Un lastre para el crecimiento

Demoledor ensayo de la Fed: el racismo sistémico asfixia la economía de EEUU

La Reserva Federal defiende una economía más inclusiva tras el impacto desproporcionado del coronavirus en la comunidad negra e hispana.

Efe
El racismo sistémico asfixia la economía de Estados Unidos.
EFE

El último ensayo de la Reserva Federal es de los que duelen. Es como si de golpe quitara una venda que ocultaba una realidad que llevaba ahí siglos, pero que nadie quería ver. Hasta que la crisis del coronavirus y las revueltas por brutalidad policial encendieron la antorcha de la injusticia que afrontan los ciudadanos de color. La conclusión es rotunda: el racismo en Estados Unidos está tan arraigado que asfixia la economía. Y no se refiere solo a la discriminación hacia los negros, también a los latinos, el grupo demográfico que más crece.

El autor es Raphael Bostic. Es el presidente de la Fed de Atlanta, uno de los doce bancos regionales que integran el sistema del banco central más poderoso del mundo. "El racismo nos rodea todo el tiempo", denuncia. Jerome Powell, el jefe de la autoridad monetaria, ya hizo referencia al problema en su última comparecencia. "No debería haber lugar para el racismo en nuestra sociedad", dijo. Pero fue Robert Kaplan, presidente de la Fed de Dallas, quien puso la pelota a rodar al hablar en los mismo términos del demoledor análisis de su colega.

Raphael Bostic es negro. Fue el primer hombre de color que se puso al frente de una Fed regional en los 107 años de historia del organismo, otro ejemplo de como el racismo está institucionalizado. Apoya las protestas pacíficas que reclaman justicia racial y considera imperioso que se ponga fin a las "prácticas injustas y destructivas" que contribuyen a la desigualdad, para así poder avanzar hacia una economía inclusiva. Por eso, comenta, se vio en la necesidad de publicar el ensayo tras años trabajando en cuestiones relacionadas con la desigualdad.

El detonante para que diera el paso fue el desproporcionado impacto de la pandemia en las minorías, por sus bajos ingresos y porque son las menos apegadas a la economía. Se escribió mucho de esto sobre el confinamiento pero la muerte de George Floyd, en sus propias palabras, "cambió la disposición a hablar abiertamente sobre algunas cosas que debía ser habladas". Aunque al leerlo se percibe que es un texto muy personal, está convencido de que es un mensajero único como uno de los dirigentes de la política monetaria.

"Cuando voy por la calle", dice, "la gente me juzga primero por mi aspecto". Con su reflexión, añade, espera que se empiece a pensar diferente sobre lo que significa la raza en EEUU y las cosas que se pueden hacer para mejorar la situación. La Fed, explica en este sentido, tiene una capacidad de convocatoria sin igual y puede así contribuir al cambio. "Para muchas personas", explica, "el racismo está tan arraigado en todo lo que hacemos que ni siquiera lo ven". "Lo que ha cambiado es que ahora la gente ve cosas que les hacen pensar", opina.

A partir de ahí expone que el racismo sistémico impide que todos los estadounidenses participen plenamente de la economía. Esta discriminación limita el acceso a la educación, al empleo y a otras oportunidades económicas, lo que provoca un lastre para el crecimiento potencial de todos los estadounidenses. Es decir, si los negros y los hispanos no participan como los blancos, entonces el crecimiento será más lento. "Es un yugo", insiste Raphael Bostic, que llegó a la Fed hace ahora tres años con Janet Yellen de presidenta.

Robert Kaplan apuntala su argumento con algo tan revelador como las estadísticas de empleo. "Durante años, los negros y los hispanos han tenido un elevado nivel de paro frente a los blancos", indica. Durante los últimos años se produjeron avances importantes pero en la presente crisis por la pandemia se está dando un enorme paso atrás. La tasa de desocupación entre las minorías se multiplicó por cuatro. En el caso de los negros, se elevó del 6% en enero al 16,8% en mayo. Entre los hispanos pasó del 4% al 17% en ese periodo.

El presidente Donald Trump insiste que durante su primera mandado hizo más que nadie por las comunidades de color y se escuda en los niveles históricamente bajos de desempleo antes de la pandemia. Los primeros datos sobre el proceso de reactivación de la economía muestran, sin embargo, que los negros y los hispanos se benefician menos de la recuperación en curso. El índice de desempleo general cayó al 13,3% mientras que en el caso de los blancos rondaba el 12%.

El paro entre los negros y los hispanos ya suele duplicar al de los blancos en condiciones económicas normales. Pero los empleados de color son los primeros en ser despedidos y los últimos en volver a ser contratados. Es una tendencia consistente con otras crisis y se explica por los ajustes drásticos en servicios como el transporte, comercio, guarderías y atención sanitaria. El dato de empleo de mayo, por tanto, es la evidencia del camino que queda por recorrer para construir una economía que sea realmente inclusiva.

Olugbenga Ajilore, economista del Center for American Progress, señala en este sentido que "es más de lo mismo". "Está el mundo general y después está el mundo en el que viven las personas de color", lamenta. Los propietarios de pequeñas empresas, revelan los datos de Goldman Sachs, tienen más dificultad para acceder a los programas federales de asistencia. Eso, comenta Bill Spriggs desde el sindicato AFL-CIO, impide a su vez que se recupere el empleo al mismo ritmo que entre los blancos. "Es típico", lamenta.

Kaplan insiste, por tanto, que una economía más inclusiva con las minorías, con igual de oportunidades para todas las razas, llevará a un mayor crecimiento del empleo y elevará al mismo tiempo la productividad. El presidente de la Fed de Dallas señala en este sentido que en todo el sistema se están adoptando medidas para ayudar a mejorar la educación y la formación profesional de las comunidades más retrasadas. "Es lo correcto", remacha, "va en el interés de todos".

El argumento es muy similar al que se planteó respecto a la desigualdad de género. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) tienen publicados estudios sobre el impacto de la discriminación de las mujeres en la economía y analizan cómo la inclusión puede hacer las economías más resistentes. Pero el racismo. La Reserva Federal da así la primera patada a seguir. "Hay que hablar más sobre esto y obtener una comprensión más clara", concluye Bostic.

Mostrar comentarios