Sin dinero para la ayuda alimentaria

La crisis financiera mundial comienza a afectar a la gente que pasa hambre en la parte oriental de Chad y las estepas de Etiopía, en África. El programa de alimentos de Naciones Unidas no da abasto para atender a una creciente población famélica debido a problemas presupuestarios.

Pese a la debacle económica, la ayuda humanitaria de alimentos ha crecido levemente, pero no llega para cubrir las necesidades mundiales, afirman funcionarios de la ONU. El Programa Internacional de Alimentos cuenta con un presupuesto de 6.700 millones de dólares para el presente año, pero hasta ahora la agencia sólo ha recibido unos 2.000 millones.

Según las previsiones más optimistas, esperan llegar a los 3.700 millones a finales de 2009. Para los africanos que viven de esta ayuda significará menos raciones de comida. Las agencias de alimentos revisan ahora los informes médicos de lugares remotos para ver qué parte de la población dejarán sin participar en el programa.

Algunos casos dramáticos en África

En Uganda, afectada por la sequía, Naciones Unidas espera alimentar unos 2 millones de personas, pero tienen menos de un tercio de los fondos necesarios. Sólo en el norte del país, los funcionarios han tenido que suspender el reparto de alimentos a unas 600.000 personas.

En Etiopía, la ONU ha suspendido completamente el reparto a unas 200.000 personas, que hasta ahora recibían normalmente alimentos. El número de personas que cumple con los requisitos para tener derecho a alimentación [de la ONU] ha pasado de 4,2 a 6 millones de personas en sólo nueve meses.

Y la temporada de mayor necesidad –cuando se acaba el alimento de la última cosecha- comenzó el mes pasado. Los funcionarios también han tenido que recortar servicios especiales como atención maternal o cuidado de infantes. El programa de Somalia, con 130 millones de dólares menos, probablemente recortará las raciones en la zona sur y centro del país y suspenderá la ayuda a la parte norte.

 Las reservas de alimentos se agotarán en octubre. De aquí a finales de mes, los funcionarios prevén que se acaben los cereales en Kenia, el alimento más importante de las reservas de la ONU. "Me temo que en los próximos meses seremos testigos de una de las peores emergencias en Kenia, desde la gran sequía del año 2000", afirma Peter Smerdon, portavoz del programa para Kenia.

Recorte de otros servicios a los más necesitados

En Roma, Naciones Unidas anunció que ya no podrá mantener los vuelos especiales para llevar doctores, nutricionistas, expertos en sanidad y enfermeras de maternidad a las zonas más alejadas y los campos de refugiados. Estas son las mismas zonas donde se distribuyen alimentos.

"Si no recibimos una inyección de recursos para entonces, tendremos que comenzar a disminuir el servicio y, a la larga, suspenderlo del todo", afirma Greg Barrow, jefe de asuntos públicos del programa. "¿Cómo podrán los doctores ver a sus pacientes? ¿Cómo se podrá ofrecer agua potable si los ingenieros que ayudan a construir los pozos no pueden desplazarse hasta allí?", escribió en una declaración pública Pierre Carrasse, jefe del departamento de aviación del programa.

La actual crisis de alimentos se produce en un momento delicado para los agricultores y los criadores de ganado de África Oriental y el Sáhel, ya que la sequía y el alto precio de los alimentos han hecho aumentar el desempleo y el hambre. Los precios están tan fuera de control que, extrañamente, Naciones Unidas ahora reparte alimentos en los barrios pobres de la capital, donde nunca antes se había necesitado ayuda humanitaria.

Muchos de los que comienzan por primera vez a recibir alimentos son ex pastores que han abandonado las zonas de pastos –ahora secas- del Sáhel africano. Aquellos pastores que no se han rendido y que intentan ganarse la vida a duras penas debido a la caída de los precios del ganado, también tienen problemas para recibir la ayuda de agencias como la WFP.

1.000 millones de personas pasan hambre

Y el alimento ahora también proviene de zonas más alejadas. En África oriental, las agencias de alimentos compran en la India o Sudáfrica para evitar agotar la ya escasa oferta local. "Estamos en un momento en que se proyecta que la cantidad de gente que pasará hambre llegará a los 1.000 millones de personas, por primera vez en la historia", afirma Barrow.

"El presupuesto que hemos presentado para este año es mucho dinero, pero si lo comparamos con el que los gobiernos han aportado para los programas de rescate financiero y estímulo económico, en realidad no es tanto. Y si no recibimos dinero, las repercusiones serán enormes".