Pamela Sormeville se encontraba durmiendo en su automóvil cuando el sargento de Policía Mark Andrews decidió llevársela a la comisaria de Wiltshire, en Reino Unido, para hacerle un control de alcoholemia. Sus compañeros no se explican muy bien el porqué pero cuando llegaron a las dependencias Andrews enfureció y comenzó a maltratar a Somerville.
Las cámaras de seguridad registraron como el agente arrastra a la mujer por el pasillo y la encerrierra en una celda. A los pocos minutos Samerville está chorreando sangre. Gracias a la actuación de otros dos policías la Somerville es conducida al hospital donde tuvieron que intervenirla con varios puntos de sutura.
"Estaba aterrorizada, pensé que podría morir", declaró la mujer en aquel momento. Los hechos ocurrieron en 2008 pero las imágenes han vuelto a tomar importancia porque, según informa The Guardian, hoy Andrews ha sido condenado a seis meses de prisión.
Al dictar sentencia, el juez ha explicado que el agente había abusado de su posición de confianza y que sólo una pena privativa de libertad se adecuaba a su delito. Cuando salió a la luz el caso, hace dos años, el agente de policía fue suspendido de sueldo y probablemente, según la prensa británica, el caso acabe con la suspesión de empleo de Andrews.
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