Solidarios en Acción: Cuando una carretera puede salvar vidas

  • Circular por las carreteras de Camerún puede ser una odisea. Los pueblos más alejados de las grandes ciudades quedan a merced de unos pocos vehículos que les traen de vez en cuando aprovisionamientos u ofrecen transporte para poder recibir atención médica. El Grupo de Desarrollo para la Vida y el Agua lleva tres años tratando de acondicionar la única vía que une al remoto pueblo de Nkuv con el resto del mundo.

Vía de acceso a Nkuv, Camerún (Imagen cedida por GDVA)
Vía de acceso a Nkuv, Camerún (Imagen cedida por GDVA)
Imagen cedida por GDVA

Nkuv es un pequeño pueblo camerunés de unos 700 habitantes que vive aislado en medio de un valle al que llega únicamente una pista forestal llena de agujeros y difícilmente transitable. La ciudad más cercana está a dos horas atravesando a pie las montañas que rodean esta pequeña localidad. Nadie en el pueblo tiene un coche.

"Es una pesadilla", resume Peter Njodzeka. Nació y pasó su infancia en Nkuv, pero se acabó trasladando a la capital, Yaoundé, donde estudió informática. Desde allí puso en marcha la ONG "Life and Water Development Group" (Grupo de Desarrollo para la Vida y el Agua, GDVA) para tratar de mejorar las infraestructuras y el acceso al agua potable de pequeños poblados como el suyo.

"La gente ha perdido la vida por culpa del mal estado de la carretera", asegura y enumera algunos ejemplos: el año pasado una serpiente mordió a un hombre, pero no le pudieron trasladar al hospital inmediatamente y se las vieron y desearon para sacarle de Nkuv.

Otras mujeres han dado a luz a sus hijos en la carretera y algunos pequeños han fallecido allí mismo durante el parto. El año pasado una mujer también perdió la vida mientras daba a luz en la carretera, lamenta.

Pocos avances

Los vehículos van allí una vez a la semana: un camión para trasladar a los que necesitan atención médica y otro para transportar comida, cuenta Njodzeka. Peor se pone la cosa cuando llueve y los vehículos no consiguen superar los obstáculos de la carretera, que más bien resulta ser un espejismo, dejando al pueblo más incomunicado si cabe.

Las deficientes carreteras son uno de los grandes problemas de este país centroafricano. El ICEX (Instituto Español de Comercio Exterior) dedicó un informe de más de 40 páginas a la infraestructura viaria de Camerún en 2007.

Aseguraba que había una "fuerte degradación del estado de las infraestructuras de carreteras de Camerún" en ese país y animaba a las constructoras y demás empresas españolas a introducirse en el mercado camerunés aprovechando el impulso que el Gobierno de ese país le iba a dar a las infraestructuras. Pero el propio informe admitía que "los riesgos siguen estando allí: corrupción, riesgo de cobro, retrasos, no seguridad para la inversión, etc.".

El Grupo de Desarrollo de Njodzeka lleva desde 2008 ocupándose de la carretera que une Nkuv con Kumbo, la ciudad más cercana. Pero el proyecto avanza muy despacio.

"Aún no hemos terminado la carretera. Nuestros socios [donantes y voluntarios] de Ingenieros Sin Fronteras vinieron en mayo de este año para darnos asesoramiento y vendrán el año que viene para seguir arreglando la carretera", cuenta el fundador de GDVA.

¿Pero por qué tardan tanto tiempo? "Son estudiantes de ingeniería, así que tienen que aprovechar sus vacaciones para venir", explica. ¿Y el Gobierno? El Ayuntamiento de Nkuv es el que se encarga de las infraestructuras y no tienen capacidad económica para mejorar la carretera.

Agua potable para los pueblos

La carretera de Nkuv no es el único proyecto de ayuda al desarrollo que se eterniza aquí. El GDVA acaba de terminar la llegada de una tubería hasta el pueblo, facilitando el acceso a agua potable a sus habitantes. Hasta ahora no tenían más remedio que coger agua sucia directamente de tres arroyos contrayendo enfermedades como la malaria o meningitis. También han facilitado filtros especiales que hacen las veces de depuradoras a la población.

Pero el proyecto de la canalización ha llevado cinco años hasta que han conseguido terminarlo. "Hay que ser pacientes", dice Njodzeka resignado.

Sólo el 48 por ciento de la población de las zonas rurales en Camerún tienen "acceso sostenible" al agua, según datos de 2006 de la Organización Mundial de la Salud. En el caso de las ciudades, el acceso al agua corriente tampoco llega a toda la población, sólo al 88 por ciento de acuerdo con las mismas fuentes.

El Grupo de Desarrollo para la Vida y el Agua ha llevado agua potable a otros cinco pueblos como Nkuv y a 22 escuelas de primaria. Paso a paso, poco a poco la mala situación de las infraestructuras camerunesas y de los cameruneses que las padecen va mejorando.

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