Viaje a la arquitectura de Buenos Aires

  • Paseando por los barrios de BuenosAires es difícil no preguntarse por la mezcla de arquitectura que se veen las calles. La casa de la esquina, el negocio de pizzas del otrolado, incluso los aparcamientos tienen detalles que despiertan lacuriosidad.
Galerías Pacífico es un ejemplo de neoclasicismo
Galerías Pacífico es un ejemplo de neoclasicismo
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Julia Kumari Drapkin | GlobalPost

(Buenos Aires, Argentina). La mayor parte de las construcciones son fruto de la explosión inmobiliaria que vivió la ciudad entre 1880 y 1920, cuando Buenos Aires era una de las ciudades más ricas y de mayor crecimiento del mundo. La capital de Argentina era entonces un lienzo en blanco, y sus arquitectos lo vieron como una oportunidad para crear la ciudad de sus sueños aprovechando el inicio del nuevo siglo.

Los estilos arquitectónicos resultantes reflejan las ambiciones utópicas de los diseñadores, así como el legado cultural que aportaron como inmigrantes. En el momento más álgido de la gran emigración europea hacia Argentina en 1914, el 30 por ciento de la población del país era de origen extranjero. En cada barrio los arquitectos aportaron por lo tanto un estilo propio, inspirado en su tierra natal o en el de sus mecenas.

Hemos dado un paseo por Buenos Aires con el "detective" Alejandro Machado, que documenta de manera rigurosa el legado arquitectónico de los edificios de la ciudad.

No es difícil ser un sabueso de la arquitectura en Buenos Aires. Simplemente hay que elegir una calle y comenzar a caminar. Aunque algunos barrios son reconocibles por tener un estilo determinado, la mayor parte de ellos ofrecen una impresionante mezcla de la arquitectura heredada en la capital.

Ya sólo el estilo general de cada barrio dice mucho sobre cuándo fue construido y la gente que se encargó de levantarlo. Tres grandes estilos dominan las calles de Buenos Aires: el neoclásico, el art noveau y el art decó.

Es difícil pasar por alto la arquitectura neoclásica o neorenacentista de Buenos Aires. Los edificios neoclásicos predominaron en las principales ciudades del mundo entre los años 1860 y finales de 1920, y en la capital argentina se pueden ver por casi todas partes, en sedes de organismos públicos, escuelas, hospitales y bancos.

Es un estilo que invita a pensar en los templos griegos: columnas, cúpulas, ventanas y puertas con arcos, frontones triangulares y planos que subrayan las jerarquías del espacio.

La arquitectura neoclásica trata de invocar tanto el idealismo como la autoridad de los edificios clásicos griegos y romanos (Washington D.C. es una muestra clara de esta intención). En Buenos Aires, algunos ejemplos famosos de neoclasicismo son el Congreso Nacional y su cúpula verde, el Palacio del Gobernador, el Teatro Colón y las Galerías Pacífico.

En los barrios, las versiones populares de la arquitectura neoclásica que se ven en casas, tiendas y cafetines son a menudo una mezcla del estilo "italianizante" clásico y el "academicista" francés que hizo famoso la Academia de Bellas Artes de París. También se pueden ver edificios al estilo de los templos griegos, con elaboradas esculturas de dioses e intrincados detalles de coronas y laureles. No faltan tampoco las icónicas ventanas francesas, las puertas con arcos y frontispicios, y los edificios con escaleras y entradas grandiosas.

Muchas casas neoclásicas están situadas en esquinas a las que se les ha cortado el vértice y se llaman popularmente "ochavas", por su forma octogonal. De este modo, se logra subrayar visualmente la importancia de la "entrada noble" de los edificios. Si bien la arquitectura neoclásica está por todas partes, en el barrio de Recoleta abunda especialmente. Si uno se abstrae, puede imaginarse que está en París.

El art noveau fue el estilo que definió el inicio del siglo XX en la mayor parte de las ciudades del mundo: Art Nouveau, en Francia y Bélgica; Tiffany, en Estados Unidos; Jugendstil, en Alemania; Sezessionstil, en Austria, o el Modernismo catalán en España.

Los edificios art noveau se caracterizan por sus líneas curvas naturales y disposición asimétrica. Figuras femeninas, flores, plantas y animales destacan sobre sus fachadas. Estéticamente, el estilo rechazaba las rígidas formas que dominaron la arquitectura clásica y propugnaba una vuelta a la naturaleza. Este estilo, con una fuerte raíz en los oficios artesanales y que pretendía acercar el arte a las masas, se puede ver en toda una serie de edificios emblemáticos de Buenos Aires.

Algunos ejemplos famosos del art noveau bonaerense son el Palacio Barolo, inspirado en la cosmología de la "Divina Comedia" de Dante, y la confitería El Molino, una cafetería de varios pisos cerca del Congreso Nacional.

Muy cerca del edificio del Congreso se pueden ver también muchos ejemplos de arquitectura art noveau en el barrio de Balvanera. En la calle Rivadavia, el arquitecto Eduardo Rodríguez Ortega construyó dos impresionantes obras maestras de inspiración gaudiniana: el Palacio de los Lirios y, justo al lado, un edificio en cuya fachada se puede leer "No hay sueños imposibles". Balvanera eps también el barrio en el que el maestro del art noveauVirginio Colombo vivió y trabajó. Se pueden dos de sus "casas de alquiler", una frente a otra, en la calle Hipólito Yrigoyen, y un poco más abajo una preciosa fábrica de zapatos que ahora es un garaje para coches.

La arquitectura art decó debutó en Francia en 1925, e hizo furor durante la Gran Depresión y la década de 1940. El estilo resaltaba las formas geométricas y las líneas duras inspiradas por los descubrimientos arqueológicos de la época en Egipto, Siria y el continente americano. Destacados ejemplos art decó en Buenos Aires incluyen el edificio Kavanagh, el rascacielos más alto de América del Sur en sus días, y el Mercado de Abasto, el viejo mercado de frutas y verduras (hoy un centro comercial) construido en el antiguo barrio de Carlos Gardel. El art decó aparece entremezclado con otros estilos en gran parte de la ciudad. Tan solo hay que mirar hacia arriba y buscar las formas geométricas y las líneas duras en las fachadas de los edificios para reconocerlo.

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