que firmar una gran segunda vuelta. Lo primero recuperar la autoestima perdida.

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-- CHRISTIAN STUANI.

En el momento en el que los rumores sobre su continuidad sobrevuelan por Cornellá-El Prat, Stuani desató su versión más goleadora para guiar al Espanyol a un necesitado triunfo convincente ante el Real Valladolid. Un doblete que muestras sus cualidades de rematador por sorpresa, apareciendo siempre desde atrás con potencia.

Son goles que necesita un Espanyol que depende en exceso de la puntería de Sergio García. Stuani fue perdiendo protagonismo con Aguirre según creció en la selección uruguaya para alcanzar el Mundial de Brasil, es un trotamundos del fútbol que creía haber encontrado su segunda casa en Barcelona. Firmó por cuatro años pero no descarta salir en el mercado invernal. Los goles con los que cierra el año puede modificar una oportunidad que tomaba forma.

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