El presidente de Filipinas confiesa que mataba criminales cuando era alcalde

  • Rodrigo Duterte ha revelado cómo recorría la ciudad subido en una motocicleta y "patrullaba las calles buscando una confrontación para poder matar".

    Duterte ha dejado claro ya que quiere hacer lo mismo con los drogadictos que Hitler con los judíos: exterminarlos. Y critica a la UE por preocuparse de ellos y no de los inmigrantes que mueren en el Mediterráneo.

El Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, sosteniendo un arma en una imagen de archivo
El Presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, sosteniendo un arma en una imagen de archivo
Duterteforpresident.net
M.L.

El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, es conocido por su cruzada contra el narcotráfico y los delincuentes, instando a ciudadanos y policía a matarlos. Pues ahora, ha reconocido que cuando era alcalde de la ciudad de Davao mató personalmente a presuntos criminales.

"En Davao solía hacerlo personalmente. Solo para mostrarle a los policías que si yo podía hacerlo, ¿por qué ellos no?", ha afirmado durante un discurso pronunciado en el palacio presidencial. El líder filipino ha revelado cómo recorría la ciudad subido en una motocicleta y "patrullaba las calles buscando una confrontación para poder matar".

Duterte fue acusado el viernes de la semana pasada de asesinato, secuestro y tortura ante el defensor del pueblo por un filipino que dijo haber servido de sicario al mandatario cuando dirigía la Alcaldía de Davao (sur). La querella contra el jefe de Estado no puede prosperar porque está protegido por la inmunidad contra este tipo de denuncias.

Desde que se impusiera en las elecciones presidenciales de mayo de 2016, Duterte ha declarado la guerra total a las drogas y solicitado a sus conciudadanos colaboración para acabar con los narcotraficantes. El 30 de junio, el día de la investidura de Duterte, arrancó su campaña contra las drogas y ha causado 5.927 víctimas, de las cuales 2.086 murieron en operaciones policiales y las restantes 3.841 a manos de grupos civiles que se toman la justicia por su mano.

La guerra contra las drogas del presidente Rodrigo Duterte ha provocado ya 5.927 muertes en cinco meses. Su respuesta ha sido rotunda ante las críticas de la comunidad internacional:  la forma de detener la masacre es dejar de tomar drogas.

Duterte se compara con Hitler en su exterminio de drogadictosEl presidente filipino, Rodrigo Duterte, ya ha comparado su sangrienta guerra contra la criminalidad con el exterminio de los judíos por Adolf Hitler, diciendo que estaría "feliz de masacrar" a millones de drogadictos.Duterte, de 71 años, conocido por su lenguaje soez, también calificó de "hipócritas" a Estados Unidos y a la Unión Europea, que criticaron su violenta campaña contra el tráfico de droga."Hitler masacró a tres millones de judíos. Pues hay tres millones de drogadictos en Filipinas. Estaría feliz de masacrarlos", ha confesado."Pero mis víctimas, me gustaría que fueran [sic] todas criminales para acabar con el problema de mi país y salvar a la próxima generación de la perdición", remarcó.El nuevo presidente filipino, llegado al poder en mayo, prometió matar a decenas de miles de criminales con el objetivo de eliminar las drogas ilegales del país en seis meses.Los inmigrantes se pudren ¿y ustedes se preocupan de estos?Desde su investidura el 30 de junio, más de 5.900 personas murieron, la mayoría asesinadas por civiles que siguieron la cruenta retórica del presidente animándolos a tomar la justicia por su mano.Numerosas organizaciones de defensa de los derechos humanos y gobiernos occidentales han criticado duramente esta política.  "Ustedes, Estados Unidos y la Unión Europea, pueden llamarme como quieran, pero yo nunca me he metido en la hipocresía como ustedes", se defiende Duterte. "Los migrantes huyen de Oriente Medio. Los dejan pudrirse y ¿se preocupan por la muerte de 1.000, 2.000, 3.000 personas?", apostilló.El líder radical insiste en que no es un asesino, a pesar de que las calles del país están llenas de cadáveres debido a su represión contra las drogas ilícitas. En julio, 60.000 drogadictos filipinos se entregaron al gobierno después de que el presidente instó a los ciudadanos a "ir y matar" a los traficantes y usuarios de drogas."Ya responderé ante Dios cuando lo vea cara a cara"

Más de 40.000 sospechosos han sido arrestados, pero el presidente Duterte ha dejado claro que perdonará a la policía si son acusados de violaciones de derechos humanos por cumplir sus órdenes sin piedad.

Duterte ha negado en repetidas ocasiones que la policía está llevando a cabo asesinatos extrajudiciales, pero desea que maten a los tres millones de drogadictos que tiene el país.

Pasear por las calles en las zonas más invadidas por la droga es todo un riesgo. Pero en estos barrios nadie garantiza no ser aniquilado por un tiro en la cabeza aunque no haya probado nunca las drogas. Es lo que tiene saltarse la ley y tomarse la justicia por su mano. Acabar con las drogas a tiro limpio empieza a sembrar el terror entre los más pobres. El negocio no cesa. Los asesinos son pagados por asesinato confirmado, más si es una pequeña matanza. "No ofrezco excusas ni disculpas. Yo responderé a Dios cuando lo vea cara a cara", ha dicho el presidente.

Algunos lo han acusado de crímenes contra la humanidad, abusos contra los derechos humanos y ejecuciones masivas, pero Duterte sostiene que su campaña transformará el país. "No puedo explicar cada muerte en este país", agregó, pero tampoco puede detenerme ahora".

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