Arabia Saudí se acerca a Rusia pese a los intentos de Trump por evitarlo

  • La reunión tiene como el telón de fondo el distanciamiento entre Riad y Washington y el interés ruso-saudí por reducir los precios del petróleo .
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el rey Salmal bin Abdelaziz de Arabia Saudí
El presidente ruso, Vladímir Putin, y el rey Salmal bin Abdelaziz de Arabia Saudí

Las relaciones internacionales en Oriente Medio parecen estar dando un giro de 180º. La reunión entre el presidente ruso, Vladímir Putin, y el rey Salmal bin Abdelaziz de Arabia Saudí suponen un acercamiento sin precedentes entre dos potencias enfrentadas durante décadas y un alejamiento, de facto, de Washington, que hasta ahora había jugado un papel predominante en la región. "Esta es la primera visita a Rusia de un rey saudí en toda la historia de nuestras relaciones. Esto ya es de por sí un acontecimiento muy significativo", afirmó Putin al comienzo de la reunión en el Kremlin.

Curiosamente, Rusia y Arabia Saudí no han destacado por sus buenas relaciones durante décadas. El apoyo saudí a los muyahidines afganos, el respaldo de Riad al derrocamiento del régimen sirio de Bachar al Asad y el hecho de que Arabia fuera el principal aliado estadounidense en la zona, junto con Israel, había levanto entre ambas naciones un muro que, hasta ahora, parecía infranqueable.

Sin embargo, el creciente distanciamiento entre Riad y la Casa Blanca ha jugado a favor del Kremlin. La lista de reproches saudí no ha hecho más que crecer en los últimos años. La ley que permite a los ciudadanos estadounidenses demandar al gobierno de Arabia Saudita por los ataques del 11 de septiembre de 2001; la negativa de Obama a actuar para evitar la caída en Egipto del gobierno de Hosni Mubarak en 2011; la retirada de las tropas estadounidenses de Irak ese mismo año, dejando al país en manos de un gobierno que Riad considera aliado de Irán; y, sobre todo, la firma del acuerdo nuclear con Irán, país con el que compite por influencia en el mundo musulmán y cuyos aliados actúan en Líbano, Siria, Yemen o Irak en contra de los intereses de Riad, son solo algunos de los agravios que Arabia acumula contra Estados Unidos.

De poco parecen haber servido los esfuerzos de Trump por retomar estos contactos. El presidente norteamericano está dispuesto incluso a romper con el polémico acuerdo nuclear y, en este sentido, ya ha lanzado diversas advertencias asegurando que Irán "no cumple" con el espíritu del acuerdo, y ha adelantado que hará un anuncio al respecto "dentro de muy poco" porque Irán "apoya el terrorismo y la violencia" y es importante que Teherán no obtenga armas nucleares.

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Ahora, Putin ha aprovechado la visita saudí para comenzar negociaciones altamente provechosas para ambos países, orientadas a frenar la caída de los precios del petróleo. Así, Salman se ha mostrado dispuesto a seguir cooperando con Rusia para estabilizar el mercado internacional, después de que Putin asegurara la víspera que ve "posible" un nuevo acuerdo para prolongar la reducción de la extracción de crudo, "como mínimo hasta finales de 2018".

Por otro lado, Moscú y Riad han firmado varios acuerdos militares de transferencia de tecnología para la producción de armamento ruso en territorio saudí, como es el caso de un contrato para la fabricación de fusiles Kaláshnikov A-103 y también habrían alcanzado un principio de acuerdo para el suministro de los novísimos misiles antiaéreos rusos S-400 "Triumph", en un contrato que ascendería a unos 3.000 millones de dólares.

En el plano más político, el encuentro se ha centrado, principalmente, en el intento de encontrar una solución para la guerra en Siria. Salman ha abogado por resolver la crisis siria en virtud del Comunicado de Ginebra de junio de 2012 sobre la creación de un Gobierno de transición con miembros del régimen de Asad y de la oposición. Sin embargo, ha pedido a Irán que renuncie a la "injerencia en los asuntos internos" y a las "acciones encaminadas a desestabilizar" la situación en Oriente Medio. Este punto, podría ser el que más tensión generara entre Moscú y Riad ya que Rusia defiende tanto el derecho de Teherán a desplegar tropas en la zona como su participación en las negociaciones de Ginebra.

Ahora, Arabia Saudí mira con esperanza a Rusia. El aumento el aumento de las inversiones, le permitirá luchar, por una parte, con lo que considera intervencionismo iraní y, por otra, reducir su dependencia de Estados Unidos. Mientras tanto, la primera economía con Oriente Medio prefiere no cerrarse ninguna puerta. Los saudíes lo tienen claro: "Unas relaciones estrechas con Estados Unidos, China y Rusia no son autoexcluyentes".

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