"Si MSF se marcha, penalizará a la multitud por una cuestión de la que no tiene culpa"

La alarma en República Centroafricana saltaba hoy de nuevo. Tres cooperantes de la organización Médicos Sin Fronteras (MSF) morían en un ataque perpetrado por hombres armados contra una reunión de notables en una instalación del grupo humanitario en la localidad de Nanga Boguila.

La gravedad de este suceso ha hecho que la organización se replantee ahora retirar todo su personal del país. Juan José Aguirre es obispo en la localidad de Bangassou (RCA) y explica a Lainformacion.com los peligros a los que se enfrentan misioneros como él cada día.

¿Es habitual este tipo de ataques en cooperantes?

Es un hecho al que nos enfrentamos diariamente. En nuestro caso, muy recientemente hemos vivido este tipo de suceso. En jueves santo, un grupo de Sélékas secuestraron durante 24 horas a un obispo en Bangassou mientras oficiaba misa. Estaba con tres sacerdotes y él creía que les llevaban a matar. Afortunadamente, se encontraron con otro grupo de Séléka que desbloqueó la situación. Pero aún así estuvo a punto de morir.

¿Qué sería de los centroafricanos si no contaran con la ayuda de gente como ustedes?

El hecho de que los misioneros no nos hayamos ido y de que estemos junto a los centroafricanos, cualquiera que sea la religión que practiquen, es una seguridad para nuestra gente. Les trasmitimos, al menos, esperanza.

¿Cómo puede afectar al país que Médicos Sin Fronteras abandone Centroáfrica?

Espero que finalmente no lo lleven a cabo. No creo que por ese episodio terrorífico deban replantearse su presencia en el territorio. Dejarían desprotegidos a los centroafricanos. Nosotros hubiésemos tenido cantidad de ocasiones para tirar la toalla. Pero no lo hemos hecho por la seguridad de la gente. Espero que estos cooperantes tengan también esta idea. El hecho de poder estar con la gente en estos momentos de dificultad, tiene mucho mérito. Lo que pasó es gravísimo pero la gente en todo el país necesita su presencia.

Si se marcha MSF, sería un desastre para miles de personas. No sé qué sería de tantísima gente que está escondida en Bangui. Sería penalizar a la multitud por una cuestión de la que no tiene culpa.

¿Ustedes tienen miedo o han hecho del peligro su forma de vida?

Sí, claro. Tenemos miedo al igual que el resto de la población porque vivimos lo mismo que ellos. Pero, muchas veces tienes que dar la cara y ponerte delante de ellos y defenderles. Por lo que hay que superar el miedo y dar ese paso adelante.

¿Cómo ve las medidas de evacuación de los grupos musulmanes del país?

Hay una doble vertiente. En sitios donde están siendo perseguidos la medida es necesaria. Pero, por ejemplo, en Bangassou desde el mes de diciembre estamos juntando a musulmanes, católicos y protestantes para intentar apagar todos los fuegos. Y ahora convivimos todas las etnias tranquilamente. Donde hay peligro como puede ser en el oeste la medida puede ser necesaria. Pero allí, donde estamos tranquilos como en Bangassou no hay que mover nada.

¿Qué tiene que pasar para que se frene esta espiral de violencia?

Lo esencial es que alguien consiga bloquear a los 'anti-balaka' y poner freno a estos desmanes que están causando en el país. Se han hecho fuertes desde el mes de diciembre uniendo a muchos delincuentes con lo cual se están convirtiendo en una fuerza horrible a golpes de machete. Empezaron con los musulmanes, ahora están con los congoleños, luego seguirán con los centroafricanos desplazados.... Están en un plan muy duro.

En segundo lugar, se debería decidir qué hacer con los Séléka ¿Dónde van a ir? ¿Van a ser desarmados? ¿Se van a ir al norte? Si van al norte puede haber un riesgo de partición del país. En un riesgo que se debe contemplar porque muchos centroafricanos no quieren que el país se divida.

Pero, indudablemente, lo primero de todo es parar la violencia hay un horror desatado de unos contra otros con el que no se puede convivir.

¿Esto será viable en el corto plazo?

Este es el primer objetivo que tienen los militares que están llegando a Centroáfrica. La primera prioridad de estas fuerzas es suprimir esta espiral de violencia ya sea de los 'anti-balaka' o de los Séléka.

¿Hay demasiado goteo en la llegada de fuerzas de seguridad internacionales?

Hoy en día existen demasiados pocos militares para apagar tantos fuegos. Y los militares de las fuerzas de Naciones Unidas llegan demasiado tarde. Deberíamos aligerar más la llegada para poder conseguir pacificar el país.

De seguir así, ¿estamos ante el riesgo de convertir a Centroáfrica en la próxima Ruanda?

Sí, seguramente. Más que en Ruanda, yo pienso en la antigua URSS cuando se rompió en pedazos porque lo que están intentando ahora es dividir a Centroáfrica por grupos étnicos y eso no es razonable.