
Joe Biden está a punto de convertirse en el presidente número 46 de EEUU en la toma de posesión más atípica de la historia del país, con banderas en lugar de público y el despliegue de decenas de miles de efectivos de la Guardia Nacional y agentes de seguridad en Washington. Tampoco tendrá cerca al presidente saliente, Donald Trump, algo que no sucedía desde hace 152 años.
Al juramento solemne ante las escalinatas del Capitolio le sigue la 'tregua política' de los 100 días. Una práctica impuesta por Franklin Delano Roosevelt, en 1933, para paliar los efectos del crack del 29 y en la que buscaba la unidad nacional para afrontar las medidas económicas que conformaron el 'New Deal' americano. La sociedad americana comparece a esta investidura igual de dividida que lo hacía en 1933. Biden tratará de apelar a la polaridad existente y a su superación para decretar las líneas maestras de su mandato y lo hará a través de las ‘órdenes ejecutivas’: una figura legal idónea para acabar de un plumazo con los cuatro años de la Administración de Trump.
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