Zelaya revela una carta a Obama con fuertes críticas a EE.UU.

  • Tegucigalpa, 27 mar (EFE).- El mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, acusó a Estados Unidos de 'intervencionismo' y le pidió que respete 'el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados' en una carta al presidente de ese país, Barack Obama, a la que tuvo acceso Efe.

Tegucigalpa, 27 mar (EFE).- El mandatario de Honduras, Manuel Zelaya, acusó a Estados Unidos de "intervencionismo" y le pidió que respete "el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados" en una carta al presidente de ese país, Barack Obama, a la que tuvo acceso Efe.

Zelaya escribió esa carta en diciembre pasado, después de que Obama resultase elegido en las urnas, pero hasta hoy no se conocía su contenido.

La misiva, que fue entregada a Efe por la canciller de Honduras, Patricia Rodas, se conoce después de Zelaya anunciase que no estará presente, como tampoco el mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, en la reunión de presidentes centroamericanos con el vicepresidente de Estados Unidos, Joseph Biden, que se celebrará el próximo lunes en la capital de Costa Rica.

El motivo alegado por Zelaya para no acudir a la cita son problemas de agenda", según indicó hoy a Efe su secretario, Eduardo Enrique Reina.

En el escrito, Zelaya acusa a Washington de "intervencionismo" en otros gobiernos y le acusa de utilizar las visas de entrada a Estados Unidos como "mecanismos de presión", además de rechazar las declaraciones "inapropiadas" de sus embajadores en Latinoamérica.

El gobernante hondureño insta a Obama a utilizar la diplomacia como "canal único y oficial de diálogo, prescindiendo del indebido uso de múltiples interlocutores".

"Aplicar con decisión y perseverancia en principio de respeto a la autodeterminación de los pueblos y la no injerencia" y "rechazar las prácticas intervencionistas" son otras de las recomendaciones de Zelaya al presidente de Estados Unidos.

También le solicita promover "el mutuo respeto entre los Estados y los gobiernos democráticamente electos, bajo el principio de no injerencia en los asuntos de otros Estados".

Zelaya señala que Washington debe excluir las "prácticas intervencionistas", las "operaciones encubiertas" y las "diplomacias paralelas".

"Los embajadores deben comportarse como tales y evitar declaraciones públicas inapropiadas (...) ni presiones mediáticas sobre los gobiernos y pueblos ante los cuales están acreditados. Opiniones injerencistas son lesivas y crispan el clima político", señala el gobernante centroamericano en su carta.

"La legítima lucha contra el narcotráfico u otras nuevas amenazas no deben ser utilizada como excusa para llevar a cabo actividades de injerencia en los demás países", añade.

"No es mi intención decir a Usted que es lo que debe hacer o dejar de hacer", recalca el texto, que enumera "una serie de asuntos históricos" de las relaciones de Estados Unidos y América Latina.

Identifica una "urgente necesidad" de revisar y transformar la estructura de la ONU, y para solucionar "los problemas de Venezuela y Bolivia" recomienda el diálogo, que rinde más y mejores frutos que la "confrontación o la crispación".

También considera que el embargo a Cuba es "un instrumento inútil" y "un mecanismo de presión injusto y violatorio de los derechos humanos".

Igualmente le recomienda a Obama "revisar el procedimiento por el cual se deniegan y cancelan visas a ciudadanos de distintos países del mundo como mecanismo de presión contra aquellas personas que sustentan otra manera de pensar o ideología, que realmente no ponen en riesgo la seguridad de EE.UU.".

Y sostiene que la lucha contra el narcotráfico "no debe estar divorciada de una vigorosa política de control a la distribución y al consumo en todos los países, igual que el lavado de bienes y dineros que opera a través de complicados circuitos financieros que involucran redes y sistemas en los países desarrollados".

En la nota, en la que Zelaya se declaraba "reconfortado" con la "victoria histórica" de Obama y "confiado en las perspectivas de cambio" propuestas durante su campaña electoral, se identifica un "punto de partida de una nueva y fructífera era en las relaciones con Estados Unidos".

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