Los rebeldes de El Congo trocean a los cristianos a los que aniquilan sin piedad

“No piden nada. No roban. No preguntan. Solo matan. Terminan con la vida de miles de personas de una manera atroz. Trocean a sus víctimas y las dejan tiradas en el suelo. Lo peor de todo es que parece que esto no tiene fin”, estas son las palabras de la Hermana Lucía, es un nombre ficticio ya que la joven teme las posibles represalias de su testimonio. Lucía no puede evitar emocionarse al recordar la última llamada de su madre desde su lugar de origen para decirle que su hermana y su sobrino habían sido cruelmente asesinados.

“No suelo hablar mucho con ellos porque, aunque los móviles allí son muy baratos, las llamadas cuestan mucho dinero y es muy complicado contactar con ellos. Por eso, cuando vi su llamada me temí lo peor y así fue”, recuerda la Hermana Lucía. “Mi madre me dio la peor noticia que podía imaginar: mi hermana y mi sobrino, de solo 14 años, habían sido asesinados y troceados”."Ellos matan con machetes. Asesinan a la gente y la trocean"

Lucía lleva varios años en España pero su familia se quedó en El Congo luchando contra la situación actual. “Parece sacado del argumento de una película pero es la cruda realidad. En el Este de la República Democrática del Congo (RDC) la gente muere porque un grupo de rebeldes o eso creemos, quiere. Ellos no dan explicación alguna. Simplemente se presentan en las ciudades, en los caminos, en los alrededores y matan. Pero, por si esto fuera poco, lo hacen lentamente, aumentando el sufrimiento de sus víctimas. Estos asesinos no llegan y disparan no, ellos matan con machetes. Asesinan a la gente, la trocean y dejan los cuerpos tirados para que los familiares los entierren”, comenta la Hermana.

Desgraciadamente estas masacres se han convertido en una rutina. El pasado 12 de mayo 17 cristianos fueron asesinados en varios ataques producidos en aldeas del Este de la RDC. De acuerdo con los expertos, estos asesinatos ser producirían por motivación religiosa. El aniquilamiento de los cristianos es un objetivo, pero nadie está a salvo allí de .Un territorio abandonado a su suerte

“Mi familia huyó de Beni a finales del 2014. Estaban atemorizados. No había día que no temieran por su vida por lo que decidieron decir adiós a la ciudad y marcharse a una finca que la familia tenía a las afueras. No necesitaban nada más que la propia finca. Allí podían contar con suficiente producción que luego venderían y así podrían sobrevivir. Sin embargo, los rebeldes llegaron y arrasaron todo”, cuenta Lucía.

Lo mismo pensaron miles de personas que decidieron huir de la región ante la situación de extrema violencia que el gobierno ya es incapaz de controlar. Según 'Open Doors' militantes islámicos que operan en la República Democrática del Congo concentran sus actividades en esa área del país porque el 95% de la población es cristiana.

Asimismo, hace un año, los líderes cristianos de la provincia de Bukavu, denunciaron que esta situación de extrema violencia había convertido la zona en un “clima de genocidio”. Del mismo modo, en esta 'carta' también se denunciaban los ataques como una táctica yihadista para forzar el desplazamiento de la población hacia otros lugares y así poder instalar bases de entrenamiento para terrorista en la zona.La población pasa hambre

“Fue el hambre lo que llevó a la muerte a mi hermana y a mi sobrino. La gente no sale de sus casas por miedo a ser asesinados. Nunca saben si los rebeldes van a volver. Ellos viven en el bosque y aparecen y desaparecen a su antojo. Por eso la población teme ir a buscar alimentos. Sin embargo, hace quince días mi hermana decidió que no podía más y salió a por comida. Nadie se atrevió a acompañarla salvo su hijo de 14 años (la joven tenía siete hijos). Fue al volver a casa cuando se encontraron a los rebeldes y los mataron”, recuerda la joven.

La inseguridad creada por la violencia en el Congo, los más de 25.000 refugiados, y los fenómenos meteorológicos como 'El Niño' han provocado que alrededor de 2,9 millones de personas estén en riesgo de morir de hambre en el continente africano. Así lo denunció este mismo mes la ONG Acción contra el Hambre que trabaja en la zona."La gente sobrevive gracias a la caridad"

“La ropa y la alimentación que llega a los ciudadanos de la zona del Este del país viene por obras de caridad. Gente que ayuda a otra gente. La gente que no se ve expuesta a tanto peligro recoge ropa, alimentos, medicinas... y las lleva a las parroquias para que los más necesitados las puedan recoger”, explica la Hermana Lucía.“Los asesinatos tuvieron lugar al lado del campamento de los cascos azules”

“Nadie está exento del peligro. Nadie es capaz de asegurar la vida a nadie. La inseguridad es algo con lo que se vive en Beni. Ni tan siquiera los cascos azules de la ONU hacen que la gente se sienta segura. De hecho, fue justo al lado de uno de sus campamentos donde asesinaron a mi familia”, cuenta la hermana.

Unas declaraciones que hacen crecer las dudas sobre la eficacia de estos cuerpos de seguridad que siempre han estado cuestionadas en esta zona. El pasado mes de marzo las autoridades del RDC volvieron a pedir que el número de cascos azules en su territorio se reduzca a la mitad antes de fin de año, indicó este miércoles su ministro de Asuntos Exteriores, Raymond Tshibanda.

De momento, la ONU solo prevé reducir sus fuerzas en 1.700 soldados, e insiste en que el retiro de las fuerzas de mantenimiento de la paz del país debe tomar en cuenta la seguridad en el terreno, que sigue siendo frágil.

Una cruel historia que, por desgracia, refleja la dura realidad a la que miles de personas son sometidas día tras día en la República Democrática del Congo.