Presidente turco Erdogan acusa a Europa de haber "capitulado ante el terrorismo"

El presidente islamoconservador turco Recep Tayyip Erdogan acusó el viernes a la Unión Europea (UE) de haber "capitulado ante el terrorismo" y pidió abandonar la complacencia hacia los rebeldes kurdos, cinco días después de un mortífero atentado suicida en Ankara reivindicado por un grupo kurdo.

"No hay razón de que la bomba que estalló en Ankara (...) no estalle un día en otra ciudad de Europa" dijo Erdogan. "A pesar de esta realidad, los países europeos no prestan atención, como si bailaran en un campo minado", agregó.

Estas declaraciones del líder turco en un discurso oficial en Canakkale (noroeste) coinciden con el viaje de su primer ministro, Ahmet Davutoglu, a Bruselas para negociar con la Unión Europea un plan de acción para frenar el flujo de migrantes.Enfoque

Finalmente, los líderes de los 28 países llegaron a un acuerdo con Turquía, que permitirá devolver a los migrantes irregulares que lleguen a Grecia a partir del domingo, pese a la reticencias de los europeos sobre el respeto a los derechos humanos en el país.

El miércoles, la canciller alemana, Angela Merkel, dijo ante su parlamento que la UE debía insistir en "la protección de la libertad de prensa y el tratamiento de los kurdos".

Erdogan atacó en particular a Bélgica, al afirmar que simpatizantes del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, ilegalizado) fueron recientemente autorizados a enarbolar banderas del movimiento cerca de la sede de la Comisión Europea.

"No es honesto, no es sincero", señaló Erdogan. "Hoy han quitado las banderas, los carteles. ¿A quién tratan de engañar?". "Todo esto significa capitular ante el terrorismo. Han capitulado ante el terror", insistió.

"Una vez más, hago un llamado a los países que sostienen directa o indirectamente a organizaciones terroristas: están alimentando a una víbora en su regazo", advirtió.

Bélgica respondió, a través de su embajador en Ankara, que "está determinada a combatir el terrorismo", respetando "la ley y las libertades fundamentales".

El domingo por la tarde, un coche bomba se precipitó contra una parada de autobús de la muy concurrida plaza Kizilay de Ankara, dejando 35 muertos y más de 120 heridos.

El atentado fue reivindicado el jueves por un grupo radical disidente del PKK, los Halcones de la Libertad del Kurdistán (TAK), que dijo haber actuado en represalia por las operaciones llevadas a cabo por el ejército y la policía turcas contra la rebelión en varias ciudades del sudeste de Turquía.

El grupo también había reivindicado el ataque del 17 de febrero, que dejó 29 muertos.

Los países occidentales condenaron el atentado, pero el ministro de la justicia turco, Bekir Bozdag, los acusó de "doble rasero".

"Quienes se yerguen contra el terrorismo cuando ataca en Europa no lo hacen cuando se trata de Turquía", lamentó Bozdag.

"Recibimos mensajes de pésame, pero no hay operaciones contra los que llevan a cabo esos ataques", agregó.

Erdogan prometió "erradicar" al PKK. Desde el atentado de Ankara, reactivó la guerra contra todos los que considera sus "cómplices". Pidió al parlamento que levantara la inmunidad a diputados prokurdos y la policía turca multiplicó en los últimos días las detenciones de partidarios de la causa kurda.

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