Tsvangirai jura hoy como primer ministro para buscar una salida a la crisis en Zimbabue

  • Harare, 11 feb (EFE).- El líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, tomará posesión hoy en Harare del cargo de primer ministro en el Gobierno de unidad nacional acordado con el régimen de Robert Mugabe, que tiene como misión sacar al país de la profunda crisis política y económica en que se encuentra.

Harare, 11 feb (EFE).- El líder de la oposición de Zimbabue, Morgan Tsvangirai, tomará posesión hoy en Harare del cargo de primer ministro en el Gobierno de unidad nacional acordado con el régimen de Robert Mugabe, que tiene como misión sacar al país de la profunda crisis política y económica en que se encuentra.

Al tiempo que Tsvangirai, líder de la facción mayoritaria del Movimiento para el Cambio Democrático (MDC), accederá al puesto de viceprimer ministro Arthur Mutambara, dirigente del sector minoritario de esa agrupación opositora.

Para el viernes próximo está prevista la formación del gabinete de unidad, para el que Tsvangirai ya ha hecho pública su lista de ministros, en la que destaca la designación como responsable de Finanzas de Tendai Biti, quien hasta la semana pasada estaba acusado de "traición" por el régimen del presidente Mugabe.

Biti se oponía hasta hace poco a aceptar un ejecutivo conjunto con la gobernante Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), de Mugabe, quien continuará como presidente, según un acuerdo obtenido con la mediación de la Comunidad para el Desarrollo de África Meridional (SADC).

Uno de los obstáculos para formar Gobierno era el control de la cartera de Interior, que según el acuerdo publicado por la SADC deben alternar cada seis meses los dos partidos, con el primer turno para la ZANU-PF, aunque el MDC ha designado ya a Giles Mutseyekwa para ocupar el puesto en agosto próximo.

Por su parte, el portavoz oficial del MDC, Nelson Chamisa, ha sido designado por el partido para ocupar el recientemente creado Ministerio de Información, Ciencia y Tecnología.

Biti, como responsable de Finanzas, tendrá un trabajo titánico en un país sumido en una crisis económica, con escasez de alimentos y mercancías esenciales, un desempleo del 94 por ciento y una inflación astronómica.

El país se enfrenta a la hambruna y organismos de Naciones Unidas calculan que 7 de sus 12 millones de habitantes necesitarán este año ayuda alimentaria para sobrevivir.

El sistema sanitario está derrumbado y eso ha propiciado la expansión de una epidemia de cólera que en los últimos meses ha afectado en Zimbabue a unas 70.000 personas y causado alrededor de 3.400 muertos.

El mes de enero los estudiantes de Zimbabue debían haber iniciado un nuevo curso, pero la situación económica y la falta de pago a los profesores ha hecho que la mayoría de las clases permanezcan cerradas, el 94 por ciento en el sector rural, según UNICEF.

Mientras tanto, ha seguido la represión del régimen y varias decenas de miembros del MDC y activistas pro Derechos Humanos están en prisión.

Esto ha llevado a que Amnistía Internacional (AI) exija en un comunicado que "los Derechos Humanos estén en primer lugar del programa político" del nuevo Gobierno, para aliviar el "sufrimiento" de la población, y que se libere de manera "inmediata e incondicional de los presos de conciencia".

La organización humanitaria Oxfam se ha mostrado "cauta" con la formación del Gobierno de unidad y ha pedido que "se de prioridad a solucionar la crisis humanitaria", en especial la atención médica para acabar con la epidemia de cólera y la alimentación de la población.

UNICEF, por su parte, ha afirmado que la educación es "un desastre nacional" e instado al nuevo Ejecutivo a que se centre en este asunto, ya que entre el 66 y 70 por ciento de las escuelas están abandonadas y, en las zonas rurales, el 94 por ciento cerradas.

Mugabe, que cumplirá este mes 85 años y ha gobernado Zimbabue desde que el país se independizó del Reino Unido en 1980, fue reelegido en junio pasado en la segunda ronda de unas elecciones cuyo resultado no fue reconocido por la comunidad internacional.

Tsvangirai, quien había ganado en la primera vuelta pero sin llegar al 50 por ciento de los votos requerido para una mayoría directa, se retiró de la segunda ronda a causa de la violencia e intimidación de militantes de la ZANU-PF contra sus seguidores, de los que más de 200 fueron asesinados.

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