El terrorismo vuelve a poner en jaque a Túnez, tras 4 años en estado de alerta

Atentados en Túnez de junio
Atentados en Túnez de junio
EFE

El terrorismo vuelve a hacer estragos en Túnez, después de que este jueves un policía muriese y varias personas resultasen heridas tras dos atentados paralelos en los que dos hombres han hecho explotar sendos artefactos explosivos junto a una comisaría y una comitiva policial. Una situación que recuerda el horror vivido en 2015, cuando una ola de atentados dejó 72 muertos (60 turistas extranjeros y 12 miembros de la Guardia Presidencial), algo que provocó que el turismo en el país (uno de sus motores económicos) se resintiese durante casi tres años.

En el primero de los ataques, ocurrido en el Museo Nacional del Bardo (en Túnez) el 18 de marzo de 2015, 19 turistas extranjeros, tres tunecinos y los dos atacantes resultaron muertos. Los turistas fueron atacados cuando estaban saliendo de un autobús de visita para entrar en el museo y, cuando corrieron hacia el edificio alertados por los disparos, los atacantes los siguieron. El asedio duró tres horas y, entre los visitantes, fueron tomados como rehenes ocho mexicanos, varios españoles (no murió ninguno), cuatro argentinos, cuatro colombianos, cuatro brasileños, varios franceses, alemanes, italianos, polacos, australianos y japoneses.

Fue el primero de los tres ataques yihadistas del ISIS que destrozaron la reputación de país seguro que atesoraba Túnez hasta entonces. Unos meses después, el 26 de junio de 2015, tuvo lugar el atentado en una playa de Susa, una tranquila ciudad costera. Los terroristas mataron a 38 personas, en su mayoría turistas europeos: un hombre, que sería abatido más tarde por las fuerzas de seguridad, abrió fuego con una Kalashnikov en la playa de un hotel de lujo lleno de turistas extranjeros.

El último ataque de aquel sangriento año se produjo el 24 de noviembre de 2015, cuando un autobús repleto de miembros de la guardia presidencial de Túnez explotó en la capital. En total, 14 efectivos murieron en el atentado. Desde entonces, las fuerzas de seguridad del país se mantienen en estado de alerta y, a pesar de que en los años posteriores se produjeron más atentados (como el de 2016, en el que murieron 53 personas, incluyendo a 35 terroristas yihadistas), desde el año pasado Túnez volvió a convertirse en el país seguro de otrora.

Solo en 2018 comenzó la recuperación del sector turístico en Túnez: antes de los atentados de 2015, el volumen de turistas superaba los 7 millones de visitantes, una cifra que hasta 2017 no volvió a alcanzarse; el año pasado fue el primero en el que el sector volvió a crecer. Y tiene su importancia, ya que el turismo representa actualmente el 8% del PIB del país y que se basa en la atracción de turistas a complejos de lujo a precios más baratos que en otros destinos similares; precios que a la vez suponen un sensible incremento respecto a la media del país.

En cuanto al perfil del turista, según la Oficina Nacional de Turismo de Túnez, los visitantes procedentes de China son uno de los segmentos en crecimiento y se espera que aumenten desde los más de 40.000 que registró el país en 2018, especialmente gracias a la apertura en su política de visados (que permiten ya viajar hasta 120 días sin visa). En este sentido, el potencial para aumentar este perfil de turistas está, además, muy relacionado con la expansión de proyectos de empresas chinas en Túnez, así como con el crecimiento de la actividad económica entre ambos países.

En total, en 2018 Túnez alcanzó un nuevo récord de turistas, con 8,3 millones de visitantes. Por eso, un doble atentado de estas características en la capital del país amenaza con rebajar las expectativas para este 2019, en el que las autoridades calculan que se podrían superar los 9 millones de turistas. El yihadismo, que ha hecho de Túnez el cuarto país con mayor presencia de terroristas del mundo, vuelve a poner en peligro el turismo del país.

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