La peste porcina invade China: recurre a 10.000 toneladas de cerdo congelado

  • Las autoridades calculan que la epidemia ha acabado con un tercio de sus cerdos, por lo que han tenido que recurrir a las reservas.
La peste porcina llega a China: recurre a 10.000 toneladas de cerdo congelado
La peste porcina llega a China: recurre a 10.000 toneladas de cerdo congelado
Pixabay

La crisis de la peste porcina africana empieza a ser realmente preocupante para las autoridades de China, que esta semana pondrá en circulación 10.000 toneladas de carne de cerdo congelada de sus reservas centrales, en un intento por estabilizar los altos precios, así como hacer frente a una epidemia que ha acabado aproximadamente con un tercio de los cerdos del país. Se trata de una medida de emergencia tras más de un año de crisis, y que coincide con los primeros casos de peste porcina en Filipinas y Corea del Sur, detectados esta misma semana.

El cerdo congelado se subastará a través de internet este jueves por la tarde, tal y como explica en un comunicado el Centro de Gestión de la Reserva de Mercancías de China, la empresa estatal que administra las reservas de productos como el cerdo. Esta carne se importa desde Estados Unidos, Reino Unido, Dinamarca, Alemania, Francia y Chile, mientras que entre los principales proveedores se incluyen las firmas estadounidenses Smithfield, Clemens Food and Seaboard, así como la Casa Real de Dinamarca.

En este sentido, las empresas interesadas en la subasta en línea deben registrarse con anticipación en una web habilitada por el Ministerio de Comercio, que será el encargado de examinar las solicitudes antes del jueves. Tal y como explica la 'CNN', cada postor solo puede comprar un máximo de 300 toneladas que el Centro de Gestión de la Reserva de Mercancías de China almacena y gestiona como parte de las reservas centrales de recursos de China que el país considera estratégicamente importantes: carne de cerdo congelada, cerdos vivos, otras carnes congeladas, azúcar...

100 millones de cerdos muertos en el último año

Desde que en agosto de 2018 China informase del primer brote de peste porcina africana en la provincia de Liaoning -que también fue el primer caso reportado en el este de Asia-, el país ha vivido una progresiva pérdida de animales. En septiembre de 2018, China bloqueó los transportes de cerdos vivos y productos porcinos en una gran parte del país para evitar la propagación. Fue en vano, ya que el pasado 25 de abril las autoridades informaron de que el virus se había extendido a todas las regiones de China, así como a partes del sudeste asiático, incluidos Camboya, Laos, Tailandia y Vietnam.

El problema es que China representa el mercado de carne de cerdo más grande del mundo y, desde que comenzase la crisis de la peste porcina, ha afectado tanto a su economía que el país ha perdido más de 100 millones de cerdos en el último año, ya sea por enfermedad o porque los granjeros no quieren reponer esos cerdos después de su muerte. De hecho, el impacto ha sido tal que ha provocado una acusada inflación de casi el 50%, que ya afecta a la economía china, tal y como señalaba este fin de semana la 'CNBC'.

La situación es tal que al menos cuatro provincias chinas -que suman aproximadamente 130 millones de personas- ya han liberado algunas de sus reservas locales de carne de cerdo congelada en las últimas semanas. Sin embargo, hasta ahora el Gobierno central no había tomado cartas en el asunto: este jueves será la primera vez desde enero que Pekín haga uso de sus reservas congeladas de cerdo, que es un alimento básico de la dieta china. Por eso, la decisión de aumentar los suministros coincide con el 70 aniversario de la República Popular de China, a principios del próximo mes, para frenar el potencial descontento de la población.

A pesar de la situación no llega a ser crítica (y de que la dieta china es lo suficientemente variada como para subsistir sin cerdo), China se encuentra al borde de una emergencia alimentaria en ciertos puntos del país. Por eso, las autoridades ya han repartido subsidios por valor de unos 3.200 millones de yuanes (408 millones de euros) a familias con bajos ingresos que puedan tener dificultades para pagar la carne de cerdo a los precios actuales, prohibitivos en algunas zonas de China. Además, han pedido a los gobiernos locales que hagan lo propio para que los granjeros puedan aprovecharse de la tecnología y la inseminación artificial para reponer los cerdos que han muerto.

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