Rumanía se tambalea con la crisis económica y política

  • La reciente caída del Gobierno y la mala situación financiera de un país hipotecado lleva a los ciudadanos al pesimismo
El parlamento rumando en la votación que acabó con el Gobierno centrista de Emil Boc | Europa Press
El parlamento rumando en la votación que acabó con el Gobierno centrista de Emil Boc | Europa Press
Europa Press
Sinziana Demian | GlobalPost para lainformacion.com
Sinziana Demian | GlobalPost para lainformacion.com

CLUJ-NAPOCA (Rumanía) — Mientras almuerza en un pequeño restaurante de comida rápida en el centro de la ciudad, Mirela Popa no puede apartar los ojos del letrero con el cambio de moneda al otro lado de la calle. "En media hora el euro ha subido tres veces", apunta. "Y todo es por sus estúpidos juegos políticos. El país se hunde y a ellos no les puede preocupar menos".

El enfado de Mirela no es una excepción en esta ciudad de 400.000 habitantes en los días posteriores a que el Gobierno perdiera una moción de confianza en el parlamento. Los eventos que han llevado hasta la primera caída de un gobierno (liderado por el primer ministro centrista Emil Boc) en la era post comunista de Rumanía han provocado que la gente dude sobre la estabilidad del país.

Una de las principales preocupaciones de millones de rumanos es que la inseguridad política pueda acarrear una mayor devaluación de la moneda nacional, RON, frente al euro, y que por consiguiente suban sus cuotas hipotecarias.

Hipoteca en euros

 "Este año ha sido terriblemente duro, con la economía mal, pero ahora parece que puede ir incluso peor, por culpa de este circo político", dice Alina Marian, cuyos pagos mensuales a diferentes bancos suman el 80 por ciento de sus ingresos totales actuales. Al igual que la mayoría de los rumanos, Marina cobra en RON, pero tiene préstamos en euros.

Además de a las cuestiones prácticas, los trastornos políticos han erosionado la confianza de los rumanos en sus líderes políticos. Los cinco principales partidos del país se han enfrentado con frecuencia en los últimos tiempos. Hace dos meses la coalición del gobierno se disolvió de forma abrupta por una disputa en torno a un puesto ministerial.

Tras una avalancha de órdenes ejecutivas en los últimos meses que eludieron el parlamento y revisaron los códigos civil y penal, el sistema educativo y las leyes el empleo estatal, la confusión se ha extendido. Eventualmente el gobierno de Boc acabó siendo apartado del poder la semana pasada por una moción de confianza cuando intentaba aprobar otra orden ejecutiva sobre límites a las pensiones.

 "Estamos metidos en un completo lío, que dudo que el próximo gobierno logre arreglar", asegura el ingeniero Gheorghe Preda, de 64 años. "Mira mi situación: ahora no tengo ni idea de si me tendré que jubilar pronto o quedarme en mi trabajo, y durante cuánto tiempo, y bajo qué condiciones salariales".

Confusión generalizada

Los alumnos de bachillerato, cuyos exámenes de graduación se han modificado varias veces recientemente, también están confusos. Se preguntan si un nuevo gobierno introducirá más cambios en el contenido de los exámenes o las fechas. "Hemos sido conejillos de indias toda la vida", asegura el joven de 18 años Robert Ionescu. "Cada nuevo ministro de Educación decide una cosa distinta. Sinceramente, tenemos miedo a lo que inventen ahora".

Profesores, médicos y funcionarios a su vez se preguntan si recibirán sus salarios, y si será a tiempo. Pocas horas después de que Boc dijese que el tesoro público tenía dinero suficiente para asegurar los salarios y las pensiones hasta final de año, el presidente Traian Basescu advirtió que ese podría no ser el caso en absoluto si Rumanía no logra superar la crisis política a tiempo y asegurar el tercer pago al FMI a finales de año.

 "Es casi irrelevante hablar de un gobierno rumano influyente. Claramente es el FMI el que nos está 'gobernando' en este momento", deunciaba hace poco el analista político Cristian Tudor Popescu en la red Realitatea.

Por lo de ahora, federaciones de sindicatos que representan a 1,4 millones de empleados estatales han paralizado los planes de huelgas masivas, ya que dicen que ya no saben con quien negociar. Dieron una advertencia seria hace 10 días, cuando 800.000 personas dejaron de trabajar durante un día, en protesta por los salarios bajos y el aumento de despidos. La actual tasa de desempleo está en el 7 por ciento, y en los próximos meses llegará al 10 por ciento, según predicen los analistas.

En este clima de confusión el recién nombrado primer ministro Lucian Croitoru, un economista y antiguo representante del FMI sin afiliación política, tendrá que formar un nuevo gobierno dentro de 10 días, y después esperar a que el parlamento apruebe su gabinete. Eso podría resultar complicado, ya que el 65 por ciento de los senadores y diputados pertenecen a partidos que preferían a otro candidato.

Además, las elecciones presidenciales programadas para finales de noviembre podrían provocar otra ronda de cambios en el gobierno. Por lo tanto, el equipo que Croitoru está poniendo en marcha podría tener una vida muy corta. El presidente rumano tiene la prerrogativa de nombrar al primer ministro, quien después designa su gabinete basándose en las cuotas de partidos y las coaliciones, por lo que la pelea política por los ministerios podría ocupar la agenda política del país hasta finales de año.

 "Y mientras tanto Rumanía y los rumanos están perdiendo de todas las maneras posibles", concluía Preda en su análisis, en el que decía estar pensando crear un grupo en internet llamado Demasiado Disgustado para Votar. Está convencido de que tendrá bastantes seguidores, ya que los rumanos no están más que "profundamente disgustados y sumamente hartos con todos los que manejan el tinglado".

Mostrar comentarios