"Yo viví en un campo de trabajo para niños esclavos de la Cienciología"

  • Viven hacinados, trabajando desde que tienen ocho años, bajo disciplina militar, aislados y comiendo sobras. Channel 7, el canal más visto de Australia, ha emitido un escalofriante reportaje en el que un ex miembro de la Cienciología relata la existencia de un campo de trabajo para niños en un barrio residencial australiano.
Quique Peinado

"Firmé mi contrato con ocho años. Era por 1.000 millones de años". Shane Kelsey lo cuenta con una mueca sonriente. Es australiano, tiene 21 años y ya puede hablar de ello, tras 14 meses preparándose.

Relata el infierno que vivió toda su infancia, desde que sus padres, miembros de la Iglesia de la Cienciología, lo recluyeron en un centro que ha descrito para el Channel 7, el canal de televisión más visto de Australia. El detalle del contrato de los 1.000 millones de años ha sido ya descrito por otras personas que abandonaron la Cienciología.

Kelsey describe al lugar donde, según su testimonio, se interna a algunos niños o a miembros de la Cienciología que han roto algún código de comportamiento de la organización: una disciplina militar (siempre vestidos de negro, deben hacer saludos marciales a sus superiores, no se les permite andar; sólo estar parados o correr), jornadas de trabajo desde los ocho años que pasan a ser de 14 horas diarias cuando cumplen los 15 (con esa edad los sacaban de la escuela; comenzaban a trabajar esas jornadas interminables por un 'sueldo' de, como máximo, 35 dólares semanales), en una vida completamente aislada: no se les permite leer nada que no sea literatura ciencióloga, ni ver películas, ni acceder a Internet.

Los detalles son escalofriantes. El joven trabajaba en la cocina, donde preparaba raciones que costaban 30 céntimos, básicamente compuestas de arroz o judías. Pero había más: "Los adultos comían lo que querían, y luego llegábamos nosotros [los niños], y comíamos de lo que quedaba, que muchas veces no era suficiente", relata.

El calvario de Shane acabó cuando su padre, Adrian, se divorció y dejó la Cienciología. Al tomar conciencia de la realidad, decidió sacar a su hijo de allí. Lesley, la madre, sigue dentro de la organización. Mientras el niño estaba dentro, ambos podían visitarlo una vez a la semana.

El senador independiente Nick Xenophon, conocido por su actividad contra la Cienciología, ha declarado que "la historia de Shane es impactante, hablamos de esclavitud infantil. La Policía debe investigar esto". El centro sigue abierto y funcionando.

La Iglesia de la Cienciología, por su parte, ha sacado un comunicado en el que niega todo lo que cuenta Kelsey y deja claro que allí nadie está obligado: "Cuando Shane dejó la iglesia en 2010, simplemente cogió la puerta y se fue". Channel 7 dice que hasta 50 peticiones de entrevistas con directivos de la organización le fueron denegadas.

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