La obra de 5.500 millones que debe salvar Venecia... y que paralizó la corrupción

Venecia inundaciones
Venecia inundaciones
EFE

Las inundaciones de Venecia de las últimas horas, las mayores de los últimos cincuenta años, han sonrojado a las autoridades italianas, que llevan posponiendo un proyecto clave para el futuro de la ciudad desde 2003, cuando se inició el plan con Silvio Berlusconi como presidente del Consejo de Ministros, pero que ha quedado sepultada bajo la peso de la corrupción. El consorcio responsable de ejecutar los diques con los que Venecia habría evitado las inundaciones provocadas por las intensas lluvias de principios de este mes, aún no ha sido capaz de cortar la cinta roja de su inauguración.

El proyecto, valorado en 5.500 millones de euros, ha supuesto un verdadero quebradero de cabeza para Italia: los años pasan y el sistema de protección sigue en fase experimental. Los técnicos que idearon este complejo entramado de canales y barreras decidieron bautizarlo como MOSE, un acrónimo que alude al profeta Moisés y a su don para separar las aguas del Mar Rojo, aunque las alusiones bíblicas no han sido suficientes para frenar las lluvias torrenciales.

El MOSE lo forman tres barreras móviles que, una vez activadas, se elevarían en caso de que la marea aumentase el nivel del mar por encima de los 110 centímetros. El mecanismo está ideado para aislar la laguna veneciana del Adriático en sus tres salidas naturales: Malamocco, Lido y Chioggia. El proyecto, en cuya necesidad han incidido hasta la saciedad los especialistas en cambio climático, no ha llegado a completarse debido a los numerosos retrasos forzados por la implicación de varios miembros del consorcio en escándalos de corrupción, concretamente por recibir comisiones ilegales y gestión fraudulenta.

Las inundaciones de este otoño han llegado como un mero aperitivo de las "aguas altas" que se prevé que azoten la ciudad el próximo año y, si la alerta climática resulta insuficiente, el 'codazo' de Patrimonio tendría que acelerar las cosas. En conjunto, se dan todos los condicionantes para que esa declaración de intenciones del Consorcio Venecia Nueva,  encargado de realizar la infraestructura, materialice el proyecto concreto con 2021 como fecha tope. 

El alcalde mira al Gobierno... y este calla

Luigi Brugnaro, el alcalde de la ciudad que en 1987 se ganó la calificación de Patrimonio de la Humanidad, analizó este miércoles las consecuencias de las inundaciones y aseguró que toda Venecia "está de rodillas". En nombre del consistorio, el representante pidió al Gobierno que decretase el estado de emergencia y su ayuda para afrontar "un costo que será alto". Sin embargo, ha sido precisamente la inacción de las autoridades italianas lo que ha inducido a esta situación.

Aunque a día de hoy, todos los diques están instalados, no se ha llegado a superar la fase experimental de la que, según lo programado, debía haberse cerrado en 2016. La rotundidad con que Brugnaro, con 187 cm de agua en las calles, ha instado al Gobierno a dejarse de "palabrería" no sorprende: "La situación es dramática".  

La amenaza del cambio climático

"Con el cambio climático en curso, el aumento del nivel del mar y unas más frecuentes tempestades marinas, estos eventos extremos serán cada vez más frecuentes", insisten los expertos del Instituto de Ciencias Marinas del Consejo Nacional para las Investigaciones. Sus especialistas tomaron partido este miércoles para urgir al Ejecutivo a trabajar por una solución inmediata.

Las quejas le llueven al Gobierno italiano también desde la ONU, la misma que hace décadas inscribió a Venecia como Patrimonio de la Humanidad, y que en los últimos tiempos amenaza con incluir a la ciudad en su "lista negra" si no se toman medidas que aseguren la protección de su extraordinario acervo arquitectónico: "Los efectos del clima deben abordarse si el centro histórico quiere sobrevivir. Y el turismo tiene que controlarse mejor si se quiere que la ciudad siga siendo una comunidad próspera".

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