Se cumple un año de la desaparición de un velero argentino en aguas brasileñas

    • Los familiares creen que los cuatro desaparecidos podrían haber sido secuestrado por piratas en alta mar.
    • La madrugada del 27 de agosto de 2014 fue avistado por un navío noruego por última vez.
Tunante II
Tunante II

Hace un año desapareció un velero argentino en aguas brasileñas con cuatro tripulantes. Es el 'Tunante II' y todavía hoy sus familiares tienen esperanzas de encontrarlos.

"El último lugar de una pista detectada está a 2.200 km de la costa. No hay navegación por allí que pueda colaborar, sólo puede ir un avión militar. O detectarlos con un satélite de verificación óptica, que no se está usando ahora", dijo Luana Morales (31 años), hija de Horacio Morales (64), uno de los ocupantes de la embarcación.

Los familiares, según Luana, reclaman "el refuerzo de búsqueda por tierra en islas, hay seis o siete posibles en el Océano Atlántico. O buscar por Interpol. Hay piratería a la altura de donde desapareció el 'Tunante II'. Pudieron haber sido secuestrados".

En el barco navegaban, además de Morales, el oftalmólogo Jorge Benozzi (63), Mauro Cappuccio (36), pareja de Giovanna Benozzi (hija del oculista) y el cardiólogo Alejandro Vernero. Los atrapó un temporal en alta mar.

Habían partido del puerto de San Fernando, al norte de Buenos Aires, rumbo a Río, en agosto de 2014. El barco dio un giro cerca de la costa de Río Grande y sufrió averías y pérdida de mástil, pero quedó a flote.

La madrugada del 27 de agosto de 2014 fue avistado por un navío noruego por última vez. La balsa del "Tunante II" fue hallada a la deriva. La agencia estatal de satélites en Argentina ha colaborado en la detección y hubo cinco avisos de pistas fuertes.

"Son indicios de radar, no de visión. Es decir detectan objetos sólidos. Se constató algo el 25 de junio pasado. Y se repitió el 7 de julio. Fuimos a la prensa, pedimos a las autoridades, ministerios de Defensa, embajadas, etc, pero nada. No tenemos ayuda", lamentó Luana.

Los familiares piden que se verifiquen las islas deshabitadas. "Pagar un barco privado es imposible, cuesta 40.000 dólares la hora", dijo Luana.

"Los protocolos internacionales nos juegan en contra. Dicen que una persona puede sobrevivir nada más que diez días en el mar. Y hay casos de casi un año hallada viva. Los rescates se demoran demasiado", agregó.

Luana afirmó que el caso puede ser ejemplar hacia el futuro. "Si mi papá no vuelve, que no tengamos en otra ocasión una hija pidiendo por su padre y que por una cuestión de protocolo no lo busquen".

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