La pandemia impone un cambio de estrategia

Los 'renegados' del virus: la conversión radical de Trump, Johnson y Bolsonaro

Los 'renegados' del virus: el giro radical de Trump, Boris Johnson y Bolsonaro. / EFE
Los 'renegados' del virus: el giro radical de Trump, Boris Johnson y Bolsonaro. / EFE

De "una simple gripe que morirá en abril por el calor" a "el confinamiento es malo para la economía pero quiero salvar muchas vidas". Dos estrategias ante el Covid-19 radicalmente opuestas pero obra de un mismo líder, Donald Trump. Entre ambas hay unas semanas de distancia (del 10 de febrero al 31 de marzo) pero también un récord histórico de solicitudes de ayudas por desempleo (6,6 millones en la última semana de marzo), un programa de estímulos económicos sin precedentes en EEUU y un estudio del Imperial College of London que 'amenazaba' con 2,2 millones de muertos si Washington no frenaba la propagación del virus.

Dicho estudio fue también el detonante del giro de 180 grados del primer ministro británico, Boris Johnson, defensor hasta su publicación de priorizar la economía y de la táctica de la "inmunidad de grupo" -permitir el avance del virus con la esperanza de que el 60% de los contagiados superase la enfermedad sin problemas-. Cuando, con España ya bajo el estado de alarma y toda Italia en cuarentena, el grupo académico londinense advirtió que podían morir más de medio millón de británicos y que incluso aplicando medidas "de distanciamiento social" el Servicio Nacional de Salud (NHS) se dirigía hacia el colapso, Johnson decretó el cierre de escuelas, restaurantes y tiendas. Ya era tarde. El lunes, la cifra de fallecidos en 24 horas en Reino Unido superó a la de España (786 frente a 743). Este jueves, mientras el 'premier' salía de la unidad de cuidados intensivos del hospital de St. Thomas, el país registraba el número más alto de víctimas mortales hasta la fecha: 938.

La dramática tasa de mortalidad del Covid-19 ha enterrado el discurso de los líderes que minimizaban el riesgo y desafiaban abiertamente las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS), aquellos que hace solo unas semanas repartían apretones de manos mientras se jactaban de priorizar la economía. La escuadra de los 'renegados' del coronavirus incluye también al mexicano Andrés Manuel López Obrador, al presidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa, o al bielorruso Alexander Lukashenko, pero Johnson, Trump y el brasileño Jair Bolsonaro son sus máximas 'estrellas'. 

Trump ya acariciaba la reelección... y de repente llegó el virus 

Mientras EEUU se convertía esta semana en el país más afectado del mundo por cifra de contagios (más de 432.000), Trump anunció ayer la creación de un nuevo grupo de expertos dedicado exclusivamente a "reabrir" la economía del país. Además de destacados miembros de la Administración, integran el grupo Gary Cohn -exdirector del Consejo Económico Nacional-, el presidente ejecutivo de Blackstone, Steve Schwarzman, o el economista Art Laffer.

La urgencia del magnate -cuyo poder para 'reabrir' la economía es limitado porque depende de los gobernadores para revertir las restricciones- es comprensible; el coronavirus amenaza con fulminar su mejor baza para lograr la reelección en las presidenciales de noviembre: una economía que navegaba viento en popa. El impacto del Covid-19 ha superado las peores expectativas de los economistas: la tasa de desempleo podría alcanzar el 12% en el segundo trimestre del año (desde el 3,5% de febrero). En las últimas tres semanas, más de 16 millones de personas se han ido al paro. Nunca antes tantos trabajadores estadounidenses habían perdido su trabajo en tan poco tiempo.

Johnson y la "inmunidad de grupo"

Johnson optó por la estrategia de la "inmunidad de grupo" para evitar los devastadores efectos del confinamiento en el empleo y la paralización de la economía. Asumió el riesgo de una cifra importante de muertes entre la población vulnerable (enfermos crónicos y ancianos) y no impuso restricciones a la movilización. El 16 de marzo, el informe del Imperial College que alertaba sobre una catástrofe sanitario impuso un cambio de rumbo en Downing Street. Once días después, Johnson dio positivo por coronavirus.  

El 'premier' no ha desarrollado una neumonía ni ha requerido ventilación mecánica, aunque sí recibió tratamiento con oxígeno durante su ingreso hospitalario. Tras el día con más muertos en el país desde el inicio de la pandemia Reino Unido ha superado los 7.090 fallecidos, aunque los datos del Ministerio de Salud no recogen los muertos en residencias de ancianos o domicilios ni a los pacientes que no dieron positivo en un test antes de morir. Allí, como en España, las autoridades insisten en que se respeten las medidas de confinamiento durante la Semana Santa.

Bolsonaro contra su 'Chicago Boy'

Cuando hace dos semanas la OMS insistía en que el confinamiento de la población era clave para la contención del virus, el mandatario de Brasil calificaba el Covid-19 de "pequeña gripe" ante la que "los empleos deben ser preservados". Una declaración que provocó las protestas de una sociedad confinada contra un líder cuyo historial inagotable de intervenciones controvertidas no le impidió conquistar la presidencia. Bolsonaro no solo se ha burlado de las medidas de distanciamiento social mezclándose con simpatizantes, también ha presionado a los gobernadores federales para que levanten las medidas de confinamiento.

Aunque el presidente brasileño no ha llegado a renegar de su 'estrategia', la pandemia ha abierto una brecha en el seno del Gobierno, especialmente entre Bolsonaro y el ministro de Salud, Luiz Henrique Mandetta, firme partidario de las medidas de aislamiento social, pero también con su 'Chicago Boy' particular, el controvertido Pablo Guedes, ministro de Economía, el hombre elegido por Bolsonaro para 'arreglar' las cuentas de Brasil y que defiende públicamente el confinamiento temporal para superar cuanto antes la crisis sanitaria y poder abordar después las consecuencias económicas del Covid-19. El 76% de los brasileños apoyan al aislamiento domiciliario y a las estricciones que rigen actualmente en la mayoría de los 27 estados del país, según el diario 'Folha de Sao Paulo'. Brasil y su líder parecen vivir 'pandemias' dispares.

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