PERFIL: Mark Rutte, un político vocacional de maneras suaves y políticas austeras

  • El liberal Mark Rutte es el soltero de oro de la política holandesa. A sus 45 años pasará a la historia neerlandesa como el primer jefe de Gobierno liberal desde la fundación de su partido (VVD) en 1948.

Home Secretary Theresa May Faces Pressure Over Lax Border Controls
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EFE

Candidato a revalidar el título de primer ministro, Mark Rutte está convencido del funcionamiento de las leyes del mercado, que defiende a capa y espada con modos suaves. Aunque de aparente serenidad, ha demostrado capacidad de liderazgo y negociación, unas capacidades que le han ayudado a situarse de nuevo a la cabeza de los sondeos.

Licenciado en Historia por la Universidad de Leiden tras siete años de estudio, dio el salto a la política en 2002 después de haber trabajado por una década en el departamento de recursos humanos de la multinacional holandesa Unilever.

Durante sus dos años como primer ministro ha destacado por su actitud conciliadora y su constante buen humor, que ha mantenido al menos en público e incluso en los días previos a la caída de su Gobierno.

Rutte ha gobernado en una coalición con los democristianos del CDA- que siguen siendo su preferencia para gobernar- y los antimusulmanes de Geert Wilders (PVV), cuya retirada de confianza a la hora de pactar recortes presupuestarios hizo desbancar el Ejecutivo el pasado abril.

Su serenidad tampoco se vio perturbada cuando le llovió una oleada de críticas por no distanciarse formalmente de una página de Internet contra polacos y europeos del Este lanzada por su socio parlamentario Wilders.

De la misma cualidad hizo gala cuando optó por ser uno de los principales obstáculos en Bruselas para conceder ayuda financiera a Grecia.

A Rutte, sin embargo, le está siendo más difícil mantener en la campaña esa imagen de hombre tranquilo que mostraba desde su bicicleta de camino a las negociaciones que estancaron su mandato, ya que ha caído en algunas contradicciones durante los debates electorales.

Ha sabido aprovechar su posición de primer ministro en los debates, pero datos como la tendencia a la subida del desempleo (ha pasado del 4,3 al 5,3 por ciento en el último año) en el país y las consecuencias sociales de los 30.000 millones de euros de recortes aprobados en total bajo su liderazgo han jugado en su contra.

Sin embargo su política liberal austera no le está pasando factura, pues, aunque seguido de cerca por los laboristas, los sondeos lo colocan todavía como favorito, superando incluso los 31 escaños actuales que su partido ocupa en el Parlamento.

Rutte da también una imagen de persona leal a sus principios y constante en sus empeños. Él mismo se define como un apasionado de su trabajo.

Su pasión por la política se despertó pronto, aunque su vocación inicial fue la de concertista de piano. Ya en su época de estudiante y miembro de las juventudes de su actual partido, saltó a la política nacional al ocupar en 2002 el puesto de secretario de Estado de Asuntos Sociales en el primer gobierno del democristiano Jan Peter Balkenende.

De su vida personal se sabe que no tiene novia y que en el momento de embarcarse en la jefatura del Gobierno todavía vivía con su madre en su ciudad natal, La Haya. Rutte habla de su vida personal abiertamente y se toma con el mismo humor que mantiene en política, las campañas públicas para encontrarle pareja.

Aunque en alguno de los debates electorales, sus oponentes le tildaron en alguna ocasión de "mentiroso", Rutte afirma que la mayor mentira de su vida ha sido decir que juega bien al tenis.

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