Desde el Monte Rushmore

Trump 'celebra' su 4 de julio con récord de casos y con otra proclama patriota

La novia del hijo mayor del presidente da positivo de la Covid mientras que el dirigente insiste en defender el legado de los "padres fundadores" frente a los ataques contra monumentos o símbolos pasados. 

Keystone (United States), 03/07/2020.- Fireworks explode over Mt. Rushmore National Monument during a visit by US President Donald J. Trump in Keystone, South Dakota, USA, 03 July 2020. The monument features the stone carvings of US Presidents George Washington, Thomas Jefferson, Theodore Roosevelt, and Abraham Lincoln. (Incendio, Estados Unidos) EFE/EPA/TANNEN MAURY
Los fuegos artificiales sobrevuelan el Monte Rushmore, en el arranque del 4 de julio en EEUU.
EFE

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inauguró el viernes la celebración del Día de la Independencia, que es este sábado, con un acto en el Monte Rushmore, famoso por los rostros de cuatro exmandatarios tallados sobre la montaña, en el que defendió los monumentos del país, cuando ha cobrado fuerza un debate sobre su significado y el racismo y justo en un nuevo día de malas noticias sobre la expansión de la pandemia, ya que este viernes, Estados Unidos alcanzó un nuevo récord diario de contagios de coronavirus, al sumar 60.383 nuevos casos, lo que eleva a 2.793.022 las personas que han contraído la enfermedad en su territorio. Según el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins, durante la última jornada se contabilizaron 754 nuevas muertes por esta causa, para un total de 129.405 decesos.

Prueba evidente de la expansión de la enfermedad es que Kimberly Guilfoyle, novia del hijo mayor del presidente estadounidense, Donald Trump, y una de las principales integrantes del comité de recaudación de fondos para la campaña de reelección del líder republicano, dio positivo en COVID-19, informaron el viernes medios locales. Guilfoyle, quien es asintomática, fue diagnosticada en Dakota del Sur antes de asistir al acto encabezado por el gobernante en el Monte Rushmore, según las versiones periodísticas. El hijo del presidente, Donald Trump Jr, dio negativo.

Precisamente, hasta uno de los monumentos más significativos viajó un Trump que sigue optando por acciones alejadas de la crisis sanitaria. "El Monte Rushmore será para siempre como un tributo eterno a nuestros antepasados y nuestra libertad", declaró Trump desde una tarima decorada con banderas estadounidenses y que tenía como telón de fondo el imponente monumento en la montaña. "Este monumento nunca será profanado. Estos héroes nunca serán desfigurados. Su legado nunca, nunca será destruido", puntualizó, mientras los asistentes lo animaban con aplausos y coros de "USA, USA".

En días pasados, Trump criticó la remoción de estatuas o símbolos confederados en medio de las protestas raciales que se han propagado por el país tras la muerte del afroamericano George Floyd a manos de un policía blanco. "Nuestra nación está siendo testigo de una campaña despiadada para borrar nuestra historia, difamar a nuestros héroes, borrar nuestros valores y adoctrinar a nuestros hijos", alertó.

El gobernante denunció la que calificó como una "revolución cultural de izquierda" y advirtió de que "está diseñada para derrocar a la revolución estadounidense". "Al hacerlo, destruirían la misma civilización que rescató a miles de millones de la pobreza, la enfermedad, la violencia y el hambre, y que llevó a la humanidad a nuevas alturas de logros, descubrimientos y progresos", comentó el presidente, al tiempo de señalar que "están decididos a derribar cada estatua, símbolo y recuerdo de nuestro patrimonio".

Según el líder estadounidense, que en los comicios del 3 de noviembre próximo buscará la reelección, el objetivo de los manifestantes es "acabar con Estados Unidos". "Las turbas enojadas están tratando de derribar las estatuas de nuestros fundadores, desfigurar nuestros monumentos más sagrados y desatar una ola de crímenes violentos en nuestras ciudades", se quejó.

La famosa ladera de Dakota del Sur donde están esculpidos los rostros de los expresidentes George Washington (1789-1797), Thomas Jefferson (1801-1809), Abraham Lincoln (1861-1865) y Theodore Roosevelt (1901-1909) es para miles de indígenas estadounidenses un lugar sagrado en el que tallaron los rostros de sus colonizadores. Y se convirtió en escenario de una ceremonia que tiene lugar cuando EE.UU. vive un proceso de reflexión sobre el historial racista de muchos de los estadistas y generales homenajeados en monumentos y estatuas.

Ese movimiento también ha arrojado luz sobre una herida que los nativos americanos de la zona tienen abierta desde hace más de un siglo. Grupos de personas, entre ellas nativos americanos, protestaron por la llegada de Trump e intentaron bloquear con vehículos la vía hacia el monte, pero fueron retirados por la Policía y la Guardia Nacional encargadas de resguardar la zona, según imágenes difundidas en redes sociales.

El acto, al que asistió la primera dama, Melania Trump, y en el que eran esperadas unas 7.500 personas, se desarrolló sin las reglas de distanciamiento interpersonal recomendadas por las autoridades sanitarias.

Además, pocos asistentes usaban mascarilla, prenda que en ciertas sitios ha empezado a exigirse de forma obligatoria por cuenta del rebrote de los casos de la COVID-19 en el país,

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