El hombre de 86 años que se convirtió en el donante de riñón más viejo del mundo

Fotografía de Frank Dewhurst junto a Linda Nall.
Fotografía de Frank Dewhurst junto a Linda Nall.
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España superó en 2018 el récord de trasplantes de riñón realizados en un solo año con 3.300 intervenciones según los datos de la Sociedad Española de Nefrología (SEN). Sin embargo, existe un límite de edad recomendado para ser donante renal que se establece en 60 años por varios motivos. Estos riñones tienen una masa nefronal inferior y una tendencia marcada a presentar un índice superior de necrosis tubular aguda (NTA), y su función renal suele ser menor que la de donantes más jóvenes. 

Con estos datos, se podría pensar que el donante de riñón más longevo no supera los 60 años, pero el americano Frank Dewhurst ha roto todas las estadísticas convirtiéndose en donante a sus 86 años: era el donante perfecto para su vecina Linda Nall, de 72 años. 

El origen del trasplante surgió un día como otro cualquiera. Frank caminaba por el barrio cuando vio un cartel con un mensaje en el patio de la vivienda de su vecina: “Soy del tipo O y necesito un trasplante de riñón. Por favor, ayudadme”. Frank es del tipo O+ y, por lo tanto, compatible, según publica 'CNN'

Visitó a Linda, conoció su historia y no lo dudó más. Acto seguido acudió al hospital para hacerse las pruebas y saber si podía ayudarla. La mujer sufre lupus desde 1986, enfermedad que comenzó a atacar a sus riñones en 2001. Su situación era crítica con pocos años de esperanza de vida, hasta que Frank entró por su puerta. 

Un artículo le inspiró para dar el paso

Frank, que conoció la historia de Linda cuando tenía 84 años, había leído artículos en los que se decía que era posible donar un riñón con avanzada edad y uno le marcó. En la revista 'AARP' se contó la historia de tres amigos que habían ido a jugar al golf en Arizona, y que uno de ellos sufrió un fallo de riñón. Los otros dos se hicieron las pruebas y uno de ellos era compatible para donar, algo que hizo lo más pronto posible. Ambos tenían una edad que rondaba los 60 años, así que Frank sabía que tenía posibilidades. 

Lo habló con su mujer y esta le apoyó. Acudió al médico y comprobaron que su riñón funcionaba a la perfección, algo poco común a su edad, donde los riñones suelen funcionar al 60% de su actividad máxima. 

Finalmente, Linda recibió el riñón de Frank, lo que le permite tener una esperanza de vida que pasa de los cinco años que implicaba la diálisis, a los 12 de media que aporta el trasplante.

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