27S: Encuestas de miedo

Las encuestas publicadas el fin de semana en los medios de comunicación sobre las elecciones catalanas del 27 de septiembre dan miedo. Así de claro. No dejan tranquilo a nadie.

A los constitucionalistas porque ven que la suma de Juntos por el Sí y la CUP tienen mayoría absoluta, suficiente para poner en brete la unidad de España. No hay que engañarse. Por encima de las leyes, a las que apela el Gobierno de Mariano Rajoy, está la imagen que proyectan. Mucho más que en un referéndum, en el que las cosas quedan claras entre el sí y el no, en estas elecciones los resultados se pueden manipular e interpretar. Con todo ello, aunque se utilicen las medidas constitucionales que frenen el intento de independencia, la fractura social y política se ha consumado y la herida tardará tiempo en cerrarse, si lo hace.

A los independentistas porque su victoria si se da es por la mínima, sin la mayoría cualificada que les daría la razón en votos y ajustada en escaños. Y además la CUP veta a Mas de President con lo que el Gobierno de la Generalitat será un lío. La burguesía soberanista va a entronizar en el Gobern a un equipo de izquierdas, anticapitalista y antisistema. Los bancos y los inversores, los empresarios extranjeros y la gran empresa catalana van a huir ante una mezcla de nacionalismo/izquierdismo radical que amenaza a sus intereses más aún que una hipotética coalición PSOE/Podemos en el Gobierno de España. Sólo un Gobierno Convergente/PSOE/ERC tendría cierto sentido y entonces el proceso hacia la independencia como mínimo quedaría aplazado.

De manera que las encuestas dan miedo a todos. Eso anuncia una última semana electoral de "nervios" con los unos y los otros acusándose y perdiendo los papeles. La artillería pesada de la Banca y los líderes internacionales han lanzado sus obuses. Ante ellos los independentistas se han convertido en antisistema: no a la Banca (¡Quien te ha visto y quién te ve CDC!) y no a Europa (con la CUP de anarquista-antisistema).

El resto de España sigue esperando el milagro. Cree que la mayoría silenciosa acabará derrotando las encuestas, como lo hizo en Escocia. Pero hasta que no se abran las urnas no se sabrá el resultado y las encuestas son bastante consistentes entre sí, aún con los matices de cada medio que las publica, por eso: preocupan a unos y a otros. La situación resultante puede ser ingobernable y cuando menos un follón para los catalanes, para el resto de los españoles e, incluso, para los organismos internacionales que van a tener que dejar un territorio fuera de ellos.

Alguien ha hecho algo mal para llegar a esta situación o quizás han sido todos los protagonistas. Pero, de verdad, repito: ¡las encuestas dan miedo! ¿Las derrotarán los votos?