Población, protestas y medio ambiente: los retos de África, el continente creciente

    • Este lunes 25 de mayo es el Día de África: la OCDE apunta a las previsiones, retos y obstáculos de un continente más que emergente.
    • Así, la explosión demográfica, la necesidad de más igualdad y los retos medioambientales serán los retos de un continente que aspira a crecer por encima del 5%.
Un grupo de mujeres de Zimbabue celebra el Día de África
Un grupo de mujeres de Zimbabue celebra el Día de África
AFP

Es el continente olvidado, el continente emergente, el continente joven. El continente de las oportunidades. Y hoy celebra su día mundial. En la jornada mundial de África, la OCDE ha esbozado las oportunidades que se le presentan por delante al continente, junto a sus retos y obstáculos: la explosión demográfica a la que se enfrenta en los próximos años y unas economías que, tras la crisis economica global, esperan acelerar su crecimiento.

En su informe, la OCDE apunta en una dirección: el crecimiento. Después de que los años de la crisis rebajaran los niveles de crecimiento hasta el 3,5%, el continente espera aprovechar el fin de la recesión global para volver a los grandes niveles de crecimiento anteriores a 2008, por encima del 5%. Pero para llegar a ello, África se enfrenta a numerosos obstáculos.

Empujado principalmente por el consumo interno, el desarrollo en el sector de exportaciones sigue siendo algo débil, pero la OCDE apunta a que irá mejorando en los próximos dos años. Algo a lo que podría ayudar también las reformas aplicadas en los mercados, mejorando el clima de inversión y las condiciones para hacer negocios. Así, África está en el top ten de países con más facilidades para hacer negocios:Benin, Costa de Marfil, la República Democrática del Congo, Senegal y Togo se sitúan entre los mejores países de este 'top ten'.

Y además, crece la inversión en el continente: se espera que la inversión extranjera alcance los 73,5 mil millones de dólares para 2015, y va en auemtno. Empujado por la inversión de China, India y Sudáfrica, principalmente. Aunque la UE sigue siendo, por bastante ventaja, el principal foco de la inversión en África, China es quien más crece. El comercio entre China y el continente creció un 22% entre 2012 y 2013, mientras que con Europa cayó un 12%.

Aunque el informe apunta a que las condiciones para crecer no son tan buenas como en la década del 2000, señala que tres factores ayudarán a aupar más la economía africana: más estabilidad política, precios más altos y alta demanda, y, por último, mejores políticas económicas, con presupuestos más fuertes e inflación más baja. Los retos: población, innovación y crecimiento más inclusivo

África va a crecer, pero tiene obstáculos por delante. La OCDE señala así los principales retos a los que tendrá que enfrentarse el continente. Primero, que la economía del mundono está en una situación tan favorable como en la década de los 2000. Así, los mercados volátiles y la caída de los precios, la competitividad cada vez mayor en otras regiones del mundo y factores medioambientales podrían influir negativamente.

En segundo lugar, está la explosión demográfica que va a vivir el continente: se espera que en los próximos años se duplique la población. Para 2015 podría haber 2 mil millones de africanos, el doble que ahora. Esto genera efectos negativos, como una presión añadida sobre los recursos naturales del continente, aunque tambiéngenera una gran población en edad de trabajar.Una bendición que tiene sus peligros: se deberán crear puestos de trabajo para toda esta población creciente.

Un tercer problema, relacionado, será que esta población, cada vez más rica, querrá ver más igualdad: si las naciones son más prósperas, los ciudadanos quieren ver un mayor reparto. Un equilibrio que ahora mismono cumple del todo el continente: la igualdad y distribución equitativa son una tarea pendiente.

Una protesta de la población que ya comienza a hacerse palpable: el número de protestas ciudadanas se ha disparado en los últimos años. Remarcadamente, la violencia queda en segundo plano respecto a la protesta ciudadana, como refleja el siguiente gráfico. En primer lugar, están las protestas ciudadanas, pacíficas.En segunda, la violencia.

Una serie de retos que se suman a, en cuarto lugar, la necesidad de la innovación: se necesita desarrollo en las zonas rurales, donde la mayoría de la población vivirá hasta, al menos, la década de 2030, algo que no ocurre en el resto del mundo, donde gran parte de la población vive en medios urbanos.Además, será necesaria más industrialización.El sur se ralentiza, Nigeria, en pleno rendimiento

África no es un país. Un mantra entre muchos africanos y activistas que quiere transmitir una idea. englobar a un continente entero bajo unas pocas características y trayectorias es una aproximación tan errónea como lo sería con cualquier otro continente. Tanto culturalmente como económicamente. Es lo que refleja el informe que destaca que África crece, sí, pero no al mismo ritmo. Según los datos, parece que el sur comienza a ralentizarse, mientras otras zonas del continente comienzan a despegar. Aunque cabe destacar que países como Sudáfrica ya estaban en niveles de desarrollo altos, por lo que no crecen al mismo nivel que países con menores niveles de desarrollo.

Así, mientras que el Oeste de África mantiene su crecimiento por encima del 6%, incluso tras la crisis del ébola, Sudáfrica, quien era la estrella continental hace unos años, ha estabilizado su crecimiento en torno al 1,5%, mientras que la región sureña del continente se sitúa en una media en torno al 3%. De entre los países que mejor previsión tienen para los próximos años está Nigeria. El país más poblado de África apunta a un 6,3% de crecimiento.

En general, no ha variado la situación en la que estaban los países: así, las naciones desarrolladas siguen manteniéndose, mientras que aquellas con trabajo por delante siguen sin 'pasar de nivel'. Así, en 2014, 17 de las 52 naciones africanas consiguieron alcanzar niveles altos y medios de desarrollo humano.

Una medida que, no obstante, no refleja las diferencias dentro de los países, ya que, como apunta la OCDE, hay significativas diferencias en los propios países.

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