El futuro de la catedral de Notre Dame tras el incendio ya pinta mejor. Los bomberos de París han logrado salvar la estructura del templo después de que se haya producido un enfriamiento del mismo. Una noticia que llega apenas una hora después de que alertaran de que no podían detener la propagación de las llamas por la cubierta, lo que podía haber provocado "consecuencias impresivibles" si el fuego llega a alcanzar las torres, como informa EFE.
Esta advertencia de los equipos de bomberos que están trabajando en la zona también la hizo el ministerio del Interior francés, que a través de su viceministro señaló que la salvación de Notre Dame no está asegurada, como informa AFP. Pero apenas una hora después, el Gobierno de Emmanuel Macron ha querido desactivar las alarmas y ha ofrecido una visión mucho más optimista, dentro de la tragedia que asola a su monumento. El propio jefe del Estado francés ha dicho en una alocución en la zona del desastre que se ha evitado "lo peor".
Las llamas que llevan asolando la catedral durante horas ya han acabado con la aguja principal que sobresalía del techo del templo. Una escena que encendió aun más las alarmas por la situación en la que podría quedar uno de los monumentos más emblemáticos de Europa, hasta el punto de que es el más visitado de Francia.
La Fiscalía ya investiga el incendio
La Fiscalía de París ha abierto una investigación para determinar las circunstancias del incendio. La Policía Judicial ha sido la encargada de investigar los motivos del incendio, que se declaró a las 18.50 hora local en el techo del templo, y que todavía continúa.
El fiscal de París, Rémy Heitz, se encuentra en el lugar de los hechos, acompañado de otras autoridades, como la alcaldesa de la capital, Anne Hidalgo, mientras que el presidente, Emmanuel Macron, llegará próximamente, tras haber suspendido una alocución televisada que tenía programada.
Según los primeros elementos, el incendio se declaró en la parte del techo de la catedral, que estaba siendo sometida a una restauración. Las llamas afectaron en un primer momento a los aledaños de la aguja central, añadida en el siglo XIX al templo medieval.
Los bomberos tuvieron dificultades para acceder a la catedral, lo que hizo que las llamas se extendieran por todo el armazón que sujeta el techo, que poco a poco fue pasto de las llamas, que también afectaron a algunos arbotantes. En el momento del incendio la catedral ya había cerrado a los turistas, pero las autoridades evacuaron todo el perímetro, así como parte de las viviendas adyacentes para evitar que fueran afectados por el humo.
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