Represión brutal de Erdogan contra los kurdos en el sureste del país

    • El ejército turco movilizó a cerca de 10.000 hombres para expulsar a jóvenes del PKK que han levantado barricadas y trincheras en algunos barrios de Cizre y Silopi, entre otras.
    • Tras las elecciones de noviembre y recibir el apoo de las urnas, el presidente Erdogan reanudó su política de mano dura contra los kurdos y acusó al partido opositor HDP de apoyar al grupo armado.
Represión brutal de Erdogan contras los kurdos en el sureste del país
Represión brutal de Erdogan contras los kurdos en el sureste del país

El sureste de Turquía arde. Cinco días de enfrentamientos entre supuestos miembros del brazo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK) y el Ejército de Turquía dejan al menos cien muertos.

Unos 10.000 hombres, respaldados por carros de combate, fueron movilizados por el gobierno para poner en marcha una ofensiva destinada a desalojar a los kurdos de los centros urbanos de dos ciudades cercanas a la frontera siria e iraquí, Cizre y Silopi, ciudades regidas por el toque de queda desde hace varios días.Además los enfrentamientos se han extendido al barrio de Sur,en el centro histórico de Diyarbakir,que también se ha convertido en un campo de batalla, igual que la vecina localidad de Nusaybin.

Después de más de dos años de alto el fuego, el verano pasado estallaron combates entre las fuerzas de seguridad turcas y el PKK que pusieron fin a las conversaciones de paz iniciadas a finales de 2012 para poner fin al conflicto que dura desde 1984.

Precisamente, el conflicto kurdo turco protagonizó la campaña electoral el pasado 1 de noviembre. Durante los comicios el primer ministroReceyp Erdogan utilizó la tensión con los kurdos para subrayar que solo bajo su mandato Turquía estaría en paz.

Durante los dos últimos años, los militantes del PKK, especialmente las jóvenes milicias del YDG-H (el Movimiento de los Patriotas Revolucionarios, próximo pero autónomo del PKK), aprovecharon los dos años de tregua para implantarse en las ciudades "liberadas", cavando trincheras y levantando barricadas para impedir la entrada de las fuerzas de seguridad. Esta estrategia, paralizó estas ciudades. Desplazándose de las tradicionales zonas rurales a las ciudades, los combates provocaron el éxodo de unas 200.000 personas, con consecuencias desastrosas para esta región del sudeste. Su situación recuerda a la de la vecina Siria, enzarzada en una guerra civil, con casas, escuelas y hospitales destruidos.

Tras las elecciones de noviembre, tras recibir el apoyo de las urnas, el presidente Erdogan reanudó su política de mano dura contra los kurdos y acusó al partido opositor HDP (Partido de la Democracia de los Pueblos) de estar apoyando al movimiento armado.

La ofensiva ha sido criticada por numerosos opositores políticos y por la sociedad civil. Además, los manifestantes que han salido a la calle par denunciar el acoso a los kurdos han sido violentamente dispersados por la policía con balas de goma y gases lacrimógenos.Hundreds protest against Turkey's anti-PKK offensive https://t.co/9rkgXHl9BZpic.twitter.com/Fb1l1OqGFH— Al Arabiya English (@AlArabiya_Eng) diciembre 20, 2015La extensión del conflicto kurdo a la guerra en Siria

El conflicto entre los kurdos y Turquía extiende sus tentáculos a la vecina Siria donde la guerrilla es el principal apoyo a las fuerzas rebeldes que luchan en el país. Desde el inicio del conflicto, Ankara ha expresado en numerosas ocasiones su malestar por el apoyo ruso a la minoría kurda, sea en Siria o en Irak, mientras que Moscú mantiene que esa etnia debe participar en las negociaciones de paz con el régimen sirio de Bachar al Asad.

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