Trump anuncia un aumento de aranceles sobre productos importados de China

  • El nuevo impuesto a los bienes del gigante asiático se produce en las vísperas de las negociaciones comerciales bilaterales entre las dos potencias.
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, aseguró que comparte con Putin el deseo de hallar una "solución positiva" a la crisis en el país caribeño. /EFE/ Jim Lo Scalzo
El presidente estadounidense, Donald J. Trump, aseguró que comparte con Putin el deseo de hallar una "solución positiva" a la crisis en el país caribeño. /EFE/ Jim Lo Scalzo

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció hoy que su país aumentará el próximo viernes del 10 % al 25 % los aranceles sobre China en bienes de importación, debido a que las negociaciones que ambas potencias mantienen desde hace meses en materia de comercio exterior "continúan, pero demasiado lentamente".

"Durante 10 meses, China ha estado pagando aranceles a Estados Unidos (EEUU) del 25 % sobre 50.000 millones de dólares en bienes tecnológicos, y del 10 % hasta los 200.000 millones de dólares en otros bienes (...). Los del 10 % subirán al 25 % el viernes", señaló Trump en su cuenta personal de Twitter.

En un segundo tuit, el mandatario achacó esta decisión a que "el acuerdo comercial con China continúa, pero demasiado lentamente, al tiempo que ellos intentan renegociar. ¡No!".

Según Trump, en la actualidad entran en suelo estadounidense productos procedentes de China "sin gravar" por valor de 325.000 millones de dólares, a lo que pretende poner fin con este nuevo arancel del 25 %.

El mandatario advirtió a finales del año pasado de que, si no alcanzaba un acuerdo con China antes del 1 de marzo, elevaría del 10 % actual al 25 % los aranceles que aplica a las importaciones del gigante asiático por valor de 200.000 millones de dólares. Finalmente optó por prorrogar este plazo para dar margen a las negociaciones que mantienen ambos países.

Desde diciembre, Pekín ha adoptado medidas de buena voluntad, como la bajada de aranceles a los vehículos importados de EEUU, la reanudación de la compra de soja o la presentación de un proyecto de ley para prohibir la transferencia forzada de tecnología.

Pero, como condición para no recrudecer sus aranceles a China, que afectan desde textiles y alimentos hasta a combustibles, Washington quería también que Pekín se comprometiera a cambios estructurales en su economía para, entre otras cosas, proteger la propiedad intelectual de las empresas estadounidenses.

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