Una dieta para salvar el planeta: cómo alimentar a 10.000 millones de personas

  • La población alcanzará los 10.000 millones de personas en 2050. Mejorar la producción alimentaria y cambiar modelos de consumo es clave.
Cómo alimentar a 10.000 millones de personas en el año 2050.
Cómo alimentar a 10.000 millones de personas en el año 2050.

El mensaje apela directamente a nuestra responsabilidad como ciudadanos: o cambiamos nuestra dieta o contribuiremos al desastre climático. La lucha contra el calentamiento global suele enfocarse en la industria y el sector energético pero, por primera vez, un informe del Grupo Intergubernamental de Expertos en Cambio Climático (IPCC) establece una relación recíproca entre el cambio climático y la sobreexplotación del suelo, causante de fenómenos como la desertización. Urge, por ello, reducir una deforestación provocada en gran medida por la sobreexplotación ganadera y agrícola y ponderar la producción alimentaria (entre 1990 y el año 2000 la superficie forestal mundial se redujo en unos 94.000 kilómetros al año, el tamaño de Portugal, y la mayor parte de esas tierras se destinaron al cultivo y al pastoreo, según el informe “Ganadería y Deforestación” de la FAO).

En un planeta en el que la acción humana afecta al 70% del suelo y en el que los bosques absorben casi un tercio de las emisiones de dióxido de carbono (CO2), la creciente población mundial también necesita de más tierra para alimentarse. Casi todos los territorios deforestados en América Latina, por ejemplo, se han convertido en pastizales para criar ganado en sistemas extensivos de pastoreo. Y, dado que la población del planeta podría alcanzar los 10.000 millones de personas en el año 2050, el IPCC alerta sobre la imperante necesidad de mejorar la planificación de la producción alimentaria y cambiar los modelos de consumo global.

Aunque la ganadería emite un tercio de las emisiones mundiales de dióxido de carbono y ocupa dos tercios del suelo agrícola, el informe del IPCC (que concluye que ayudaremos a evitar catástrofes naturales con dietas más saludables o desperdiciando menos comida -se derrocha entre un 25 y un 30% de la producción global, responsable de un 10% de las emisiones-) no sugiere directamente una reducción en el consumo de carne. La razón: no se pueden recomendar las mismas medidas para naciones con dieta mediterránea frente a otras más carnívoras. 

Hay, no obstante, soluciones al problema. Un reciente informe del 'think- tank' World Resources Institute enumeraba 22 acciones que podrían emprenderse para alimentar de forma sostenible a 10.000 millones de personas en el año 2050. La número uno en la lista: detener la deforestación, además de esfuerzos para regenerar ecosistemas degradados. Reducir el desperdicio de comida y el cambio en las dietas también ocupan posiciones destacadas en una lista que menciona expresamente reducir el consumo de carne, al señalar que las explotaciones ganaderas contribuyen al cambio climático de forma desproporcionada.

Otra opción, la bautizada por la comisión EAT-Lancet como "dieta de la salud planetaria", no elimina totalmente la carne y los lácteos, aunque recomienda que obtengamos la mayor parte de las proteínas necesarias de legumbres y nueces. La carne debe reducirse a un bistec grande al mes o una hamburguesa a la semana. Pueden mantenerse un par de porciones semanales de pescado y pollo, pero el resto de la proteína necesaria deberá proceder de las legumbres. Asimismo, las frutas y verduras deberán constituir la mitad de cada plato de comida.

La comisión EAT-Lancet -integrada por 37 científicos de todo el mundo y expertos en agricultura, cambio climático o nutrición- tardó dos años en llegar a sus conclusiones, publicadas a principios de año en la prestigiosa revista 'The Lancet'. Su plan requiere cambios en las dietas en casi todos los países del mundo: Europa y América del Norte deberán reducir en gran medida el consumo de carne roja; Asia Oriental, el pescado; África, en vegetales con almidón.

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