UK quiere crear 'brigadas' especiales para cobrar la sanidad a los inmigrantes

  • Otro de los efectos pos-Brexit: grupos especiales analizarán exhaustivamente cómo los extranjeros usan el sistema público de salud, que tiene un déficit de 2.500 millones de €.

    "La medida, principalmente, busca frenar el turismo sanitario", se justifica el Ejecutivo británico. Exigen documentación extra a las embarazadas foráneas en los hospitales.

Las 'brigadas' especiales sanitarias... otra medida polémica tras el 'Brexit'.
Las 'brigadas' especiales sanitarias... otra medida polémica tras el 'Brexit'.
Diego Caldentey

El sistema sanitario británico está atravesando horas difíciles. Mantiene una deuda de cerca de 2.500 millones de euros y, tras el tremendo impacto del referéndum por el Brexit, los coletazos y la polémica vinculadas a una supuesta xenofobia y discriminación a los extranjeros vuelven a instalarse en los medios.

Las máximas autoridades del Sistema Nacional de Salud de Reino Unido (NHS) han comenzado a elaborar un polémico plan cuyas medidas, de concretarse, serían netamente discriminatorias. El Gobierno busca establecer 'grupos de trabajo' específicos que supervisen con exclusividad el gasto sanitario que generan las personas que no tienen la nacionalidad británica.

Es decir, se trataría de algo así como brigadas hospitalarias, cuya misión sería la de analizar caso por caso, y con máxima rigurosidad, cómo y por qué se produce el gasto de los extranjeros en particular a la hora de utilizar los servicios de salud pública de Gran Bretaña.

La información ha sido revelada por el diario The Telegraph. Lo que nadie puede negar es que en la actualidad el Gobierno de Reino Unido se empeña en reforzar una estrategia para derivar el foco de atención a los extranjeros, a la hora de justificarse por el déficit mensual que arroja el NHS, cifrado en unos 350 millones de libras.

En plena recta final previa a la concreción del Referéndum respecto del 'Brexit', el Ejecutivo británico prometía desesperadamente recuperar fondos públicos en torno a los 3.000 millones de euros para volcarlos al maltrecho sistema de salud pública.

El Gobierno, en realidad, no ha parado de buscar la forma de responsabilizar a los inmigrantes del déficit que padece la sanidad de ese país. Uno de los pilares en los que se sostiene la nueva estrategia del Gobierno para 'investigar' exhaustivamente el uso que dan los inmigrantes a los servicios de salud, es luchar contra el denominado turismo sanitario. Al  menos esa es la explicación oficial.

Desde hace ya unos meses algunos de los hospitales públicos más relevantes del país ha comenzado a exigir documentación añadida a las embarazadas foráneas que intentan acceder a los servicios de maternidad. Es el caso, por ejemplo, del grupo de hospitales St. Georges, dependientes del propio NHS.

Esos controles se sumarían a las brigadas propuestas para vigilar el gasto de los extranjeros. Una medida que se fundamenta en el argumento de cuadrar las cuentas entre lo que dan y reciben los países en el intercambio de cuidados médicos de los ciudadanos, según informa Redacción Médica.

Philip Hammond, ministro de Hacienda británico, prometió a mediados de octubre destinar 10.000 millones de libras (unos 11.100 millones de euros) extra al año para tapar el agujero global de las cuentas públicas británicas.

En respuesta, el Health Committee (Comité de Sanidad) -un órgano parlamentario de control del ministerio de Salud-, ha enviado una carta al ministro en la que cuestiona esta medida. Argumenta que este aumento del gasto para el NHS da "la falsa impresión de que se inunda al NHS de dinero” y que el gobierno la asume como "que ha dado al NHS lo que pide".Acciones discriminatorias

Los extranjeros no solo deben padecer situaciones de este tipo en Reino Unido. En septiembre pasado, lainformacion.com ya había adelantado que las acciones xenófobas tras el Brexit también estaban registrándose en las calles del país. Según los propios datos de la policía británica, los hechos violentos contra extranjeros en la vía pública se han disparado más de un 49% tras el Referéndum.

Resulta evidente el aumento de cierta irritación social en todo sentido, lo que ha llevado a la ONU a ocuparse del tema. En este contexto, el principal objeto de los xenófobos es ahora la comunidad polaca. El pasado año ha registrado un nuevo récord de habitantes de este país que se han instalado en Reino Unido y ya es la primera comunidad de inmigrantes. En 2004 eran 81.000 ciudadanos y hoy se acercan a los 900.000.

Superan incluso en número a los ciudadanos indios (795.000), que durante décadas formaron la primera comunidad de inmigrantes. Hay un aspecto que agrava la cuestión: los polacos se encuentran mucho más diseminados por todo el país que los indios y los bangladesíes (otra de las comunidades más numerosas).

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