Uigures chinos nutren las filas de Estado Islámico por el 'coladero fronterizo' turco

  • De los combatientes extranjeros sospechosos de pertenecer al EI detenidos por Turquía, el grupo principal son los de nacionalidad china.

    Beijing ha enfriado su relación con Ankara por la renuencia de Turquía a detener a combatientes chinos que se mueven a zonas yihadistas.

Los Uigures chinos engrosan las filas del Estado Islámico por el 'coladero' fronterizo turco
Los Uigures chinos engrosan las filas del Estado Islámico por el 'coladero' fronterizo turco

Algo pasa en la frontera entre Turquía y Siria en lo que a control de posibles yihadistas se refiere, según las últimas informaciones oficiales y oficiosas sobre los extranjeros detenidos en territorio turco, sospechosos de pertenecer al autodenominado Estado Islámico (EI).

La primer alerta saltó al final del año pasado, cuando el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan desveló que desde enero a noviembre, las Fuerzas Armadas turcas habían detenido a 913 sospechosos de ser combatientes extranjeros del EI. La cifra de detenidos habría aumentado a final del año a un total de 961 detenidos.

Según datos recabados en fuentes de inteligencia por el diario Hürriyet, los detenidos ofrecían un abanico de 57 nacionalidades diferentes.

El área más frecuentemente utilizada para cruzar la frontera ilegalmente desde Turquía a Siria y viceversa es el distrito Elbeyli, en la provincia turca de Kilis.

La mayoría de los combatientes de Estado Islámico que intentan cruzar a Siria a través de Turquía afirmaron al ser interrogados tras su detención que simplemente estaban tratando de buscar a sus parientes.

Por otra parte, muchos de los combatientes detenidos al cruzar a Turquía desde el lado sirio de la frontera dijeron que estaban escapando de la opresión de EI. En contados casos, los detenidos confesaron a los interrogadores que habían recibido formación terrorista en campos de entrenamiento del EI en Siria y estaban planeando llevar a cabo ataques dentro de Turquía.

De los datos suministrados por Turquía sobre esos detenidos, lo más interesante es el desglose del origen, que se ofrecía oficialmente con el recuento al final de noviembre. Según el siguiente listado, de entre las nacionalidades destacadas, el grupo de detenidos más numeroso era el de ciudadanos chinos.China: 324.Rusia: 99.Palestina: 83.Turkmenistán: 63.Afganistán: 57.Indonesia: 44.Tayikistán: 23.Alemania: 19.Reino Unido: 19.Francia: 18.Azerbaiyán: 17

Entre los detenidos se incluía a seis portadores de un pasaporte de Corea del Sur, cinco de Australia, cuatro de Trinidad Tobago y dos de las Maldivas.

Si bien Turquía no ofrecía oficialmente la lista completa de detenidos, el diario Hürriyet aseguraba haber confirmado la presencia de dos ciudadanos estadounidenses entre los 961 capturados.

¿A qué obedece tal cantidad de ciudadanos chinos presentes en Turquía para combatir en las filas dle grupo terrorista? La explicación no es sencilla, pero existen pistas que pueden ayudar a entender el fenómeno que arranca en una minoría china musulmana, los uigures, con muchos lazos en Turquía.Mirando a otro lado

La presencia masiva de uigures en las filas del Estado Islámico es, en gran parte, culpa de la diferente visión política de los gobiernos de Beijing y Ankara, según sostiene el periodista Abdullah Bozkurt, autor de Turkey Interrupted: Derailing Democracy.

En la región de Xinjiang, el Gobierno de China aún asigna una zona exclusiva para las empresas de Turquía en un espacio que se considera de alto valor comercial, como muestra de compromiso entre países. Pero el interés turco en China no es meramente comercial, y según Bozkurt los gobernantes islamistas turcos tienen su propia agenda en el gigante asiático, y es de carácter ideológico.

A partir del estallido del conflicto de Siria en 2011, las relaciones turco-chinas se tensaron de la noche a la mañana, y según Abdullah Bozkurt la crisis comenzó por la ayuda prestada por Turquía a los uigures que se desplazaban a Siria como combatientes.

El Gobierno de Turquía habría hecho la vista gorda ante la presencia de un centro de falsificación de pasaportes ubicado en el distrito Zeytinburnu de Estambul, que permitía la llegada de uigures a Siria, según el periodista Abdullah Bozkurt.

El líder de la red de envío de combatientes chinos es un uigur identificado como Nurali T. que a pesar de que en 2014  fue detenido por la policía turca en posesión de 30 pasaportes, fue puesto en libertad.

La red de reclutamiento del Estado Islámico usa las rutas de migración hasta Tailandia y Camboya. Después, y gracias al uso de esos pasaportes falsos, llegan a Turquía en un vuelo cualquiera.Control sobre el terreno

Desde 2013, preocupados con el enfoque de Turquía de la cuestión de los uigures, el Gobierno de China envió a funcionarios de inteligencia a Ankara para cooperar en la lucha contra el EI.

Pero el esfuerzo de Beijing fue en vano, ya que no logró cambiar la política de Turquía en lo que respecta a facilitar el movimiento de uigures a Siria.

Hubo una luz de esperanza en julio de 2015, cuando el presidente turco Erdogan visitó China como parte de su gira antes de la cumbre del G20 en la ciudad turca de Antalya, celebrada el 15 y 16 de noviembre pasados.

Pero fue solo apariencia, aunque Erdogan dijo todo lo que China quería escuchar acerca del control de los uigures, pronto quedó claro que no haría nada.

Frustrados por la negativa de facto de Turquía de detener a los combatientes chinos que se mueven a zonas yihadistas, Beijing se está distanciando de Ankara poco a poco.

El riesgo real de radicalización de su propio grupo minoritario por la inacción de un tercero es algo que preocupa a Beijing y que ha sembrado el recelo en sus relaciones con Turquía.

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