La píldora económica

Los 'Animals Spirits', la política monetaria y las crisis bancarias

Silicon Valley Bank SVB
Los 'Animals Spirits', la política monetaria y las crisis bancarias.
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Siempre me gustó como ejemplo de una corrida bancaria la imagen de la película de Mary Poppins en la que Michael, el niño al que ella cuidaba, gritó “devuélvame mi dinero” en la sala de operaciones del banco cuando el anciano propietario del mismo le tomó una moneda de 10 peniques, para abrirle una cuenta y que comenzara a practicar la virtud del ahorro. Al momento, todos los clientes presentes gritaron “¡oh!, no le quieren devolver su dinero” y comenzaron a reclamar todos sus depósitos con grandes gritos.

Puede parecer tonto, pero es que el pánico puede iniciar una corrida bancaria sin que se pueda parar si no hay un claro mensaje que evite la estampida. Normalmente el mensaje suele ser no retiren sus depósitos, existe un Fondo de garantía que se los asegura si son inferiores a 250.000 dólares. El problema se complica si más del 50% de los depósitos son superiores a esa cifra. Como ha dicho el primer ejecutivo de una empresa de inversión y cliente durante muchos años de Silicon Valley Bank (SVB): “Por mucho amor y cariño que tengamos a SVB, el miedo está primero”. La cuestión entonces es, si el pánico en ese banco se extiende a otros porque se considera que puedan tener problemas similares, aunque no los tengan y además también hay un 50% de depósitos de más de la cantidad asegurada, entonces el pánico se convierte en una crisis sistémica que pone en cuestión toda la situación de la banca. Por eso, después de alguna vacilación, el Fondo de Aseguramientos de Depósitos americano nacionalizó el SVB y lo cambió el nombre por el de Santa Bárbara, garantizando todos sus depósitos. Además, ante los problemas de contagio en muchos bancos medianos, las autoridades hicieron algo parecido a lo que desde 1907 se viene haciendo con las crisis bancarias: llamar a JP Morgan y a algunos bancos más para que rescaten y den liquidez a esos bancos. Lo diferencial e importante ahora frente a 1907 es que hay un Banco Central que además dará liquidez a esas grandes entidades con el fin de poner punto final a ese pánico.

Lo que no pueden hacer las autoridades es que la confianza se recupere. Fundamentalmente porque la situación lleva a una reestimación de las expectativas y a considerar que puede haber más problemas; que la economía se está enfriando, y que las actuales subidas de tipos de interés a corto plazo, -y a largo plazo por la reducción de la liquidez- todavía dañarán más a la economía. Así ahora se mira con más atención datos como que las importantes cadenas de ventas minoristas, Walmart y Home Depot, que sirven como termómetro de la resiliencia del consumo en EEUU, publicaron unos resultados del 4T22 más débiles de los esperado, lo que apunta a un deterioro de la confianza del consumidor y que sus previsiones reflejan temores por el futuro. Las condiciones comerciales según la encuesta manufacturera del Empire State cayeron en marzo hasta -24,6, muy por debajo del umbral neutral de cero y de la expectativa de consenso del -8,0.

Esto en cuanto al consumo. En cuanto a la inflación, si miramos hacia adelante, también se ve moderación: el índice general de precios al productor cayó en febrero (-0,1% m/m), por debajo de las expectativas, además se revisó a la baja el de enero, de manera que la tasa interanual actual es del 4,6%, menos de la mitad del registrado en febrero de 2022. Además, el IPC de la vivienda que impulsó la mayor parte del aumento del IPC subyacente, (+0,8% mensual en febrero) se sabe que se desacelerará fuertemente en la segunda mitad del año, ya que los alquileres de mercado van por delante seis meses al menos del IPC en EEUU por cuestiones metodológicas. Así los índices de las empresas Zillow y Yardick Matrix que miden el aumento de las rentas cobradas en los arrendamientos recién firmados se situaron en sólo un 0,1% mensual en el mes de febrero, claramente por debajo del 0,8% del IPC.

Por último y no más importante hay otro factor claramente desinflacionario: la fuerte caída del precio de los bonos a largo plazo como consecuencia también de la venta de la cartera de estos, que se traduce en una perdida latente en muchos bancos sanos que tendrán que reducir sus préstamos, no solo por el deterioro de expectativas económicas mencionado, sino porque se les ha reducido el valor del capital. Por todo lo dicho, entiendo que los mercados estén al 50% pensando que la Reserva Federal americana no subirá los tipos de interés en la reunión de esta semana.

Ahora, pensemos que en Europa y en España vamos por detrás en el ciclo de subida de tipos de interés, pero, aunque la banca europea tenga menos riesgos, el BCE tendrá que ser más prudente, porque ya vivimos una crisis de banca y riesgo soberano. Así lo parece reconocer en su último comunicado, donde no se habla de más subidas, y sí de reaccionar a los datos 'data dependent'. El tema es que los indicadores adelantados y de confianza son claves, -aunque no sean datos duros- máxime cuando el crecimiento en el cuarto trimestre fue nulo y la confianza en el sistema bancario cuesta tiempo recuperarla. Por eso estoy muy contento de que los más palomas del Banco Central Europeo hayan conseguido que cambie el tono de sus comunicados la institución monetaria europea y parezca más sesuda y menos testaruda.

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