Un bombón con sabor a trabajo infantil

  • Alrededor de 600.000 niños de Costa de Marfil trabajan en las plantaciones de cacao de dos millones de agricultores, según UNICEF. Y pese al acuerdo de grandes firmas como Mars y Nestlé para eliminar esta práctica, por ahora se han hecho pocos avances.
Organización denuncia 350 casos de trabajo infantil en Panamá
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Laura Burke, Abiyán (Costa de Marfil) | GlobalPost

El placer culpable tiene mucho de culpable.

El trabajo infantil es una parte significativa de una gran parte de la producción de cacao del mundo, el ingrediente esencial del chocolate.

De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) alrededor de 600.000 niños de Costa de Marfil trabajan en las plantaciones de cacao de los cerca de dos millones de agricultores.

Costa de Marfil, el mayor productor de cacao del mundo que genera el 50% de las exportaciones anuales de cacao del mundo, está trabajando para eliminar el trabajo infantil en la producción del ingrediente esencial del chocolate. Sin embargo, ese objetivo sigue estando muy lejano.

Costa de Marfil ha reanudado totalmente la producción de cacao tras la época de gran agitación de las elecciones del año pasado, y tuvo una cosecha de 1,3 millones de toneladas el año pasado.

A la entrada de la aldea agrícola de cacao de Yakassé-Attobrou, una pancarta da la bienvenida a KG "Kip" Walk, el director de cacao de Blommer Chocolate, el mayor procesador de cacao de Norteamérica.

Una joven le da un ramo de flores, y luego Walk inaugura una clínica médica, un premio otorgado a la cooperativa de cacao por un año especialmente bueno.

A principios de semana, tres representantes de Nestlé llegaron a Abiyán para investigar el trabajo infantil en Costa de Marfil, el mayor productor mundial de cacao, a raíz de una promesa que hicieron en noviembre de investigar las prácticas de su cadena de suministro.

Estos movimientos, entre otros, significan que la industria del cacao de Costa de Marfil, asociada durante mucho tiempo con la explotación y las malas prácticas laborales, está tratando de transmitir una nueva imagen.

El cacao, que representa el 15% del PIB de Costa de Marfil y el 40% de sus ingresos por exportaciones, nutre al negocio mundial de 83.000 millones de dólares anuales del chocolate.

No hay duda de que el cacao es un gran negocio, pero la mayoría de agricultores de Costa de Marfil viven en la pobreza y carecen de poder de negociación para exigir precios más altos por sus cosechas.

El trabajo infantil en la industria del cacao es un fenómeno generalizado. Según las estimaciones, se cree que más de 800.000 niños en Costa de Marfil realizan algún tipo de trabajo relacionado con el cacao. Es común ver a lo largo del cinturón del cacao de Coste de Marfil a niños con machetes o llevando equipos de pesticidas utilizados en las plantaciones.

Grandes fabricantes internacionales del cacao, como Hershey, Kraft, Mars y Nestlé empezaron a ser cuestionados por las prácticas de trabajo infantil en el año 2001. Ese año, los representantes de la industria del cacao firmaron un acuerdo para liberar a la industria de las peores formas de trabajo infantil, pero según un informe respaldado por la Universidad de Tulane se ha avanzado poco en 10 años.

Atraídos por cultivos más rentables, algunos agricultores de Costa de Marfil abandonan el cultivo de cacao en favor del cultivo del caucho o de la palma. De 2005 a 2010, la producción de cacao cayó un 15 por ciento en Costa de Marfil.

Mientras tanto, la demanda internacional de cacao va en aumento, impulsada por una clase media floreciente en la India y China. Procesadores como Blommer necesitan más cacao, pero la cosecha es laboriosa– se necesita mano de obra intensiva y sólo crece en climas ecuatoriales.

"Hay menos tierra cultivable que antes, y la palma y el caucho están ganando terreno", dice Walk. Ahora, la industria tiene interés en mejorar las explotaciones existentes y en mantener a los agricultores leales al cacao.

Los exportadores de cacao y los procesadores han comenzado a ofrecer recompensas en efectivo a las cooperativas que consigan una cierta cuota, y en los últimos tres años se han establecido asociaciones con Rainforest Alliance, Utz Certified, y Fair Trade Certified.

La producción de cacao certificado "ha venido creciendo muy rápido. Casi se duplica cada año", explica Eric Servat, el director del programa de cacao de Rainforest Alliance. "El interés de la industria está impulsando el crecimiento. Se enfrentan a las preocupaciones del consumidor respecto al trabajo infantil y también quieren aumentar la productividad"

En 2009, Mars se comprometió a abastecerse exclusivamente de cacao certificado para 2020.

Todos los socios de certificación requieren que los agricultores cumplan con las normas internacionales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que incluyen la prohibición del trabajo infantil.

De acuerdo con los datos recogidos por nuestra publicación de las tres certificadoras, en la última cosecha el 6% del mercado o 78.000 toneladas métricas fueron certificadas, aunque esta cifra podría estar inflada debido a la doble certificación y se espera que esa cifra crezca de manera exponencial en los próximos años.

Pero controlar las granjas es el "gran desafío", explica Servat.

Los auditores de comercio justo tienen la tarea de vigilar alrededor de 800.000 granjas familiares, muchas de ellas ubicadas en zonas rurales de difícil acceso, lo que complica el proceso de certificación, más difícil que visitar sin más una fábrica o una plantación de café. 

"Confiamos en el proceso de certificación. También sabemos que es muy difícil de cumplir", declara Muriel Guigue, un portavoz de Internacional Cocoa Initiative con sede en Suiza.

Debido a ese problema, "(hay) obviamente, un compromiso claro, pero no se puede garantizar al 100% que ningún niño trabaje en la granja", admite Guigue.

Bajo los viejos árboles de cacao de su granja certificada de la Alianza de Rainforest cerca de Yakasse-Attobrou, Félix Asandé dice que todos los niños están en el colegio.

Pero cuando se queda solo, su sobrino huérfano de 15 años de edad me confiesa que dejó la escuela hace poco y que ahora sólo  trabaja en la plantación de cacao. Vive con otros dos muchachos adolescentes en una casa de adobe de una sola habitación con un techo de hierba, y el resto de la familia vive en una casa de barro cerca.

Un agricultor como Asandé puede conseguir 0,10 dólares por kilo de cacao certificado, la diferencia entre 1,17 y 1,27 dólares por kilo. Pero "no es suficiente", asegura Asandé. Lleva trabajando en su granja 30 años y sigue viviendo en una casa de barro.

Finalmente admite que no tiene suficiente dinero para enviar a algunos de sus hijos a la escuela.

Walks dice que la prima por el cacao de comercio justo sólo es un comienzo y que con la formación suministrada a través de los programas de certificación, los granjeros como Asandé podrían incrementar su rendimiento y sus ingresos.

Sin embargo, con 2 millones de agricultores a los que llegar, el sueño de conseguir un sector del cacao libre del trabajo infantil sigue estando todavía muy lejos de la realidad.

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