Suiza vota no a la renta básica, pero el efecto contagio llega al resto de Europa

  • Mariola Wili, cofundadora de la iniciativa popular, asegura que están satisfechos: "La Renta Básica Universal ha dejado de ser una utopía".
Fotografía de francos suizos.
Fotografía de francos suizos.
Pixabay.

Los suizos rechazaron en referéndum una iniciativa popular para instaurar una renta mínima mensual de unos 2.300 euros por adulto y 565 euros por cada menor de 18 años, que, según sus promotores, pretendía garantizar una vida digna para todos los ciudadanos. ¿Peligro u oportunidad? Este ha sido el debate en Suiza en los últimos meses donde la posibilidad de contar con una renta básica universal de 2.250 euros ha sido el tema de conversación en las cafeterías, escuelas y centros de trabajos. El debate está en que si pagas a alguien por hacer nada, hará nada o, si por el contrario, una persona que tiene asegurada una renta básica trabajará con ilusión y determinación.

“Todo el mundo debe tener un ingreso básico, da igual si trabaja o no, si es rico o pobre, si vive solo o en comunidad, si está sano o enfermo”, cuenta a La Información, Mariola Wili, promotora de la iniciativa popular sea un referéndum. La idea comenzó a tomar forma en 2005, pero no fue hasta el año pasado cuando empezaron a reunirse las 100.000 firmas que se requiere para que un iniciativa popular sea votada. “Estamos muy felices porque hemos puesto sobre la mesa este debate. Hace cinco años era una idea utópica o filosófica, pero ahora este modelo no parece tan inverosímil", asegura vía teléfono.

En un país donde el salario medio bruto es de 4.500 euros mensuales, parte de la población ve en la propuesta un peligro para el sistema económico actual y un riesgo para la sociedad del bienestar ya que el Estado podría subir los impuestos o reducir las partidas relacionadas con educación o sanidad.

Los críticos advierten también sobre “el síndrome de la vagancia”. La renta básica garantizaría un nivel de vida mínimo sin necesidad de trabajar. No obstante, para los promotores de la iniciativa es una cuestión relacionada “con el ser humano”. “El dinero no es el único incentivo para trabajar, ya que a la gente le gusta aportar algo más”, señala.

El texto que rechazaron los electores suizos solicitaba la instauración del pago de una Renta Básica Incondicional que garantizara a todo el mundo una vida digna, pero no establecía un importe concreto. Dejaba esa tarea a los legisladores. No obstante, los promotores partían de una base de una renta mensual en torno a los 2.500 francos mensuales. “Por ejemplo, una persona que ganara un salario de 1.500 francos recibiría 1.000 francos más gracias a la RBI, mientras que la suma total percibida por una persona con un salario de 2.500 francos permanecería invariable”, explica Mariola Wili.

¿Cómo se financiaría la iniciativa?

Para implementar esta RBI (Renta Básica Incondicional) según datos de 2012, se necesitan 208.000 millones de francos al año, equivalentes al 35% del PIB. Sería financiada en su mayoría por medio de deducciones sobre los salarios y las prestaciones de seguridad social. Para los 25.000 millones de francos restantes podría recurrirse a impuestos o reducciones de otras partidas en el presupuesto del Estado. Para los que están en contra del aumento del IVA, la solución sería "establecer una microtasa sobre las transacciones financieras y otra tasa sobre los ordenadores, ya que el debate se hace desde la óptica de la digitalización del trabajo", sostiene la socialista Anita Fetz.

Para el director de la Unión Patronal Suiza, Roland A. Müller, “era una iniciativa inviable, demasiado cara". Pero le parece válido el debate que se ha creado alrededor del tema dentro y fuera del país".

Por su parte, Adriana Göhler, representante del partido de los Verdes de Alemania, se ha trasladado a Basilea para seguir de  cerca el resultado: "la idea no es nueva, ya los verdes en Alemania habían jugado con la propuesta, en los años 60, de un sueldo básico y universal para así construir un mundo más social. La diferencia está en que en Suiza ha sido posible llevarlo a las urnas. Eso sí, es una pena el resultado", ha explicado. 

Y si los españoles votáramos...

Y si los españoles votáramos esta iniciativa. Antes de simplificar y decir que si con la boca grande es necesario poner en perspectivas algunos datos y diferencias entre España y Suiza. No compras los mismo con 2.250 euros en España que en Suiza. Un café ronda los cinco euros frente al euro que se paga en nuestro país. Además, en el país helvético, ese salario de 2.250 euros corresponde a un profesor de Universidad y más de la mitad se va directamente al alquiler mientras que en España, se pueden vivir casi con comodidad en cualquier en ciudad.

Preguntado por qué votarían los españoles, Xavier Coller, catedrático de sociología de la Universidad Pablo de Olavide apunta a las diferencias entre ambos de país, como el tamaño o el paro. “No hay caracteres nacionales en el siglo XXI”, asegura el sociólogo que señala "las diferencias económicos y políticas" entre cada país como los rasgos diferenciadores.

Más allá de las diferencias en el nivel de vida, ya mencionadas, en Suiza son muy pocos, alrededor de 8 millones frente a los 40 millones de España. Además, es un país en el que "armar un referéndum es realmente fácil”. Solo en 2012 se llevaron al Parlamento 31 propuestas, cada una de temas y asuntos diferentes. “Gracias a la democracia directa, los ciudadanos actúan como representantes de las grandes decisiones, pero cuando se utiliza muchos esta opción puede cansar a los ciudadanos”, asegura el sociólogo.

En España, el partido político que más se acerca al concepto de renta básica es Podemos, que el punto 101 de su programa habla de Renta Garantizada. La cuantía inicial se establecería en 600 euros mensuales para las unidades de convivencia de un solo miembro, y aumentaría progresivamente en función del número de miembros.Una utopía cada vez más real. 

Suiza se ha convertido así en el primer país que consulta a su población la posibilidad de implantar una renta básica universal. La iniciativa ha partido del dueño de una cafetería de Basilea, Daniel Haeni,  a la que se han sumado a otras quince personas y que pese a la derrota en las urnas,  reivindican la victoria moral de la iniciativa.

Sin embargo la iniciativa es cada vez más común en los países nórdicos que dejan de tacharlo de utopía. Holanda ha puesto en marcha un proyecto piloto en Utrecht y otros 19 municipios para estudiar su viabilidad. Finlandia lo hará también el año que viene. En Alemania, un colectivo presentó hace unos días más de 90.000 firmas. Pero el ejemplo para este colectivo fue, según dicen, Ochivero en Namibia donde miles de personas recibieron la renta con “un extraordinario resultado”.Así se financiaría en EEUU, Luxemburgo o Dinamarca

En Estados Unidos, por ejemplo, la introducción de una RBU de 10.000 dólares anuales supondría un coste total para las arcas públicas de unos 3 billones de dólares,  según un análisis de Robert Greenstein, presidente del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas.

Según datos recopilados por la OCDE, Luxemburgo y Dinamarca podrían en la actualidad pagar al año a cada uno de sus ciudadanos 17.800 y 10.900 dólares, respectivamente, si se eliminasen todas las ayudas no relacionadas con cuestiones de salud y se repartiesen ese dinero de manera equitativa entre la población. 

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