Pekín ve "señales de terrorismo" en las protestas de Hong Kong

Manifestantes en Hong Kong
Manifestantes en Hong Kong
EFE

Pekín condenó la "violencia extrema" y los "ataques" de manifestantes a comisarías y policías durante el pasado fin de semana, lo que, según las autoridades, constituye "un serio delito penal y una señal de terrorismo".

El portavoz del Ejecutivo chino para los Asuntos de Hong Kong y Macao, Yang Guang, dijo hoy en una rueda de prensa que los policías fueron atacados con cócteles molotov este domingo y que como consecuencia de ello un agente resultó herido. "Los manifestantes radicales usaron armas peligrosas contra el cuerpo policial, y esto constituye un serio delito penal y una señal de terrorismo", dijo Yang en una comparecencia en la que no se admitieron preguntas, según el diario hongkonés South China Morning Post.

"Estos actos ponen en peligro el orden jurídico y social de Hong Kong, y son una grave amenaza para la gente de Hong Kong", añadió, al tiempo que renovó su apoyo a la Policía y al sistema judicial de la región autónoma. La tensión en la ciudad continúa, y hoy las autoridades de Hong Kong cancelaron hoy todos sus vuelos a partir de las 16.00 hora local después de que miles de manifestantes ocuparan la terminal del aeropuerto internacional de la ciudad por cuarto día consecutivo.

Según medios locales, los miles de manifestantes que se congregaron este lunes en el aeropuerto lo hicieron para protestar contra el uso de la fuerza por la Policía durante el fin de semana, que dejó enfrentamientos en una estación de metro, donde agentes antidisturbios dispersaron a la multitud con gases lacrimógenos.

La peor crisis política vivida en décadas en Hong Kong continúa tras dos meses de protestas que, pese a estar originalmente dirigidas contra un polémico proyecto de ley de extradición, han derivado hacia demandas más amplias sobre los mecanismos democráticos de la ciudad. A pesar de que la líder del Gobierno local, Carrie Lam, dio por "muerto" el proyecto a principios de mes, los manifestantes no se dieron por satisfechos y han seguido inundando las calles de la ciudad.

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