¿Quién es el siguiente en la lista de EEUU de peligrosos terroristas?

  • No se conocen los detalles, pero algunas personas se han enterado de que están en la lista por casualidad. Es el caso de dos ciudadanos canadienses. Un día descubrieron que EEUU les tenía en sus listas de sospechosos. Denuncian lo arbitrario de estas decisiones, y las graves consecuencias que pueden tener sobre inocentes.
Un día descubrieron que EEUU les tenía en sus listas de sospechosos.
Un día descubrieron que EEUU les tenía en sus listas de sospechosos.
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Sandro Contenta, Toronto (Canadá) | GlobalPost

Mubin Shaikh debe de estar preguntándose qué debe de hacer un hombre para demostrar su lealtad a Canadá.

Shaikh, un canadiense musulmán que vive en Toronto, contactó con la agencia de espionaje de su país en 2004 para ofrecer ayuda en la detección de extremistas islámicos. Dos años más tarde, la Agencia Canadiense de Inteligencia de Seguridad (CSIS por sus siglas en inglés) le pagó para que se infiltrase en la mayor conspiración terrorista en Canadá desde los ataques del 11-S.

Los conspiradores, un grupo de jóvenes conocidos como los Toronto 18, planeaban colocar camiones-bomba en varios puntos de la ciudad, incluyendo la sede de la Bolsa. El plan fue desarticulado cuando, basándose en información facilitada por Shaikh y otro infiltrado, la policía les preparó una trampa que terminó con el arresto de los terroristas cuando compraban material falso para hacer bombas.

El testimonio de Shaikh en el juicio posterior ayudó a condenar a 11 de los conspiradores.

Pese a todo, Shaikh se enteró la semana pasada de que ha sido incluido por EEUU en una lista de sospechosos de terrorismo, al parecer porque la CSIS (la agencia que le pagó como informador), dio su nombre.

"Esto carece de toda lógica", ha declarado estupefacto Shaikh, de 36 años, al diario Toronto Star.

Shaikh nunca ocultó su activismo cuando era joven a favor de la ley de la sharía, y tampoco sus viajes a Pakistán y Oriente Medio. También dijo al CSIS que conocía a la familia de Momin Khawaja, un hombre de Ottawa condenado por su participación en un plan terrorista que se preparaba en Londres.

Pero lo que también está claro es que ya a principios de 1997 alertó al CSIS sobre un panfleto que consideraba peligroso, y que estaba circulando por una mezquita de Toronto, en el que se reclamaba la creación de un estado islámico a través de la yihad. Además, su trabajo clandestino que sirvió para desarticular la conspiración de Toronto 18 es ampliamente conocido en Canadá.

La noticia de que Shaikh figura en la lista de sospechosos de terrorismo de EEUU se sabe gracias a un cable diplomático de la Embajada de EEUU en Ottawa en 2009, obtenido por WikiLeaks y filtrado a la cadena CBC. El cable incluye los nombres de las 18 personas detenidas inicialmente por la conspiración terrorista en Canadá. El cable añade: "Las autoridades canadienses no han detenido a otras nueve personas implicadas en la conspiración de los Toronto 18". A continuación incluye los nombres de esos nueve individuos, entre los que se incluye el de Shaikh.

Un segundo cable del Departamento de Estado en 2010 incluye los nombres de otros 12 canadienses considerados "socios conocidos" de Hiva Alizadeh, un iraní-canadiense que fue detenido en Ottawa en agosto pasado acusado de planear atentados con bombas. A ellos también les incluyeron en una lista roja de visados que, entre otras consecuencias, hace que les sea prácticamente imposible conseguir permiso para entrar en EEUU. Los nombres en esa lista roja también se suelen incluir en bancos de datos centralizados que siguen la pista de determinados sospechosos.

Esos dos cables diplomáticos dejan claro que 21 personas (todas ellas canadienses o residentes en Canadá) fueron incluidas en listas de sospechosos de terrorismo de EEUU sin haber sido nunca acusados de dichos delitos.

¿Cuántos canadienses más figuran en listas de EEUU por supuesta "asociación" o "implicación"? Seguro que muchos más.

Al ser herramientas preventivas, las listas de sospechosos de terrorismo siguen por su propia naturaleza unos criterios mucho más arbitrarios que las fuerzas policiales o los fiscales a la hora de acusar a alguien formalmente de un delito.

El ciudadano canadiense Maher Arar sabe muy bien lo doloroso que puede resultar figurar en una de esas listas rojas de EEUU.

Arar fue detenido en un aeropuerto de Nueva York en 2002, desde donde las autoridades de EEUU le deportaron a Siria. Allí fue encarcelado y torturado durante cerca de un año.

Una investigación judicial ordenada por el gobierno de Canadá concluyó posteriormente que Arar no tiene ni tenía nada que ver con el terrorismo. El Gobierno de su país le ha tenido que indemnizar con más de 7 millones de euros en compensación por todo lo sufrido. Pero aún así, Arar continúa en la lista de sospechosos de EEUU.

La pesadilla de Arar comenzó cuando la Policía Montada de Canadá lo calificó de sospechoso de terrorismo por su "asociación" con Abdullah Almalki, otro canadiense torturado en Siria debido a información facilitada por las autoridades de su país. Otra investigación judicial también encontró a Almalki totalmente libre de sospecha.

Las amplias consecuencias de estar en una lista de sospechosos de EEUU se pudieron ver claramente el pasado sábado, cuando Moazzem Begg, un activista británico a favor de los derechos humanos y ex preso en Guantánamo no pudo subir en Londres a un vuelo de Air Canada cuando iba a dar una conferencia en Toronto sobre islamofobia.

Según ha explicado un portavoz de Air Canada, la aerolínea está obligada a aplicar la lista no-fly de pasajeros que no pueden entrar en EEUU en los vuelos que, en caso de un cambio en su trayectoria, podrían entrar en su espacio aéreo.

El CSIS no ha querido aclarar cómo el nombre de unos de sus informadores a sueldo pudo terminar en la lista de sospechosos de EEUU. Por otra parte, los abogados defensores de los Toronto 18 exigen saber si la agencia de inteligencia dio a EEUU información sobre Shaikh que no fue revelada cuando testificó en el juicio a los terroristas, lo que supondría una violación de las normas judiciales.

Lo que está claro es que un dato tan simple como el lugar de nacimiento de Shaikh (Toronto), aparece erróneamente en el cable de EEUU. Shaikh nació en la India.

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