May, contra las cuerdas: el Parlamento logra tener más control sobre el Brexit

  • Los comunes aprueban una enmienda por la que podrán discutir planes alternativos para la salida de la UE. Algunos secretarios de Estado han dimitido.
Theresa May
Theresa May

El Parlamento británico podrá debatir propuestas al margen del Gobierno sobre el Brexit a partir del miércoles. Los diputados han logrado aprobar una enmienda por 329 votos a favor (frente a 302 en contra) por la que pasan a tener más control del proceso de salida de la UE. Esta ha sido la última decisión que ha salido de la Cámara de los Comunes, y que asesta otro golpe, otro más, a la primera ministra, Theresa May. Aunque las votaciones que salgan de la cámara dentro de dos días no serán vinculantes para el Ejecutivo de May.

La lista de los posibles planes alternativos, que aún no esta decidida, incluirá previsiblemente vías como abandonar la UE sin acuerdo, un segundo referéndum, negociar una relación más cercana con el mercado único, o bien suspender la ruptura. Durante el debate, la primera ministra rehusó comprometerse a cumplir con el resultado de esa votación y aseguró que no otorgará al Parlamento un "cheque en blanco" para decidir la hoja de ruta del Brexit, informa EFE. En medio del mismo, han dimitido hasta tres miembros del gobierno: los secretarios de Estado Richard Harrington, Alistair Burt y Steve Brine.

La enmienda aprobada permite que los diputados convoquen el voto en los Comunes, una prerrogativa reservada habitualmente al Gobierno, un movimiento que para la primera ministra perturba el "equilibrio de las instituciones democráticas" del Reino Unido. Todavía no se ha determinado si los parlamentarios se pronunciarán sobre cada una de las posibles propuestas o si se diseñará un sistema en el que elijan diversos planes por orden de preferencia.

La primera ministra ha descartado por ahora llevar al Parlamento por tercera vez el acuerdo que pactó en noviembre con Bruselas, al admitir que no cuenta con los apoyos necesarios para ratificarlo. Aún así, mantiene la intención de que se vote esta semana por tercera vez, después de haber sido rechazado por amplia mayoría en dos ocasiones, el 15 de enero y el 12 de marzo.

Hacia el Brexit sin acuerdo

Si todo sigue igual y no hay golpes de efecto, Reino Unido saldrá de la Unión Europea por las bravas el próximo 12 de abril, echando por tierra dos años y medio de negociaciones entre Londres y Bruselas. Este lunes May reiteró que no tiene apoyos suficientes para que la Cámara de los Comunes le de el visto bueno al plan de divorcio acordado entre la Unión Europea y Reino Unido.

Pero May ha querido dejar claro que este escenario no significa una inacción del Gobierno. La líder conservadora ha asegurado que, a pesar de esto, seguirá reuniéndose con los deferentes grupos parlamentarios del Parlamento para poder presentar "esta semana" un acuerdo que sea capaz de salir adelante en la Cámara de los Comunes. Inaccesible al desaliento.

Este acuerdo que quiere presentar no significa seguir dentro del Mercado Único o la Unión Aduanera ya que conllevaría traicionar la decisión de la ciudadanía británica tomada en 2016. 

Al otro lado del Canal de la Mancha, la Unión está expectante y "siguiendo muy de cerca" lo que ocurre en Westminster, tal y como dijo el presidente del Consejo Europeo Donald Tusk. Este mismo órgano europeo ha intentado curarse en salud ante la cada vez más probable salida de Reino Unido sin acuerdo aprobando una serie de medidas para salvaguardar algunos aspectos de los intereses y derechos de los ciudadanos comunitarios en Reino Unido y viceversa. No obstante, muchas de estas medidas están pendientes de que Reino Unido llegue a acuerdos de reciprocidad.

May, en busca de apoyos

Tras haberse reunido a lo largo del fin de semana con algunos conservadores euroescépticos para tratar de que apoyaran su pacto, May mantuvo este lunes conversaciones con el Partido Democrático Unionista (DUP) de Irlanda del Norte (los socios de Gobierno de los "tories"). La formación ultraconservadora ha reiterado que"su posición no ha cambiado" en absoluto sobre los aspectos del plan de divorcio y mantiene su rechazo al texto gubernamental.

En los últimos días, ha aumentado la presión sobre May para que dimita de su cargo, si bien ella de momento no ha dado señales de que piense dejarlo en el futuro inmediato.

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