Un año después de Gdaim Izik, Marruecos comienza un nuevo periodo político

  • Un año después del violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdaim Izik, la situación del Sahara Occidental sigue estancada, mientras que Marruecos avanza hacia nuevo periodo político tras un referéndum constitucional y unas elecciones legislativas, el próximo 25 de noviembre.

Marta Miera

Rabat, 7 nov.- Un año después del violento desmantelamiento del campamento saharaui de Gdaim Izik, la situación del Sahara Occidental sigue estancada, mientras que Marruecos avanza hacia nuevo periodo político tras un referéndum constitucional y unas elecciones legislativas, el próximo 25 de noviembre.

Para Hasana Duihi, activista de la Asociación Saharui de Víctimas de los Derechos Humanos (ASVDH), la nueva Constitución marroquí (aprobada por referéndum el pasado 1 de julio) "no ha aportado ningún cambio" en la situación en la ex colonia española.

"Marruecos sigue aplicando el doble rasero; por ejemplo, prohíbe toda manifestación en el Sahara cuando las permite en otras ciudades, y nuestras calles están llenas de policías y militares", dice Duihi, quien reitera que "las cosas no han mejorado en absoluto desde el desmantelamiento del campamento".

Con el objetivo de reclamar mejores condiciones económicas y sociales en esta parte del Sahara Occidental bajo control de Marruecos, a mediados de octubre del año pasado los saharauis comenzaron a formar el campamento con unas cuantas jaimas, que en poco tiempo se multiplicaron hasta alcanzar 6.500 tiendas.

El 8 de noviembre de 2010, después de varias rondas de negociaciones entre las autoridades y los representantes del campamento, las fuerzas del orden marroquíes intervinieron para desmantelarlo, en una operación que terminó con la vida de 13 personas (11 agentes y dos civiles saharauis).

Duihi sostiene la tesis de que la "primavera árabe" prendió en primer lugar en Gdaim Izik, con el levantamiento de "un pueblo en demanda de sus derechos políticos, económicos y sociales", y de ahí se propagó a la región árabe y al resto del mundo.

Además, la ASVDH dice que tiene contabilizados a 90 "presos de opinión" saharauis en este momento, y Duihi asegura que "las detenciones se producen prácticamente a diario, principalmente en las ciudades de El Aaiún y Dajla". Un extremo no confirmado por las autoridades marroquíes.

Muy distinta es la opinión de Gajmoula Bent Ebbi, una de las más prominentes políticas saharauis integradas en el sistema político marroquí y cabeza de la "lista femenina" del Partido para el Progreso y el Socialismo (PPS) en las próximas elecciones marroquíes del 25 de noviembre.

Gajmoula, que el año pasado criticó con aspereza el modo en que Marruecos había gestionado la llamada "crisis de los campamentos", considera ahora que "las cosas están mucho mejor que hace un año", y concretamente debido a "la nueva Constitución que abre nuevas perspectivas en materia de democracia y respeto a los derechos humanos".

Sin embargo, reconoce que queda por resolver el problema de los jóvenes arrestados en aquellos incidentes del campamento y que llevan un año presos sin juicio: "habrá que demostrar si están implicados o no en un juicio justo y transparente", recuerda.

La semana pasada, 24 presos que se encuentran en situación de preventivos en la cárcel de Salé a la espera de ser juzgados por un tribunal militar iniciaron una huelga de hambre indefinida para reivindicar un "juicio justo" y una mejora de sus condiciones de reclusión.

Para Gajmoula, que en su día fue una destacada dirigente del independentismo saharaui, hace falta dos cosas para que no se repitan los incidentes de Gdaim Izik: profundizar en las disposiciones de la nueva Constitución y apostar por las negociaciones "con resultados concretos" entre Marruecos y el Frente Polisario.

A finales de julio, Marruecos y el Frente Polisario concluyeron en Nueva York su octava ronda de conversaciones informales sobre el futuro del Sáhara Occidental en la que quedó patente la imposibilidad de acercar posturas sobre el conflicto.

Marruecos sostiene que su plan de autonomía es la única salida realista al conflicto, mientras que el Polisario defiende la celebración de un referéndum en el que la independencia sea una de las opciones.

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