Valls defiende que enseñar Islam en las escuelas favorece la igualdad

Las polémica escolar en Francia está servida. El origen está en la nueva reforma escolar que plantea la ministra Najat Vallaud-Belkacem, que, entre otros aspectos quiere que la asignatura de cristianismo medieval pase a ser optativa en vez de ser obligatoria. Los detractores de las nuevas medidas apuntan al origen musulmán de la titular de la cartera de Educación y a que quiere dar prioridad a la enseñanza del Islam, una cultura que ya se imparte a los niños a partir de los doce años en las escuelas públicas francesas.Manuel Valls ha defendido a capa y espada a su ministra, ha salido a la palestra para dar la cara por ella y lo ha hecho en una tribuna de opinión a través del diario progresista Libèration. Valls ha utilizado tres palabras para defender el proyecto de Vallaud-Belkacem: republicanismo, igualdad y avance.Valls defiende el modelo de las escuelas públicas francesas y argumenta que es el intrumento para que cada alumno pueda medrar a través de un sistema público e independiente. Para Valls la reforma que hace "la primera ministra de Educación mujer en Francia" es un motor del progreso y defiende que la reforma anterior para formar a los profesores fue echada para atrás por el gobierno de Sarkozy.En su extensa epístola señala que la escuela mecesitaba una reforma y que por esta razón François Hollande ha decidido dar luz verde al acometimiento de estas reformas.Menos latín y griego y más alemánLa reforma quiere que la prioridad sean las clases de alemán. Que el primer idioma se estudie antes de la secundaria y que el segundo sea a partir de los doce años. El latín y el griego, ahora optativas, pasan a estar más reducidas y ahora se verán dentro de los estudios de la lengua francesa en función del aporte cultural.Además habrá más horas de seguimiento personalizado de los niños. Serán tres horas hasta los once años y a partir de esta edad una hora semanal. Además Valls tiene previstos crear 4.000 puestos de trabajo de nuevos profesores para hacer grupos reducidos de alumnos.El más crítico con esta reforma, que ha llegado incluso a descalificar a la ministra ha sido Nicolás Sarkozy. Ha llegado a decir de ella que era casi más incompetente que Christiane Taubira, la titular de Justicia en Francia.