La búsqueda de la niña británica Madeleine McCann cada día se desvanece. La policía británica anunció esta semana que ha reducido de 29 a cuatro el número de agentes dedicados a buscar a 'Maddie' que desapareció en el Algarve portugués en mayo de 2007.
Scotland Yard afirmó que están siguiendo "un reducido número de líneas de investigación" en relación al caso, por lo que ya no es necesaria la dedicación exclusiva del mismo número de agentes.
Después de queDavid Cameronotorgase un presupuesto de5 millones de libras a la investigación en el 2011, los gastos del caso se han ido sumando hasta llegar a los 11 millones (15 millones de euros).
Los agentes han llegado a tomar 1.338 declaraciones y recolectar 1.027 pruebas, y todavía no han llegado a una conclusión sobre qué le ocurrió a la niña, que tenía casi cuatro años cuando desapareció.Muchas hipótesis y ningún resultado
Reino Unido reabrió oficialmente en julio de 2013 una investigación que la policía portuguesa había cerrado cinco años antes, tras haber identificado nuevas pistas y sospechosos.
"Hay una posibilidad de que esté viva", dijo el inspector de Scotland Yard encargado del caso, Andy Redwood.
La pequeña desapareció del apartamento turístico que habían alquilado sus padres en Praia da Luz, cuando dormía con sus hermanos pequeños mientras sus padres cenaban en un restaurante de su complejo hotelero.
No ha habido un día en que los padres y la policía hayan recibido llamadas de diversos países para comunicar que habían visto a una niña parecida a Madeleine, cuya imagen ha dado la vuelta al mundo difundida por los medios de comunicación.
La colaboración ciudadana sirvió para abrir nuevas vías de investigación en un caso que el matrimonio McCann ha tratado de mantener abierto con diversas campañas.
Antes de dar carpetazo al caso por falta de evidencias en 2008, la policía lusa prestó particular atención a los testigos que afirmaban haber visto a Madeleine en el norte de Marruecos, el sudeste de España y Bélgica.
Scotland Yard no consigue dar con el autor del supuesto secuestro, al igual que otras líneas de investigación que situaban a la niña en lugares más lejanos, como Nueva Zelanda, Latinoamérica y la India.
Parte de esa búsqueda corrió a cargo de detectives privados que contrató el matrimonio McCann, que pasaron de ser sospechosos en las primeras etapas del caso a ser los únicos impulsores de la investigación, hasta que ScotlandYard volvió a ocuparse de las indagaciones.
La niña que a día de hoy tendría 11 años ha sido objeto de todo tipo de supuestos: Desde que fue secuestrada por un pedófilo, atrapada por traficantes de órganos para ser vendida en el mercado negro, que salió por su propio pie del apartamento y sufrió un trágico accidente o incluso que sus padres fueron quienes de alguna manera orquestaron su desaparición. Infinidad de supuestos que ninguno tiene pruebas que los sostengan.
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