Pillados: políticos indios reparten droga a cambio de votos

  • Las elecciones en India son famosas por los sobornos. Pero los comicios regionales de este año en Punjab fueron más allá: diversos partidos políticos se dedicaron a comprar votos a los pobres ofreciéndoles opio, heroína, hachís y pastillas.

Pillados: políticos indios reparten droga a cambio de votos
Pillados: políticos indios reparten droga a cambio de votos
GlobalPost
Jason Overdorf, Nueva Delhi (India) | GlobalPost

Las elecciones en India son famosas por los sobornos que se reparten. Pero las regionales de este año en Punjab pusieron el foco de atención en lo que los habitantes consideran un problema aún mayor.

En lugar de usar lo típico, como alcohol y mantas, los enviados de los diversos partidos políticos se dedicaron a comprar votos a los pobres ofreciéndoles opio, heroína, hachís y pastillas.

"Se requisaron enormes cantidades de heroína y opio, entre otros", declaró el comisionado jefe electoral S.Y. Quraishi al Hindustan Times. "Es un asunto extremadamente serio".

A pocos ciudadanos les extrañó. La frontera de Punjab con Pakistán lo ha convertido en una de las principales rutas de tráfico de opio y heroína procedente de Afganistán.

La aniquilación del movimiento separatista de Khalistan (conocido en la India simplemente como "el problema de Punjab") en la década de 1990 dejó en la región una generación alienada y desilusionada. Además, en los últimos años el tejido social de este rico estado, el granero del país, se ha visto mermado por la caída de los ingresos agrícolas y por la intensa urbanización, que ha hecho que los precios de la tierra se disparen.

Desde que la revolución verde de finales de la década de 1960 generó una enorme explosión agrícola, el Punjab ha sido uno de los estados más ricos de la India.

Pero el Estado estuvo plagado de terrorismo y de acciones policiales brutales en las décadas de 1980 y 1990.

Con el ánimo de crear una "tierra de los puros" para su gente, guerrilleros sij separatistas liderados por Jarnail Singh Bhindranwale se dedicaron a hacer descarrilar trenes y a estallar bombas en mercados atestados de gente.

La primera ministra Indira Gandhi acabó siendo asesinada por su guardaespaldas sij, como venganza por su decisión de enviar tropas al Templo Dorado (el mayor centro de peregrinación de los sijs) para expulsar a los separatistas armados que se habían refugiado en su interior.

Las consecuencias del asesinato de Gandhi en 1984 fueron inmediatas, comenzando con una masiva e indiscriminada persecución contra los sijs. Continuó con una campaña gubernamental implacable y sostenida contra los separatistas punyabíes.

Organizaciones de derechos humanos dicen que las represalias incluyeron violaciones, torturas y ejecuciones extrajudiciales, que si bien acabaron con los ataques terroristas muchos consideran el origen de otros problemas que todavía se perpetúan hoy en día.

"Estamos muy cerca de Afganistán y Pakistán, y Punjab siempre ha sido un punto de tránsito de drogas. Pero ahora la mayor parte se consume en el propio Punjab", afirma el doctor JPS Bhatia, que lleva 20 años dirigiendo un centro de rehabilitación de drogodependientes en Amritsar.

"Todo esto empezó después de que se acabasen los problemas terroristas, por la escasez de medidas de reinserción para los jóvenes del Punjab. No tenían otra cosa que hacer y la economía no iba ya muy bien. Todos esos jóvenes que estaban desocupados, sin trabajo y sin buena educación… ese fue el momento en el que comenzó el problema de la adicción a las drogas en Punjab".

Nadie sabe cuántos jóvenes de la región son adictos. Pero el problema es lo suficientemente grave cuando una serie de artículos en la prensa citaron de manera incorrecta un estudio realizado por el sociólogo Ranvinder Sandhu de la Universidad Guru Nanak Dev diciendo que casi tres cuartas partes de los jóvenes del Punjab entre 16 y 35 años son drogodependientes… y a nadie le pareció extraño.

"En lo que respecta a la gravedad del problema, no se ha realizado aún ningún estudio", explica Sandhu en una entrevista telefónica. "Hay muchos artículos que citan incorrectamente mi estudio, diciendo que el 73,5 por ciento de los jóvenes están enganchados a las drogas en el Punjab.

Eso es erróneo. Yo estudié una muestra de 600 adictos, y entre ellos detecté que la mayoría de ellos tenían entre 16 y 35 años. De ahí sale ese 73,5 por ciento".

Las estadísticas que existen muestran, sin embargo, un panorama poco optimista.

Según datos gubernamentales, la tasa de delitos vinculados a las drogas en el Punjab es casi 10 veces superior al a media nacional. Un alto cargo del Gobierno regional reveló a principios de año que en el Punjab se aprehendieron casi el 60 por ciento de todas las drogas capturadas en la India en 2010 y 2011.

Tan sólo durante las elecciones a la asamblea estatal de enero, las fuerzas de seguridad capturaron casi 54 kilos de heroína, destinados a sobornar a votantes adictos.

Trabajadores sociales aseguran además que los problemas de salud asociados con la drogadicción se están convirtiendo en algo cada vez más habitual, y que el impacto social del tráfico de drogas está aumentando exponencialmente.

"La tasa de VIH es muy alta. La hepatitis C es muy común. Tenemos un montón de enfermedades del hígado. Y como las enfermedades infecciosas se están extendiendo, la tuberculosis también se está generalizando. Además de eso, hay muchos delitos y muchos problemas psicológicos como depresión, recelos y comportamientos psicóticos", afirma Bhatia.

"Lo que he visto recientemente es nos están llegando casos de adicciones en Punjab cada vez más graves. Más graves en el sentido de que los usuarios por vía intravenosa tienen ahora enfermedades como VIH/sida y tuberculosis, y tienen largos historiales delictivos. La mayor parte que estaba en las primeras fases de consumo se ha convertido en camello y se ha metido en una vida delictiva".

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