Buscan más coordinación

El regulador chino intervendrá en el mercado por los impagos de bonos

Esta es la respuesta de las autoridades chinas a una serie de impagos que comenzaron a producirse la semana pasada por parte de una compañía minera, una de semiconductores y otra de automóviles.

China mercado coronavirus Pekín
El regulador chino intervendrá varias empresas tras los impagos de bonos.
EFE

El principal órgano de planificación económica de China, la Comisión Nacional de Reforma y Desarrollo (CNRD), tomará medidas para evitar riesgos después de que al menos tres compañías respaldadas por el Estado anunciasen que no podían hacer frente a las deudas adquiridas con la emisión de bonos.

El portal de noticias económicas Caixin informó hoy de que la CNRD exigirá aumentar la supervisión de los proyectos y los riesgos de las empresas que deseen emitir bonos en los mercados para financiarse, trabajará para mejorar la coordinación con las autoridades encargadas de dicha labor y creará "lo antes posible" un sistema de control y detección temprana de riesgos. Esta es la respuesta de las autoridades chinas a una serie de impagos que comenzaron a producirse la semana pasada por parte de una compañía minera, una de semiconductores y otra de automóviles.

Sectores clave

La primera de las tres, Yongcheng Coal & Electricity Holding Group, operadora de minas en la provincia de Henan (centro-este), dejó de hacer frente a los pagos de cuotas e intereses en unos bonos de alta calificación crediticia valorados en 1.000 millones de yuanes (152,4 millones de dólares, 128,6 millones de euros).

Esto provocó temor en los mercados y una venta masiva de sus títulos, cuyo valor llegó a desplomarse hasta en un 93%, según el diario hongkonés South China Morning Post. Aunque la firma ha anunciado ya que ha pagado los intereses que debía, por el momento se sigue sin saber si será capaz de hacer lo propio con las cuotas adeudadas.

Tras ello, la compañía automotriz Huachen -propiedad del Gobierno de la provincia nororiental de Liaoning- inició los procedimientos legales necesarios para someterse a un proceso de reestructuración después de no ser capaz de hacer frente, llegada la fecha de vencimiento a finales del mes pasado, de bonos emitidos por valor también de 1.000 millones de yuanes.

Su subsidiaria Brilliance Auto, que controla el 25% de una empresa conjunta para la fabricación en China con la alemana BMW, informó este domingo a la Bolsa de Hong Kong, en la que cotiza, de que todavía se desconoce si el tribunal aceptará la petición de Huachen y si se llevará a cabo la citada reestructuración.

La otra compañía en cuestión es la tecnológica Tsinghua Unigroup, un importante fabricante de chips -un sector en el que China está centrando sus esfuerzos ante la sanciones de EEUU- afiliado a la prestigiosa universidad pekinesa de Tsinghua, que a principios de noviembre se declaró incapaz de pagar 1.300 millones de yuanes (198,2 millones de dólares, 167,1 millones de euros) en bonos.

El portal de noticias económicas Yicai recordó que esta empresa tiene activos hasta 17.400 millones de yuanes (2.562 millones de dólares, 2.237 millones de euros) en deuda emitida vía bonos, de los que unos 6.000 millones de yuanes (914,6 millones de dólares, 771,3 millones de euros) vencen el año que viene.

Temor en los mercados

Estos impagos han afectado a la confianza en los mercados, donde habitualmente se ve a las firmas estatales como inversiones menos arriesgadas, también gracias a que las agencias chinas de calificación de riesgo les suelen dar una calificación crediticia positiva -como en el caso de Yongcheng- y al respaldo por parte de los gobiernos locales, algo que podría no estar tan garantizado como parecía.

"La idea es que las garantías gubernamentales a un banco o a una compañía estatal podrían no proteger a los inversores ante las pérdidas después de años de dar por hecho que esas garantías eran sólidas", explicó el jefe para mercados chinos de la consultora Rhodium, Logan Wright. En su opinión, la situación es comparable a cuando el banco Baoshang se convirtió, el año pasado, en la primera institución financiera en quebrar en casi dos décadas.

Según la compañía de datos financieros Wind, se espera que este año los impagos de bonos corporativos superen a los del año pasado: en 2020 se han registrado 110 situaciones de este tipo, valoradas en 126.280 millones de yuanes (19.250 millones de dólares, 16.233 millones de euros), mientras que el año pasado hubo 184 cifradas en 149.400 millones de yuanes (22.774 millones de dólares, 19.204 millones de euros).

La agencia de calificación Fitch recordó recientemente que las compañías estatales con una calificación crediticia débil cuentan con unos 700.000 millones de yuanes (106.706 millones de dólares, 89.979 millones de euros) en bonos que vencen este año, más que las empresas privadas de ese tipo, que suman un 28,6% menos.

Ante los temores en los mercados, el Banco Popular de China (BPC, central) inyectó este lunes 800.000 millones de yuanes (121.949 millones de dólares, 102.840 millones de euros) en el sistema financiero para aumentar la liquidez, algo que podría repetirse en el futuro si los impagos generan más inquietudes, pronosticó HSBC.

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