¿Por qué algunos políticos siguen defendiendo el comunismo cubano?

Pablo Iglesias desea "avances democráticos" en Cuba pero sin injerencias de terceros países
Pablo Iglesias desea "avances democráticos" en Cuba pero sin injerencias de terceros países
EUROPA PRESS
José Luis Roig / @joseluisroig
José Luis Roig / @joseluisroig

Todo el que haya estado en Cuba sabe, y el que no también lo sabe, que la miseria y desolación que ha dejado el Comunismo se palpa en las calles y es la realidad cotidiana de toda la isla. No hace falta buscar mucho, incluso viajando a cuerpo de periodista o de turista, uno puede percibir, comprobar y oír de primera mano que la pobreza y la dictadura son la verdadera herencia de Fidel Castro.

Vigilados por sus propios vecinos, que hacen de espías del partido, machacados económica y mentalmente, los cubanos que no han huido o no han sido encarcelados o asesinados por la dictadura, han vivido 57 años en la nefasta quimera Comunista. Sólo los miembros del régimen, principalmente los militares y sus familiares, y los amigos del partido, viven con lujo y comodidad.La herencia de Castro tras 57 años en el poder: miles de muertos, gran miseria y una férrea dictadura comunista. ¿Para eso hicimos una Revolución?

Realmente se acabó la diversión cuando llegó el Comandante Fidel y mandó a parar. Se acabó la diversión y se acabó la libertad y la prosperidad. En principio estaba previsto que tras el golpe de 1959 contra Batista, y una vez limpia de corrupción la isla, se instituyeran de nuevo las elecciones democráticas. Ese era el ideal y una promesa que Fidel hizo, incluso ante los medios de comunicación internacionales, pero que luego nunca cumplió, y por la que mató, no sólo a miles de cubanos, sino a bastantes colegas revolucionarios, como el comandante Huber Matos, que no estaban dispuestos a traicionar al pueblo cubano creando una dictadura Comunista.

Lo más paradójico y lamentable es que Castro y los suyos organizaron una revolución para evitar que Cuba se convirtiera en el gran prostíbulo de los Estados Unidos, y lograron que la isla fuera el gran prostíbulo del mundo, donde las mujeres se “alquilaban” por un perfume, unos pintalabios, o unas miserables medias de seda y unos dólares. Sobre todo tras la caída de la URSS, fue cuando Cuba se quedó sin cobertura internacional y sin ayuda económica. A la falta de libertades se unió la escasez de alimentos y de todo lo imprescindible para vivir con un mínimo de dignidad.

Se ha muerto el último mito del Comunismo. El dinosaurio camarada. Un tipo con gran carisma y bastante inteligencia, pero sobre todo un hombre con pocos escrúpulos y grandes dotes para el marketing político. Algo que en estos tiempos presentes también practican todos los partidos políticos, aunque quizá lo hagan con más terquedad los llamados partidos populistas, esos que siempre buscan la igualdad por abajo, convirtiendo a toda la sociedad en más pobre pero nunca en más rica.

Dicen que Castro sobrevivió a 11 presidentes de Estados Unidos, pero no soportó ¡15 días de Trump! Más allá de la ironía, Cuba entra en una nueva realidad, con su situación interior y con el nuevo presidente de EE.UU. como vecino especial. ¿Libertad económica pero sin otras libertades? Ese parece el modelo que quieren repetir en Cuba, imitando a China y Vietnam. Veremos de lo qué son capaces.

De lo que son capaces los dirigentes de Podemos ya lo vemos cada día. Casi siempre con estupor. No supieron guardar ni un minuto de silencio por el fallecimiento de Rita Barberá, pero no les ha importado entonar todo tipo de loas en favor del dictador Castro, el régimen cubano y el Comunismo. Para Pablo Iglesias “se va un referente de la dignidad latinoamericana”. No han sido pocos los miembros de Podemos que desde el sábado pasado han estado ensalzando con persistencia y nostalgia la figura de Castro y las “virtudes” del Comunismo cubano. Políticos que se proclaman falsamente demócratas pero que siguen añorando el marxismo como sistema político. Algo impensable de hacer con una dictadura de derechas.

Es cierto que Podemos ya es socio de un partido comunista, Izquierda Unida, pero hubo un tiempo en que nos intentaron hacer creer que lo suyo era la socialdemocracia. Ahora, ya se han quitado las máscaras y han levantado el puño sin ningún pudor.

Esta claro que la política que pervive en Podemos no tiene nada de nueva, más bien todo lo contrario. Llegaron como los “nuevos” políticos que iban a traer aire fresco a la democracia española y lo único que están aportando son las viejas ideas y fórmulas comunistas. Esas mismas doctrinas que han destrozado millones de vidas humanas en todos los países que no tuvieron la fortuna de evitar el advenimiento comunista, Cuba incluida. Si hay algo en este mundo realmente perjudicial para la salud, esos son los regímenes dictatoriales, principalmente el comunista. Todo el mundo lo sabe, menos nuestros queridos políticos de Podemos.

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