¿Por qué Brasil baja la voz cuando habla de prostitución si es legal allí?

  • Aunque el intercambio de sexo por dinero es técnicamente legal desde 1949, el comercio sexual sigue estando fuertemente vinculado a la economía sumergida y es una de las formas de vida más peligrosas del país.

Un documental sobre mujeres que se dedican a la prostitución se proyecta en Trujillo (Cáceres)
Un documental sobre mujeres que se dedican a la prostitución se proyecta en Trujillo (Cáceres)
Elizabeth Tuttle, Río de Janeiro (Brasil) | GlobalPost

Es sábado por la noche en los famosos Arcos de Lapa de Río y, pese a la llovizna tropical, la gente llena las calles. Encajado entre el bohemio Santa Teresa y el centro industrial de la ciudad, el barrio de Lapa trabaja a fondo cada noche para defender su reputación como el lugar con las mejores fiestas callejeras de Brasil, repletas de caipiriñas baratas que se sirven en vasos de medio litro y de locales de baile.

Rosa M. trabaja dos pisos por encima del caos de la calle, ejerciendo como prostituta y también como cuidadora de los baños de uno de los muchos clubes nocturnos de Lapa.

Su trabajo consiste técnicamente en entregar toallas de papel y dirigir a los clientes a los baños que están disponibles, pero es allí en donde se forjan y se realizan la mayoría de sus encuentros sexuales. Viste vaqueros y camisa; no lleva casi nada de maquillaje.

A diferencia de muchas de sus compañeras del gremio, Rosa trabaja por cuenta propia. No alquila una habitación en un burdel o trabaja para un chulo o una madame, algo que es ilegal en Brasil.

Aunque el intercambio de sexo por dinero es técnicamente legal desde 1949, el comercio sexual sigue estando fuertemente vinculado a la economía sumergida.

Si bien otros sectores se han sindicalizado y poco a poco conseguido medidas de protección laboral, las prostitutas de Brasil no han podido hacer lo mismo.

"Es solitario y puede dar miedo. Yo no llevo en esto mucho tiempo", dice Rosa. "Oigo hablar mucho de brutalidad policial, pero yo he tenido suerte. Tengo hijos. No quiero hacer esto eternamente. Yo cumplo la ley".

Mientras habla, mira a su alrededor y habla en tono de susurro. ¿Por qué esta actitud de secretismo cuando la prostitución es legal desde hace mucho tiempo en Brasil?

"Mira, este no es el tipo de trabajo que no te importa que te vean ejerciéndolo", contesta.

Pese a 60 años de legalidad, en Brasil la prostitución sigue siendo una de las formas de ganarse la vida más peligrosas.

"La prostitución sigue estando fuertemente criminalizada en Brasil", dice Simone Gomes, representante del Instituto ProMundo, con sede en Brasil y Washington D.C. "La vida cotidiana de las profesionales del sexo todavía está repleta de violaciones de derechos humanos básicos", asegura.

Los sindicatos brasileños han rechazado a las prostitutas por considerar que "no son trabajadoras". Y eso choca en un país en el que el sexo figura desde casi una década en la lista de profesiones que elabora el Ministerio de Empleo.

Por eso, las mujeres como Rosa se encuentran en una especie de laguna nebulosa de ilegalidad tácita de la que es difícil salir.

En cambio, en otros lugares de América Latina, como Uruguay, Ecuador y Bolivia, se han iniciado ya procesos para sindicalizar a las prostitutas.

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